Este día, al fin he terminado de leer el libro “Un seminarista a toda prueba, de Sensuntepeque para el mundo” escrito por mi padre: José Ramiro Velasco Barrera.
No puedo
explicar a totalidad lo que ha significado para mí leer este libro.
He llorado a
mares, me he reído, he aprendido mucho y me ha emocionado profundamente.
Ha sido
descubrir mis orígenes, conocer a mis ancestros paternos y darles su lugar en
mi corazón. Poder conocer a familiares importantes que no tuve la dicha de ver
vivos, como mi abuelita Eugenia o tía Fide, tan maravillosas mujeres y que
amaron tanto a mi papá.
Ha sido conocer
en su totalidad a Monseñor Benjamín Barrera, a quién yo llamaba: tío Monse. Esa
figura altísima y estilizada, con ojos enormes (efecto producido por sus
lentes), una voz extraña (imagino que por la vejez), y que para mí era
atemorizante siendo una bebé, pero que siempre tuvo hacia mí, gestos cariñosos
y palabras dulces.
Pero sobretodo,
ha sido volver a conocer a Don Ramiro, el protagonista de la historia. Ahora
entiendo el porqué de su hábito germánico de levantarse temprano, su disciplina
en todo sentido, su sencillez y su corazón campesino.
Ahora entiendo
sus gustos, desde la música, hasta el equipo de fútbol que sigue. Entiendo por
qué le gustan ciertas películas y por qué hace siesta.
Entiendo de
dónde me viene lo idealista, lo rebelde cuando se trata de defender en lo que
creo, la rectitud de acciones y el anhelo de ser siempre mejor.
Entiendo y
valoro esa crianza de pensamiento libre, siempre tratando de ayudar a los demás
y de valorar a las personas por sus acciones y valores y no por lo que tienen.
Entiendo mi
corazón romántico, que se conmueve con una noche estrellada y que ama la
naturaleza.
Y entiendo, eso
con lágrimas en mis ojos, de donde me viene el arte, el teatro, la música.
Este libro,
escrito con tanto amor, encierra muchas lecciones de vida importantes,
sobretodo el no ceder a las pruebas de la vida, sino luchar siempre por lo
bueno, lo noble y lo justo.
Y que si
nuestros planes no se cumplen tal como queremos, siempre, SIEMPRE, hay un
camino por el que Dios nos lleva, que sin duda, será mejor que el que
imaginábamos.
Gracias, papi.
Gracias por que a través suyo, Dios nos dio la vida. Gracias por ser un padre
presente y demostrarnos su amor con acciones.
Gracias por la
valentía con que ha cumplido este sueño de escribir su libro.
Me inspira, me
conmueve hasta las lágrimas y me hace sentirme tan orgullosa de ser una Velasco
Hurtado Barrera Arana Castillo Bonilla, etc.
Ramirius Velasco
con amor, su Tutitosh.
MI BREVE RESPUESTA AL COMENTARIO
Carito: Sus palabras me
sacan otras lágrimas. Las del niño tímido que se describe en el libro. No
imaginé que le impactara tanto el librito. La conozco bien y sé que su
comentario es muy sincero. Ojalá a otros lectores también les guste ...Mil
gracias
Ramiro Velasco