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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

miércoles, 24 de octubre de 2012

POR FIN LLEGARON LOS VIENTOS DE OCTUBRE





LOS ZARZOS DE OCCIDENTE EN FLOR
 
























LOS DIPUTADOS QUE SE DEBEN AL PUEBLO, LE DEBEN AL PUEBLO

Las elecciones llegan y los políticos que en su mayoría son expertos para dar “garabato” a la gente mientras andan pidiendo el  voto, una vez electos vuelven a las andadas, es decir a sus marufiadas y a sus movidas, especialmente en el seno de la Asamblea Legislativa. Y así, pasa una administración y otra y se trata de la misma mica, aunque a veces se vista de seda.
Que les valga a los políticos que en este nuestro pequeño país, el pueblo tiene memoria de gato y se olvida pronto de sus malas actuaciones, que debieran estar presentes en la mente de los votantes a la hora de cada elección.
Hace dos meses exactamente, se pudo elegir por fin a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia del 2006 y 2012, como lo había ordenado la Sentencia de la Sala de lo Constitucional, para corregir la plana a los diputados por una elección anticonstitucional.
Después de un largo tiempo de impasse, fue necesaria la intermediación del Presidente Mauricio Funes hasta  que se logró un acuerdo interpartidario a costa de los servicios caídos en la Corte Suprema de Justicia y de muchas sesiones de trabajo que significaron decenas de miles de dólares en horas-funcionario de alto nivel, gastos de atención a los participantes, gastos de seguridad, etc. Todo por el trabajo mal hecho de los diputados.
La situación en este momento vuelve a ser similar, después de la elección inapropiada del Fiscal General de la República, llevada a cabo en abril pasado cuando la Asamblea eligió al  Abogado Astor Escalante.  Tal elección, de acuerdo a otro fallo de la misma Sala de lo Constitucional, fue también inconstitucional y por lo tanto, debía repetirse.
La nueva elección debía de haberse realizado antes del 19 de septiembre pasado, fecha en que concluía el período del Fiscal anterior Romeo Barahona. Sin embargo, ha pasado más de un mes y un entrampamiento propiciado por los partidos mayoritarios, ARENA y FMLN, ha impedido la nueva elección que requiere 56 votos. Por tal razón, el Fiscal Adjunto José Ovidio Portillo asumió como Fiscal interino, como lo ordena la ley, para que la Fiscalía General de la República no quedara acéfala mientras se elige al verdadero Fiscal.
En el contexto de la elección han proliferado acusaciones de los mismos diputados sobre posibles sobornos y compra de voluntades por parte de algunos partidos políticos o fuerzas extrañas para orientar la elección del fiscal. Aunque cuando el río suena es porque piedras lleva, lo más probable es que se trata de todo un teatro para tratar de esconder el bulto de la poca capacidad para la concertación y el diálogo sincero y honesto.
La truncada elección, demuestra una vez más, el comportamiento viciado de muchos políticos salvadoreños que han estado acostumbrados a responder a los intereses particulares de las élites partidarias para llevar a cabo las elecciones de segundo grado, como son las de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Ministerio Público y de la Corte de Cuentas de la República.
El mandato constitucional es claro en su Art. 192, al señalar que tanto el Fiscal General de la República como los demás funcionarios de alto nivel del Ministerio Público, durarán tres años en el ejercicio de sus cargos y podrán ser reelegidos. Es decir, que la Asamblea debió reelegir al Fiscal General  todavía en funciones o elegir de inmediato a una nueva persona para tal cargo.
Se ve que detrás de la elección del fiscal está de por medio el interés de que se tapen algunos actos que rozan con lo delictivo y que fueron cometidos en el pasado por funcionarios del más alto nivel, tanto de la derecha como de la izquierda; o la búsqueda de un fiscal dócil que se preste para cubrir posibles actuaciones indebidas que seguramente maquinan las dirigencias partidarias, especialmente si ganan la Presidencia de la República.
Si no, cómo se explica tanto aferramiento de cada partido grande por determinado candidato y el nulo consenso para lograr la elección definitiva.
La sociedad civil y personalidades como los obispos de la Arquidiócesis de  San Salvador, el Procurador de los Derechos Humanos y otras voces han hecho llamados para que se elija lo más pronto posible a la persona más capaz y valiente para impartir justicia.
Sin embargo, tales voces no encuentran eco en los políticos de los grandes partidos como el FMLN que prometió el cambio en la actuación política, como lo propugnó en su Plataforma Electoral de 2012-2015 cuando expuso: “Nuestro compromiso con el cambio se expresa en una nueva forma de hacer gobierno y de legislar, de manera participativa, dialogante, concertadora y transparente con una visión de país… El estilo democrático de gobernar será: 1.Con visión de país; 2 Con sometimiento a la Constitución; etc.” Ver siguiente sitio:
Ahora se le puede decir, al denominado "partido de los cambios", como dice Juan Pueblo: ¡Que se lo crea su abuelita!.


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MUJER COMPLETA
 
Tu pelo es tan rubio y sedoso  
como el de los jilotes de nuestra tierra.

Tus ojos, como los primeros rayos de sol
que alumbran por la mañanita.

Tu mirada, como la luz de aquella estrella lejana
que siempre ilumina mi espíritu.

Tu boca, como el panal tejido con la miel
y el aroma de las campanillas.

Tus labios como los pétalos de rosa de castilla,
cuando está recién cortada.

Tus manos tan suaves, como el bálsamo fragante,
extraído artesanalmente de nuestra cordillera.

Tu sonrisa, como la pequeña caída del arroyo,
tan natural, tan cálida y tan  llena de ternura.

Tu voz y tu acento, como el canto del zenzontle
cuando despide el día, al atardecer.

Tu cuerpo,  como el naranjo de mi huerto,
tan altivo y repleto de azahares  en la primavera.

Tus pies, como los de un ángel venido del cielo,
tan limpios y tan delicados.

Tu corazón tan amplio como la sombra del almendro,
dispuesto siempre a entregar ayuda a quien lo necesita.


Ramiro Velasco, octubre de 2012











SENSUNTEPEQUE EN LOS AÑOS CINCUENTA

El casco urbano central de Sensuntepeque a principios de la década de 1950, mantenía en buena medida las características del Sensuntepeque de fines del siglo XIX y principios del XX.
El centro histórico de unas seis manzanas de superficie, estaba construido sobre la parte plana que constituía la base de dos pequeños montículos.
En el lado oriente del centro histórico se encontraba la Iglesia Santa Bárbara. Aquel templo fue erigido en honor a la santa virgen y mártir, desde tiempos de la Colonia. Sobre él, Miguel Ángel Velasco en su obra escrita en 1949 y titulada “Monografía Histórica de la Ciudad de Sensuntepeque” menciona que: su fachada fue construida en 1854; que fue  reconstruido y terminado en 1903 y que en 1946, fue colocada la imagen de la Virgen en el frente superior, siendo párroco el dinámico sacerdote Medardo Jaimes.
En la parte central del centro histórico, se encontraba el parque que según el mismo autor, fue construido en 1924 y nominado en 1937 como Luciano Hernández, en honor a tan distinguido hijo meritísimo de la ciudad, que fuera General de Brigada, Diputado, Orador, Literato, Rector de la Universidad de El Salvador, Ministro de instrucción Pública, Secretario de la Presidencia y Diplomático.
Al poniente del parque, estaba la alcaldía y el toro (la cárcel) y en la esquina norte, el cuartel y el Juzgado; y tanto al sur como al norte, una línea de casas con sus portales y sus amplios patios internos.
Los días jueves, sábados y domingos era costumbre llegar al citado parque por las noches, para escuchar los conciertos de la banda regimental que se ubicaba en el kiosco, mientras las parejas o pequeños grupos familiares daban vueltas en su contorno.
Las casas con paredes de adobe y con techos  de madera y teja, se ubicaban desde el casco central, unas tres cuadras hacia el sur y una cuadra al norte; y unas cinco cuadras, tanto al oriente como al poniente, incrustadas en los predios de las pendientes, hasta cubrir las cimas de ambos montículos.
En las partes más altas,  sobresalía al poniente, la Iglesia de El Calvario y el Hospital San Jerónimo Emiliani. Aquella iglesia, según narra Miguel Ángel Velasco en su obra ya citada, fue construida bajo la dirección del Padre Manuel Velásquez en 1881 y reconstruida en 1925 y en 1945. El Hospital San Jerónimo Emiliani fue construido por iniciativa del Sacerdote Medardo Jaimes en 1944, con el apoyo de las autoridades y personas altruistas.
Sobre este centro hospitalario y otras obras me proporcionó otros breves detalles el Padre Jaimes, en una entrevista que yo le hiciera hace  cinco años. (Ver página de este mismo blog en el siguiente sitio:  http://ramirovelasco.blogspot.com/2007_05_01_archive.html
En la otra parte alta de la ciudad, al oriente, sobresalía la Administración de Rentas y al norte al final de la ciudad el Cerro Pelón en el que se construyó el Parque Cabañas, en honor al General Trinidad Cabañas y que según Miguel Velasco, se llevó a cabo por iniciativa del Comandante Departamental Daniel Castillo, a principios del decenio de 1880.
Para 1950, la población urbana de la ciudad rondaba cinco mil habitantes, mientras que la población rural perteneciente al municipio era aproximadamente de unos veinte mil. Lo que demostraba que se trataba de una zona muy ruralizada en la que la ciudad servía como centro de operaciones para el comercio y para contar con los servicios públicos y privados más vitales.
La energía eléctrica era abastecida por un motor instalado en la ciudad desde 1947, con capacidad real para el alumbrado de las casas y de las calles. Aunque debe decirse que las luces del alumbrado público eran bastante débiles. Lo anterior, a pesar de que a principios del decenio (1950) se había construido la Presa Cinco de Noviembre en el Departamento de Cabañas.
El agua potable era bombeada desde El Catorce, un pozo ubicado a unas cinco cuadras del Centro y denominado así,  seguramente en recuerdo de alguna fecha importante. En el Barrio El Calvario había un tanque de captación para la distribución del agua en la zona más alta de la ciudad.
Debe mencionarse que buena parte de la población utilizaba el agua del Catorce y de otras fuentes como La Mina, El Chorro, El Copinol, El Ujushte, El Paterno y otros nacimientos cercanos, para bañarse, recoger agua en cántaros y para lavar la ropa en piedras o en sencillos lavaderos construidos por la municipalidad. Un poco más lejos, estaba Tronalagua nacimiento muy fuerte en el que se construyó una piscina en 1938.
Las calles de la ciudad eran empedradas y por ellas transitaban mayormente caballos y mulas, lo que producía un ruido muy especial debido al contacto de las herraduras que llevaban clavadas dichos animales en sus cascos.
También transitaban en las calles algunas carretas cargadas especialmente con leña y granos básicos. Sin embargo, su uso no era muy intenso en la ciudad, debido a la topografía muy elevada que impedía ir fácilmente de un lugar a otro.
Los vehículos automotores eran relativamente escasos para la época. Se limitaban a las camionetas de pasajeros grandes y medianas y a camiones de carga, utilizados por los negociantes más prósperos.
La calle que conducía de Sensuntepeque a San Salvador era bastante mala, especialmente en las cuestas como la de Los Bueyes que era sumamente inclinada. (La nueva carretera con diseño moderno, sería abierta hasta principios de los años sesenta, gracias a la iniciativa del Diputado sensuntepecano Wilfrido Navarrete que hizo gestiones para su construcción, lo mismo que para la introducción de la energía procedente de la Chorrera del Guayabo).
Las escuelas en la zona urbana eran relativamente pocas y todavía menos en la zona rural del municipio.
A nivel urbano estaban los siguientes centros escolares públicos: la Escuela de Niñas Salvadora Hernández de Castro fundada en 1941; la Escuela Sotero Laínez, de varones, fundada en 1943; una Sección Normal; el Kinder Nacional dirigido por la profesora Blanca Rosa Fernández (que fue mi maestra) y la Escuela Fermín Velasco, fundada en 1948. Y como centros privados: la Escuela Parroquial San Jerónimo Emiliani (donde cursé mis primeros grados), dirigida por el Padre  Somasco   José Bertola y la Escuela Santa Teresita, dirigida por Antonia e Ignacia Velasco.
El mercado de aquel entonces era una plaza ubicada en el sitio en el que se encuentra el mercado municipal actual.
Los días domingos y jueves eran días de verdadera feria comercial, debido a la concurrencia de los vecinos, pero también de los hondureños procedentes especialmente del Departamento de Lempira.
Los hondureños traían cargas de huevos, acomodadas en dos cajones de madera colocados en cada aparejo y transportados en machos y mulas.  Los “inditos”, como se les llamaba a los hondureños más pobres, traían cacastes llenos de granadillas, semitas y otras frutas. Al regreso todos los  comerciantes llevaban desde aquella plaza: dulce de panela, sal y otros enseres como ropa, zapatos, sombreros, etc.
El lugar para la venta del ganado era el Tiangue Municipal ubicado a la salida del pueblo hacia San Salvador y que funcionaba desde 1944.
Por la relativa calma y quietud, aquel lugar aunque tenía el título de ciudad, era un pueblo como una concha, metida entre los cerros y muy cerrada en sus tradiciones, especialmente católicas; pero abierta al comercio de la zona.
Vivir en el Sensuntepeque de entonces, era disfrutar en el verano, de un ambiente casi primaveral, con vientos agradables tan frescos como las montañas de Honduras de donde procedían mayormente; pero también con fuertes lluvias y muchos rayos en la época lluviosa.
El Sensuntepeque de aquella época era un lugar pintoresco, seguro y apacible.





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