VOLCANES AL OCCIDENTE DE EL SALVADOR |
NUESTRAS CELEBRACIONES
NAVIDEÑAS
En
la tradición de la cultura occidental capitalista, las fiestas de navidad y de
año nuevo son especiales; pues junto al despliegue comercial, son los ambientes
religiosos y las celebraciones en familia los que más contribuyen a generar un
sentimiento y una actitud de alegría en la gente.
Sabemos
que estas fiestas no son nuevas, pues se remontan a las antiguas tradiciones europeas cuando se celebraba
el solsticio de invierno como comienzo
del año. De allá nos llegaron tradiciones como: San Nicolás, los villancicos y
el famoso arbolito de navidad.
En
nuestro caso, las fiestas navideñas son un alivio respecto a la onerosa carga
que significa para la mayoría de salvadoreños,
el arduo trabajo desarrollado en el año, la situación de violencia
generalizada y la agobiante escalada en término de precios de los servicios
básicos y de la canasta familiar.
Sin
embargo, elementos propios de la época, como las vacaciones, el pequeño
aguinaldo, los viajes a la playa, los reencuentros familiares, etc., contribuyen a que afloren alrededor de esas
fechas, muchas esperanzas, buenos deseos y gestos de paz y hermandad.
Algo
que en nuestro ambiente refuerza la idea de la navidad es la música popular.
Desde principios de noviembre en las emisoras locales comienzan a sonar las
canciones de la época, algunas de tinte romántico y la mayoría salsosas o
pachangueras.
Como
se describe en muchas canciones populares, en la navidad surgen recuerdos
agradables, pero también tristes. En las fechas del veinticuatro y del treinta
y uno de diciembre, no escapan a la memoria: los seres que se fueron para
siempre, los amores perdidos, los
ausentes de la casa, el hogar de antaño, etc.
Para
aumentar el sentido romántico, hay varias canciones que no faltan en esta
época, en las programaciones de las radios. A muchas personas mayores, por
ejemplo, nos gusta escuchar aquella canción del Trío Los Hermanos Mendoza,
llamada Navidad (Campanitas) que hace recuerdos del hogar bendito y de la
anciana madre. Esta canción la oí cantar por primera vez y la aprendí de mi
hermano Alfredo Velasco, junto al Conjunto Los Madrugadores, del que él era el
cantante titular.
Les dejo con la canción en
el siguiente sitio:
Otras
canciones que suenan bastante en esta época, en el ambiente salvadoreño, son
por ejemplo: “Amarga navidad” de José Alfredo Jiménez, “Navidad sin ti” de
Marco Antonio Solís. Y en el ambiente campesino, suena mucho una relativamente
reciente, titulada “La navidad de los pobres” del grupo mexicanos Los Tigres
del Norte. Acá el sitio de esa
canción: http://www.youtube.com/watch?v=mcOjUdsrtEY
Pero
el que dijo “quitá de ay” para mi gusto,
es José Luis Perales con sus canciones con un mensaje hogareño y muy humano.
Les dejo con dos de sus canciones propias de la época:
En
el ámbito religioso, creo que sin la música, no tendría mucho sentido la
celebración de la navidad. Así en la tradición europea, la canción “Noche de
paz” y todos los denominados villancicos, son cánticos muy bellos que nos
retratan el hecho histórico del nacimiento de Jesús.
En
nuestro ambiente latinoamericano y especialmente en el contexto de la teología
de la liberación y de la música revolucionaria, es representativa la pieza
musical llamada “El Cristo de Palacagüina”
del nicaragüense Carlos Mejía Godoy.
Les dejo la dirección de esta canción:
Termino
con una descripción del ambiente popular navideño en El Salvador, hecha por
los Hermanos Flores, en el siguiente
Mix:
Para todos y todas, y
en todas partes del mundo: ¡Felices fiestas de navidad y un venturoso año nuevo, 2011!
-
RECUERDOS DE DICIEMBRE
Diciembre llega tarde,
como siempre.
Espera el final del año
para aparecer,
si no cargado de regalos,
muy lleno de recuerdos.
Desde hace mucho
perdí la cuenta de las
navidades vividas.
Las primeras, de infante,
me encontraron
fuera del hogar paterno,
en casa de mis abuelos.
Más tarde, de niño,
en el viejo Sensuntepeque,
recuerdo en las casas con
portales,
los nacimientos en grande;
y en el resto del pueblo,
la pólvora interminable.
Fue entonces cuando
descubrí
que el tizón y la candela
eran el mejor aliado de
los niños
para reventar los
cohetillos.
De mi primer internado
recuerdo una noche buena,
con posadas, villancicos,
panderetas, cacahuetes
y aquel concurso de disfraces
ganado por “tecolote”,
es decir, Carlos
Hernández.
De adolescente,
de vacaciones en el
cantón,
recuerdo el coro de niñas
que aprendieron de
nosotros
muchos villancicos
y nos ofrecieron a cambio,
sus pastorelas.
De los hogares campesinos,
no podré olvidar:
los altares colgados de las vigas
tapizados de hojas verdes,
con palancas llenas de
frutas;
y en el suelo de tierra
o de ladrillo de barro,
los llamados “nacidos” de
chan,
de maíz o de maicillo;
así como diversidad de
muñecos,
entre ellos: la siguanaba,
el cipitío, la guardia,
las ovejas,
los músicos de la banda
y el niño en el pesebre.
Aún percibo el ruido
de los tamales hirviendo,
en aquellas ollas grandes
de barro negro;
y el olor a quesadillas,
a semitas y a marquesotes
recién salidos
del horno de leña.
De mi juventud en
Sensuntepeque,
recuerdo los ensayos con el coro
formado por muchachas
bonitas;
y en la vieja iglesia,
el viejo armonio
y el guitarreo de músicos
humildes
en la misa del gallo.
Para mí la navidad
vuelve a ser: música de cuerdas,
gente del común
que luce sus estrenos,
noches de luceros y de
estrellas,
villancicos, tradiciones
sencillas…
y un rincón escondido
para recrear mis vivencias.
Ramiro Velasco, diciembre de 2010
--
NUESTRO
MUNDILLO POLÍTICO
LA SOCIEDAD
CIVIL SIGUE SECUESTRADA POR LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Como
se ha dicho muchas veces, el pueblo salvadoreño, está secuestrado por los
partidos políticos. Ellos son los que deciden el destino político de la
sociedad. Y aunque existiera una ley de partidos políticos, que es una deuda
pendiente, ésta estaría hecha a la medida de los intereses de sus dirigencias.
De
acuerdo a la filosofía política o mejor dicho al derecho como norma
constitutiva del Estado, en una república, el poder reside en el pueblo. El
pueblo es el soberano. Todas las instituciones públicas y todos los
funcionarios públicos se deben al pueblo.
De
manera general, el pueblo, lo conforman las personas, los individuos de carne y
hueso; es decir, la población de un
estado en su conjunto. Sin embargo, según la Constitución de las repúblicas, el
pueblo también se interpreta de una manera más restringida, pues incluye en
verdad a las personas mayores de 18 años que pueden ser elegidas y votar, o
dicho de otra manera, que son sujetos de derechos y obligaciones.
Pero
como el pueblo no puede estar reunido siempre para gobernar y tomar decisiones,
delega en sus elegidos que pasan a ser sus representantes.
Los
partidos políticos son solamente un mecanismo que utiliza la democracia
representativa. Son sólo intermediarios entre la sociedad civil y el estado.
Visto
de manera ideal, si los partidos políticos fueran pluralistas de verdad,
evitarían que los intereses particulares se impusieran sobre los intereses
nacionales y se podrían convertir en garantes de la democracia. Pero como
sabemos, los partidos son representativos de grupos de interés y luchan a favor
de sus patrocinadores, convirtiéndose en la práctica, en pequeños o grandes
feudos que no responden a los verdaderos intereses de la colectividad.
La
experiencia en El Salvador por parte de las dirigencias partidarias que se han
venido sirviendo con la mejor cuchara, en cuanto a la aprobación de leyes y el
manejo de la cosa pública, ha sido bastante triste desde siempre.
Debido
a esa condición negativa, más de la mitad de la población salvadoreña, no cree
en los partidos políticos y califica sus actuaciones de deshonestas, de
parciales y anti éticas.
En
ese contexto, ¿qué solvencia moral tienen los partidos políticos salvadoreños
para considerarse representativos de la población y ser los únicos canales para
llevar candidatos a los cargos de elección popular?. Siendo sinceros, ninguna
solvencia.
Ya
hemos expuesto en este blog, la tesis de la incongruencia del Art. 85 de la
Carta Magna que establece que los partidos políticos son el único
instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del
Gobierno. (Ver página del 4 de febrero de 2009), en la que se comentó cómo la incorporación de
ese artículo en la Constitución de 1983, tuvo por motivación, evitar que el
FMLN entonces una fuerza guerrillera, pudiera llegar al poder (dirigir el Poder
Ejecutivo); y una manera de evitarlo, fue colocando como candado, la figura
exclusiva de los partidos políticos. Ver:
La
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de manera sabia y
valiente, emitió el 29 de julio pasado, una sentencia histórica que habilita
las candidaturas no partidarias para las elecciones de diputados de 2012. En su
fallo, la Corte declaró inconstitucional el artículo 215 del Código Electoral,
que exigía que los candidatos a diputados, debieran estar inscritos en un
partido político, para poder participar en los comicios.
En
la misma madrugada de aquel día, antes de que los magistrados firmaran la
sentencia, la Asamblea Legislativa salió al paso del veredicto. Con 68 votos,
los diputados reformaron el artículo de la Constitución, para bloquear las
candidaturas independientes o no partidarias. Sin embargo, esta reforma, necesitará
ser ratificada con mayoría calificada en el año 2012, para poder entrar en vigor.
El
máximo tribunal de justicia también declaró inconstitucionales algunos incisos
de los artículos 239, 250 y 262 del citado Código, para dar paso a que los electores
puedan votar marcando sobre la foto de los candidatos y ya no sobre la bandera
de un partido.
Después
de varios “papelones” por parte de los diputados, para boicotear el mandato de
la Corte Suprema, el treinta de noviembre pasado, el Partido FMLN que se dice
defensor del pueblo, aparece presentando dieciséis reformas al Código Electoral
para regular las inscripciones de candidatos no partidarios.
La
noticia periodística de la Prensa Gráfica, destacaba lo siguiente de la
actuación del Frente: La exigencia de presentar –en
el caso de candidatos a diputados– una cantidad de firmas equivalente a los
votos obtenidos por el último diputado por residuo en el departamento donde el
independiente busca participar. Esto equivale a obtener el respaldo de entre
8,703 y 20,172 rúbricas, que fueron los residuos más pequeños en San Vicente y
Santa Ana, respectivamente.
“Este es uno de
los requisitos, tener esa certificación del Tribunal (es decir), estar en
condiciones de ser considerado candidato cuando llegue el proceso de
inscripción de candidaturas”, explicó Norma Guevara, jefa de fracción del FMLN.
La iniciativa
establece que los interesados en participar en la contienda sin ir incorporados
en la planilla de un partido deberán acudir al Tribunal Supremo Electoral (TSE)
a “solicitar y presentar los libros para recoger un mínimo (de firmas)
equivalente a la cantidad de votos con el cual un diputado fue electo con el
residuo menor en el departamento correspondiente”.
Y sigue la noticia: Las bancadas vieron atinadas aquellas medidas que busquen endurecer los
requisitos para los aspirantes no partidarios y evitar con ello que el crimen
organizado se filtre en este órgano de Estado.
Resulta paradójico y a la vez chocante, que el FMLN
que recibió la inscripción de partido político, de manera automática como parte
de los Acuerdos de Paz y que nunca ha vivido el calvario de presentar libros de
firmas, venga ahora a imponer una cantidad exorbitante de firmas y de otras
condiciones onerosas, a personas independientes.
El argumento de que se hace para evitar que entren
candidatos vinculados al crimen organizado, es un argumento flojo, pues ha sido
del seno de los partidos políticos constituidos, de donde se ha comprobado la
pertenencia de diputados y alcaldes a tales organizaciones.
La fuerza de un candidato independiente se debe
mostrar con los votos obtenidos, no con firmas y otros condicionamientos
anteriores a la elección, que lo único que buscan, a toda costa, es limitar la
participación de la sociedad civil.
Como se ha dicho hasta la saciedad, son los diputados
de colmillo retorcido y otros miembros de los partidos enquistados en los
cargos públicos, los que se oponen a que participen en la elección, líderes
independientes y que se elija a los candidatos mediante la fotografía.
Pero la reacción de los partidos ha sido de un total
boicot, aún cuando el fallo de la Corte, sólo se refiere a los diputados y no
incluye a los cargos de Presidente de la República y a miembros de los Concejos
Municipales.
Que una persona independiente sea comparada con un
nuevo partido político para ir a buscar firmas es algo desproporcionado. Además, imponer tales condiciones en el período
electoral, como será el año 2011, es dejar a los candidatos no partidarios en
gran desventaja, frente al proceso de organización y de precampaña electoral en
el que ya que se encuentran los partidos políticos.
Por otra parte, ¿Por qué gravar con fianza a los
líderes locales, cuando esto no se aplica a los partidos políticos grandes que
han llegado a ser verdaderas empresas que compran votos, en el sentido estricto
de la palabra, o en otros casos, que poseen negocios tan rentables como los
combustibles?
Y pensar que muchos creían que los líderes del Frente
apoyaban a las organizaciones de la sociedad civil. Se ve, que una vez enquistados en entidades
del gobierno, se han vuelto defensores de su status de vida y se comportan como
los partidos tradicionales. Con amigos como éstos, la sociedad civil salvadoreña
no necesita enemigos.
Así está nuestro mundillo político.
Así está nuestro mundillo político.
CONTESTE POR FAVOR, LA PREGUNTA
QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY VALIOSA. GRACIAS