VOLCÁN DE SAN VICENTE Y VALLE DE JIBOA (El Salvador)
EN BROMA Y EN SERIO
- Me encontré a una chica muy decente con
los pantalones rotos de las piernas. Me dio lástima y le dije ingenuamente que
tenía los pantalones rotos, que si se había fijado. Ella me contestó con gesto
de no tan buenas amigas: -¿Qué no sabe de la moda, viejo… Y no tuve más que aceptar
su respuesta.
- Cuidado con la ortografía. Aquella
señora quería la canción “¿Quién Me hará feliz?”. Y escribió en whats app,
pidiendo la “¿Quién meará feliz? El locutor malvado, le contestó, -A lo mejor su esposo.
-Al momento de lavar la ropa le dijeron al
muchacho, que cambiara de ciclo. Y se fue a la
Ciclo vía.
- Cuidado con la pronunciación. El señor
llamó por teléfono y pidió que le mandaran al “neurocirujano”. Al rato llegó el
cirujano, más moreno de la ciudad.
- Ayer me dije, al pasar por la
panadería: -Invitaré a todos mis contactos a una reunión de café con pan. Pero
como no pueden reunirse más de 10 personas, utilizaré la nueva modalidad de
Zoom Meeting.
-¿Qué tal si nos vamos a vivir a Santa
Rosa Guachipilín?. Allá ha habido cero contagios de Covid.
- La maestra del pueblo, preguntó a los
niños, si ya habían armado el cluster en la familia, como lo sugirió el Presi.
Uno de ellos contestó: -Si, señorita, mi mamá contrató a un carpintero para
hacer uno. Y en él guardamos la ropa.
-Un matrimonio salvadoreño con su hijito
llegan a la Plaza de San Pedro. Después del Angelus, el Papa pasa bendiciendo a
la multitud. Y el niño le grita a su mami: - ¡Mirá al Papa, se ha puesto la mascarilla
en la cabeza!
- Ese Covid, ha tocado hasta figuras tan
populares en el futbol, como Neymar y Di María.
- Y Messi sigue en la noticia. Dicen que
debieran cantarle aquella canción: “Y te vas y te vas y no te has ido”…
-Conversan dos aficionados. Uno pregunta:
¿Y los de la Selecta qué tal?. Contesta el otro: - Pues los concentraron y
comenzaron a entrenar. Después les aplicaron la prueba del Covid. Pero al dar los resultados de las pruebas,
resultó uno contagiado. -¿Y entonces?. -Pues allí los tienen a todos en
cuarentena. Y se ha suspendido el
partido contra Granada que se iba a celebrar en octubre. – Ya veo. Eso se llama buena planificación. Como
dice mi abuelo: “Al mono más listo se le cae el zapote”.
- Me dijo un amigo, que hay ministros de
estado que son pura calle. Y yo le contesté: -Estás en lo cierto chaparrón.
-No sé por qué, pero presiento que hay
funcionarios de gobierno que quisieran que llegaran más catástrofes al país. Y
así decretar estados de emergencia y hacer compras millonarias, sin cumplir lo
que dice la ley de Adquisiciones y contrataciones (LACAP).
- Como no hay mal que por bien no venga,
en la gran cuarentena he aprendido a: Realizar transacciones vía electrónica,
conocer más el celular. Y he hecho trabajos caseros como: Limpiar y cocer
frijoles; usar la lavadora y tender la ropa; servir de ayudante llevando la
comida en el hospitalito; lavar trapeadores y trapear la casa; barrer el patio;
desyerbar, sembrar, abonar y apodar
plantas; etc. Lo anterior, me ha hecho sentirme que soy todavía un hombre útil
y gracias a Dios todavía con buena salud.
WINSTON
CHURCHILL (1874- 1965)
Siempre me motiva leer algo de la vida de
los grandes políticos.
Hace unos meses me encontré con la
versión electrónica del libro de Richard Toye, “Winston Churchill”. Una
biografía colectiva. Editorial Planeta,
2018. En su versión castellana hecha por Yolanda Fontal.
El libro en su contenido fue redactado
por un grupo de especialistas británicos, profesores universitarios, la mayor
parte historiadores distinguidos, que narran períodos de la vida de este gran
hombre, sus primeros pasos en la política, como Almirante en la Primera Guerra
Mundial, y toda su trayectoria hasta los años de la Guerra Fría. Otros capítulos
se refieren a su posición frente a temas como el mundo islámico, las armas
nucleares y las mujeres.
En el libro, se aborda: las habilidades
políticas de Churchill, las estrategias emprendidas por él en lo militar, lo social
y lo económico y por supuesto, el contexto en que se aplican.
También se da cuenta en el libro, de la producción bibliográfica de
Churchill, como su obra de varios volúmenes, “La crisis mundial” (1923- 1931)
que es una crónica de la Primera Guerra Mundial y los cuatro volúmenes de su “Historia
de los pueblos de habla inglesa” (1956- 1968).
Fue Primer Ministro de 1940 a 1945 y de
1951 a 1955. Fue en el primer período, al
acontecer la Segunda Guerra Mundial, cuando Churchill alcanza un liderazgo
excepcional frente a la serie de derrotas sufridas por Gran Bretaña y las victorias
focalizadas de Alemania en las que arrasa Francia y Países Bajos. Allí demostró su energía, su determinación, su
sentido de indulgencia con la debilidad humana, su sentido del humor y su gran
capacidad oratoria que puso en práctica para subir la moral nacional en
momentos tan críticos.
Convencido que no se podía ganar la
guerra sin la participación de los Estados Unidos de América, tuvo que cultivar
su relación con Franklin D. Roosevelt y lograr la alianza anglo- estadounidense,
asegurando que beneficiara a los objetivos estratégicos de Gran Bretaña. Y
junto a Franklin Roosevelt y Joseph Stalin llevó a cabo la estrategia de los
Aliados.
Aunque fue responsable de errores
militares en y fuera de Europa, sin él, Inglaterra se hubiera perdido sin
remedio.
Pero su mayor virtud más que en lo
militar, fue en lo geopolítico. En su habilidad para llevar a cabo la
diplomacia en la cumbre. En la postguerra, tuvo también que adoptar una visión realista
de la decadencia de Gran Bretaña como potencia frente a los Estados Unidos y la
URSS y su visión de futuro de Gran Bretaña en Europa, el mundo angloparlante, la Commonwealth y el
imperio británico.
Pero también en su momento, ante el auge
de la URSS, alertó a Occidente de la amenaza del expansionismo soviético.
Por su salud, renunció al cargo de Primer
Ministro en 1955, aunque siguió siendo parlamentario hasta 1964
Mi
conclusión sobre el libro
La entrega de un hombre como Churchill a la
función pública y a su vocación como político de alto nivel, me hace
reflexionar de cómo en la historia aparecen personalidades que debieran servir
de ejemplo a los que abrazan la carrera política y de servicio real a su
nación. Lo que contrasta con los gobernantes de turno de un país como El
Salvador, en los que priva el interés personal y la mediocridad en su desempeño
como representantes del pueblo.
Libros como éste debieran ser de estricta
lectura para los gobernantes, que aunque el pueblo común apoya, están lejos de
alcanzar el nivel de estadistas.