FLORES DE JUNIO EN CASA
OCURRENCIAS
EN LA CUARENTENA (ENTREGA IV)
Nota:
Con este escrito no se desea herir susceptibilidades o mofarse de las personas
que lamentablemente han contraído el virus. Simplemente, se trata de ponerle un
poco de salsa a la vida que debe continuar a pesar de las dificultades.
Soy de los que siguen la cuarentena de
manera estricta y les incito a todos los lectores, que debemos quedarnos en
casa, de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades.
POEMA DE UN
AMOR LEJANO
(Así cantaba un poeta al amor de su vida):
Esta cuarentena y esa blanca mascarilla,
me han privado de verte tal cual eres;
de no poder mirar tu nariz respingona,
ni esos labios tan sensuales
que tanto me incitaban al amor.
Y saber que hoy, como tantas veces,
no podrás decirme de cerca, una vez más,
esas palabras tan nuestras
que al verlas escritas o al oírlas de lejos,
me parecen
tan frías como el hielo.
Y como si fuera poco, te veo en el celu
toda ataviada con esos guantes blancos,
con ese vestido azul hecho de plástico
y esos lentes tan grandes sobre tus ojos.
No hay duda que esos artefactos fueron hechos
con alevosía y ventaja, como dicen los abogados,
para sentirte y para verte tan lejana
y tan distante como las nubes del cielo.
No tendré más que seguirte esperando,
para un día volver a encontrarte,
y sentirte tan libre y tan cercana
como en los viejos tiempos.
Hasta luego, mi bella momia durmiente.
Ramiro Velasco, mayo de 2020
OTRAS OCURRENCIAS
-Al platicar con un santero del pueblo, le
pregunté qué imágenes le resultaba más fácil hacer y me dijo, en su orden: San
Pascual Bailón, SanTito, San Jón y SanPado.
Y entre los que le resultaba muy difícil hacer me citó a: San Pedro Nonualco, San Antonio del Mosco, San Rafael
Obrajuelo, Santa Rosa Guachipilín, San Francisco Gotera, San Pablo Tacachico,
Santa María Ostuma, San Luis La Herradura y San Juan Tepezontes.
- El hombre de poco hablar y que abreviaba las palabras, pidió su refri y
le llevaron una refrigeradora, pero él quería su refrigerio.
- Le preguntaron a un campesino
salvadoreño, si sabía algo de Cutinho . El contestó: Si, hombre, es el hijo de
la Jacinta, el que se cortó la mano cortando un palo. Por eso le dicen cutillo.
-Aquella señora tan querida falleció en la
cuarentena más estricta, de una enfermedad no transmisible. El entierro fue en
el municipio vecino. Sus hijos no pudieron asistir pues su último número de
DUI, no era el indicado para salir aquel triste día.
-Y ahora que la cuarentena se ha hecho más
larga ¿cómo se le puede decir, cuarentona o cuarentenona?
- Aquella señora era tan puritana que
cuando dijeron que a alguien le habían tocado el pito en la cuarentena, se
sonrojó y se persignó varias veces.
- Ellas chambriaban de todo. En un momento
una de ellas narraba que varios salvadoreños estuvieron en Varadero. A lo que
la otra, replicó: -Qué, ¿se fueron a Cuba?. No, le contestó su amiga:- Quedaron
varados por orden del Presi y no pudieron entrar al territorio nacional.
- Los trabajos más humildes y peor
remunerados, los de la agricultura han resultado ser de los más importantes en
la cuarentena y han contribuido a que los salvadoreños no pasen hambre en estos
días. En lugar de sonar otros trastos, deberíamos dar un aplauso a los
campesinos todas las noches a las 8 PM, en nuestras casas en honor a todos los
agricultores.
-Le preguntan a un señor que es un poco
serio, si ve obras de teatro en la televisión. El contestó que sí, que veía los
encuentros entre el Ejecutivo y los de la Asamblea.
-En esta etapa de cuarentena hay
actuaciones de los gobernantes y partidos políticos que uno no entiende ni
aunque Dago Guti lo explique con su característico tono de voz, con toda
parsimonia y con muchos gestos.
-
-Mami, pregunta la pequeña: ¿Y qué significa eso de que trabajan 24/7?
–Ah hija, contesta la mamá. Yo creo que esos señores que hablan tanto, de 24
días laborables que hay en el mes, vienen trabajando quizá como siete.
- Una pareja discute en voz alta. -Mirá Ceci, le
dice el hombre, que es un bandido y meloso, “Si mi amor por ti es como la
cuarentena que cada mes que pasa, se
alarga más”. –Callate, Marcelo, contesta la señora, “Si vos no me querés ni lo
que significa un centavo partido por la mitad”. Cualquier parecido es pura
coincidencia.
- Algunas lecciones que aprender a raíz de
la pandemia del COVID 19 son: a) Que la salud de las personas es lo más
importante; b) Que se ha demostrado que el Ministerio de Salud es uno de los
más importantes de la Administración Pública y que debe disponer de un mayor
presupuesto; pero a la vez, debe ser objeto de una adecuada reorganización y un
mejor funcionamiento en favor de la población salvadoreña. c) Que debemos ser
respetuosos de las leyes; d) Que los Órganos del Estado deben de cumplir con
sus responsabilidades; e) Que la Asamblea Legislativa no tiene que ser un
simple pasa papeles del Ejecutivo; f) Que el Ejecutivo debe respetar las
atribuciones de los otros Órganos del Estado.
REFLEXIONES
Hace algún tiempo escribí:
De la gente egoísta y tan sobrada de sí misma,
trato de esconderme;
De los que tienen que gritar por falta de argumentos,
De los que tienen que gritar por falta de argumentos,
trato de compadecerme;
De quienes engañan a los humildes para su provecho,
De quienes engañan a los humildes para su provecho,
trato de alejarme;
De los que siempre alardean para sentirse ellos mismos,
De los que siempre alardean para sentirse ellos mismos,
trato de oponerme;
De aquellos que siempre enfilan en contra con envidia,
De aquellos que siempre enfilan en contra con envidia,
trato de resguardarme;
De los que se aprovechan de los demás para hacer dinero,
De los que se aprovechan de los demás para hacer dinero,
trato de apartarme;
De los que se golpean el pecho, pero destruyen tanto al otro,
De los que se golpean el pecho, pero destruyen tanto al otro,
trato de condolerme;
De los que se muestran amigos, pero actúan con doblez,
De los que se muestran amigos, pero actúan con doblez,
trato de protegerme;
De los que venden sus principios por un plato de lentejas,
De los que venden sus principios por un plato de lentejas,
trato de olvidarme.
Ramiro Velasco, marzo de 2009