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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

lunes, 8 de agosto de 2016

HOMENAJE PÓSTUMO A LEONOR








BREVE SEMBLANZA DE MARÍA LEONOR HURTADO DE VELASCO

Hace dos años,  el 30 de septiembre de 2014, escribí una breve página sobre Leonor (ver archivo en la siguiente dirección:  http://ramirovelasco.blogspot.com/2014_09_01_archive.html
Leonor se destacó por su inteligencia desde muy pequeña. En la escuela rural donde inició sus estudios, aprendió a leer a los tres años y siempre mantuvo el primer lugar durante su educación primaria, a tal grado que la Directora del centro educativo le comentó un día a Doña Olivia Arana de Hurtado, su madre, que sería una lástima que aquella niña tan inteligente no continuara sus estudios al término del sexto grado.
Fue así como los padres de Leonor la apoyaron para que estudiara su Plan Básico (Tercer Ciclo) en el Instituto Nacional de Chalchuapa. De aquella época queda el recuerdo que mantuvo siempre los primeros lugares de la clase y llegó a ser la solista del coro, destacándose ya como muy buena soprano.
Después pasó a estudiar para Maestra de Educación Básica en la Escuela Normal Capitán Gerardo Barrios de Santa Ana, de donde se graduó con notas sobresalientes,  a finales de los años sesenta.
Posteriormente fue seleccionada junto a un pequeño grupo de jóvenes maestras para trabajar en el Departamento de Evaluación, de la recién iniciada Televisión Educativa que funcionó primero en Ciudad Normal y después en Santa Tecla y donde se desempeñó en forma sobresaliente por varios años.
Aquel Departamento de Evaluación fue desde 1969, la contraparte nacional del Proyecto que dirigía personal estadounidense especializado de la Universidad de Stanford con apoyo financiero de la USAID, para realizar investigaciones sobre el impacto de la Televisión Educativa.
Fue entonces cuando la conocí, pues yo era miembro del personal nacional del Grupo Stanford-USAID.
Leonor se destacaba entre el grupo de aquellas maestras jóvenes evaluadoras  por su eficaz desempeño. Aquel equipo de contraparte, fue dirigido en un principio por el Lic. Luis Fernando Valero Iglesias y posteriormente por  el Licenciado Marcos Soriano.
En las últimas etapas del proyecto Stanford-USAID,  en 1972, comprometimos nuestras vidas como novios y más tarde como esposos. Nos casamos por lo civil en una ceremonia sencilla, pues en esa época tanto ella como yo, no éramos amigos de lo suntuoso. Años después nos casamos por la Iglesia.
Así comenzó una unión conyugal que duró cuarenta y cuatro años, período en el cual vivimos en un ambiente de respeto mutuo y en el que nunca peleamos, ni nos maltratamos psicológica o físicamente; no por mis méritos,  sino porque ella era una persona de paz que todo lo solucionaba racional y tranquilamente.
Dios nos regaló tres hijos, un hombre y dos mujeres que asimilaron los valores inculcados especialmente por ella, cuyo ejemplo ha sido un testimonio perenne de amor, de comprensión y de entrega sin límites.
Como parte de la familia extendida contamos con una nuera y tres nietecitos que son una bendición de Dios.
Leonor tuvo decenas de amigos y amigas. Varios de ellos la conocieron y compartieron con ella, bien como compañeros de trabajo o siendo ella coordinadora de unidad.
Los últimos diez años de su vida profesional fungió como Jefa de Estudios en la Academia de Seguridad Pública,  en donde se le reconoció por su capacidad y buenas maneras para el trato con los demás.
En nuestra larga vida familiar, Leonor se vio afectada seriamente en su salud en tres momentos importantes. La primera vez hace veintinueve años, fuera del país, como efecto de una mala praxis médica que la mantuvo por dos meses en cuidados intensivos; la segunda, hace unos tres años, cuando fue víctima de  una enfermedad de tipo reumático- sistémica que después de un tiempo, fue controlada; y la tercera, mientras parecía gozar de una salud estable,  a raíz de un derrame cerebral que terminó ocasionando su partida definitiva.
Dios le regaló sesenta y seis años exactos de vida, pues cayó enferma,  la misma noche de la fecha de su cumpleaños, el diecisiete de julio y murió en los brazos del Señor Jesús, el primero de agosto de dos mil dieciséis.
Tenemos los mejores recuerdos de Leonor y nos consuela el hecho que descansa en la paz eterna del Señor.

Ramiro Velasco, 8 de agosto de 2016







UN HASTA LUEGO PARA LEONOR

Leonor, siempre fuiste, como ahora,
un rayo de luz que ilumina nuestro hogar.

Con tu manera sencilla de ser
nos cautivaste a cada momento
y nos mostraste lo que emanaba de ti:
el amor, la amistad sincera y la bondad.

Tenías el don innato de la delicadeza
y de la elegancia.
Tú eras esa mujer hecha armonía,
que dabas a cada quien lo que corresponde.
Eras respetuosa con el que tiene mucho
y generosa con el necesitado.
Eras auténtica y única.

Dios nos regaló tu presencia y tu amor
por muchos años.
Nos ayudaste a formar una familia
a fuerza de tesón y de trabajo
y  a ella, volcaste tus cuidados y tu ternura.

Tu alma era limpia y sincera.
En ella no había dobleces ni hipocresía.
Si algo te parecía injusto lo denunciabas
y si lo considerabas correcto,
así lo acogías y valorabas.

Tu repentina partida nos duele mucho.
En esta casa queda un vacío inmenso…

Cómo nos faltan tus palabras afables
y llenas de sabiduría;
tus blancas manos, tu porte y tu sonrisa;
tus frases de aliento y tus consejos;
tu voz al entonar una canción;
tu ser entero, lleno de inteligencia y de virtud.

Sólo nos queda el consuelo,
de haber compartido contigo la vida
por varios años;
de tantas vivencias que quedan escritas
en nuestra memoria;
y de todos los bellos momentos
que pasamos a tu lado.

Leonor, aunque te hayas ido al más allá
estarás junto a nosotros en espíritu,
hasta encontrarnos de nuevo contigo,
cuando Dios así lo permita.

Querida Leo, tú seguirás viviendo
en nuestro corazón y en nuestra mente,
a través de los recuerdos
y el legado de tus buenas obras.

¡Hasta siempre, amiga del alma!


Ramiro Velasco, agosto 8 de 2016


4 comentarios:

  1. No tengo palabras para expresar lo que siento, sólo puedo decir que la llevo en mi corazón y sé que deja un gran vacío en medio de nosotros, mis hijos extrañan a su mamá Leo...tan dulce (una abuelita soñada)...y yo me quedo con su amor, su ejemplo y esos abrazos tan cálidos que me reconfortaron muchas veces...HASTA PRONTO DOÑA LEO..LA AMAMOS!!!

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    1. Gracias a la Persona Anónima a quien creo identificar por el contexto en su referencia y que hizo el primer comentario sobre Leonor. Comparto plenamente sus palabras de que ella fue una persona admirable y que reflejaba la dulzura y el bien que llevaba dentro. Sin embargo, la fe de que goza por la eternidad nos dan conformidad y consuelo.
      Ramiro Velasco

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  2. Ramirito saludos y

    ya leí algo de lo último que has escrito, claro en especial tus oportunas ( y escasas diría yo...) palabras sobre la gran Leo, tu media Naranja, que ya se nos adelantó. Le doy gracias a Dios de haber tenido el honor de conocer a esta santa mujer.

    También leí algo sobre los apodos y el parecido con algunos animales que tenemos. Pero te soy sincero, con todo respeto, lo de Sapo
    Villacorta y anexos, está un poco jodida la cosa. Aunque tengo buenos recuerdos de los sapos de las vegas de Lempa, con sus bufidos que se oían a centenares de metros de distancia.

    Saludos y adelante. Mario R.

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    1. Gracias a Mario R. por su comentario.
      En cuanto a Leonor, pues en verdad podríamos escribir tanto y a lo mejor lo hagamos más adelante. Los que vivimos tan cerca de ella podemos dar testimonio que fue toda entrega a los demás y como dice la Biblia si cumplió el principal mandamiento del amor y de la caridad confiamos en que Dios le dará su justo premio.
      En cuanto al comentario sobre el escrito “Tratando de dar vuelta a la página”, pues algunos compartirán lo del parecido con los animales. Eso sí que cuando ya se hacen afirmaciones muy concretas entramos a un campo más complicado. Pero qué bueno, que el escrito al menos hizo recordar a Mario las vivencias de otros tiempos a las orillas del Lempa que de paso son inolvidables.
      Ramiro Velasco

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