FLORES DE NUESTROS CAMPOS
FLOR SI ME QUIERES, NO ME QUIERES |
MUNDILLO POLÍTICO
¿PARTIDO
DE LOS RICOS O DE LOS POBRES?
En
el mundillo político salvadoreño, proliferan apreciaciones que con el tiempo se
convierten casi en axiomas. Así desde que apareció el Partido ARENA, la
oposición lo bautizó como el partido de los ricos y mucha gente en la
actualidad le sigue catalogando de esa manera.
Por
supuesto, que no se puede negar que dentro de tal partido o muy cerca de él,
han estado representativos de la clase social más adinerada, lo que hace
suponer que al menos en períodos electorales, este instituto político ha
contado con la simpatía y sobre todo, con importantes dotaciones financieras
procedentes del gran capital y de sus militantes medianamente adinerados. Sin
embargo, en términos de votantes, en el pasado reciente, el mayor apoyo lo ha
tenido de la gente humilde del campo y en los departamentos más pobres del país
como Cabañas.
En
los años sesenta y hasta principios de los ochenta, el Partido Demócrata
Cristiano (PDC) pretendió ser representativo de la clase media, pero aquella
aspiración se fue esfumando con el tiempo debido a los problemas internos y a
su declive electoral.
En
el caso del FMLN, sus dirigentes se encargaron de presentarlo, desde su
aparición, como el partido de los pobres y de las clases más necesitadas. En
aquella época, el partido aparecía en escena, conformado en su mayoría por
gente bajada de la montaña tras la hazaña guerrillera aparentemente sin un
centavo en la bolsa; por víctimas de las masacres cometidas por la fuerza
armada; por obreros y empleados públicos como maestros y algunos profesionales
de relativo bajo nivel económico. También eran parte del partido, muchos jóvenes que o dejaron truncados sus estudios
o nunca tuvieron la oportunidad de tener un empleo. Eran raros los militantes
que tenían una empresa bien establecida.
Con
el correr de los años, al ganar el Frente las elecciones en muchos municipios,
los dirigentes y los militantes más allegados a la cúpula partidaria fueron
contratados en diversos puestos en las
alcaldías. Otros llegaron a ocupar curules en la Asamblea Legislativa, gozando
de salarios bastante elevados.
Los
cooperantes internacionales de izquierda que apoyaron a la insurgencia durante
la guerra, también siguieron favoreciendo al partido con algunas donaciones
monetarias y varios proyectos de carácter social en los que como era normal, también
se crearon algunas plazas de técnicos, de promotores y de personal administrativo.
De
continuar en aquella lógica, el partido seguiría siendo un partido modesto que obtendría
los recursos principalmente de las cuotas de sus afiliados, de la deuda
política y tal vez de algunos cuantos donantes filantrópicos.
Pero
después de veinte años, este instituto político aparece hoy en el escenario
político, al menos en la impresión de muchos, como el partido con más recursos financieros
a su disposición.
Si
no, ¿cómo explicar la cantidad de fondos para sostener una campaña que inició
casi dos años antes de lo establecido, con gran despliegue publicitario, viajes
de los candidatos al exterior y sus comitivas y enormes concentraciones de la
militancia?.
Pero
no sólo eso, vinculados al partido han aparecido desde el 2006, empresas mixtas
o proyectos importantes como: ENEPASA/ PDVSA/ Alba Petróleos (conformada al
menos la primera, por alcaldes del FMLN), Alba Alimentos, Alba Becas y más
recientemente Alba médica que sumados pueden representar muchos millones de
dólares.
Todos
sabemos que los recursos semilla de tales empresas o programas han sido
otorgados por el Gobierno de Venezuela. Lo que no se sabe, es bajo qué
condiciones financieras y políticas se han recibido tales recursos y si el
pueblo salvadoreño tendrá que pagar algún precio o se trata de un regalo sin
ningún condicionamiento.
Según
información difundida en los medios de comunicación, de las utilidades de ENEPASA/
PDVSA o Alba Petróleos de El Salvador se destinaron cantidades millonarias para
proyectos comunitarios que fueron distribuidas a criterio de la dirigencia del
partido; por lo que resulta válido preguntarse: ¿qué puede impedir que también ese
tipo de fondos se destinen ahora a la ejecución de actividades de política partidaria?.
De
acuerdo a la Constitución de la República los partidos políticos son
asociaciones creadas para actuar en el ámbito político como representantes de
las aspiraciones del pueblo y como representantes del pueblo en el gobierno
(Art. 72 y Art. 85). Así lo expresa
también el Código Electoral en su artículo 150.
En
el espíritu de la Constitución y de la ley vigente, los partidos no deben ser
al mismo tiempo entidades políticas y empresas
productoras de bienes o servicios, pues cada entidad desde que nace a la vida
jurídica tiene una razón de ser y un ámbito de acción determinado.
Lamentablemente
la Constitución y el código Electoral, aparte de la deuda política a la que
tienen derecho los partidos que participan en el proceso electoral, no establecen
regulaciones que obliguen a transparentar los recursos o contribuciones
financieras que aquellos reciben, y menos, las fuentes de las que procede tal financiamiento.
Sin
embargo, al menos en la constitución de la Asociación Intermunicipal Energía
para El Salvador (ENEPASA), participaron como fundadores, alcaldes de municipalidades
del Frente que seguramente son lo que conforman la Junta Directiva que es el
nivel superior de tal entidad. Lo que demuestra que en tal empresa ha existido
representación del estado y del Partido. Por lo que tal entidad puede ser
auditada en cualquier momento por la Corte de Cuentas de la República. (Ver Decreto de Normas de control interno, publicadas en el Diario Oficial del
15 de diciembre de 2010). http://www.cortedecuentas.gob.sv/archivo/blah/NTCIE%20ENEPASA.pdf
En
el caso de ENEPASA/ PDVSA/ Alba Petróleos, la promesa hecha a los consumidores
de que bajarían los precios a los combustibles ha quedado olvidada y la
dirigencia del partido ha preferido obtener utilidades millonarias en forma
similar a las empresas que compiten en el mercado.
En
plena campaña electoral, la situación del Frente y de sus empresas o programas
solidarios millonarios, aparecen como tema de debate y de gran preocupación
para los partidos políticos contendientes.
Mientras
tanto, debemos tomar muy en cuenta las declaraciones recientes del
Vicepresidente de la República y candidato presidencial del Frente, que afirmó
que en Alba Petróleos no existe ni un solo centavo destinado a la campaña electoral
y que para esta última, se utilizará solamente la deuda política, los aportes
de su militancia y la ayuda solidaria que se reciba.
Por
tratarse de una persona jurídica de bien público, los salvadoreños y sobre todo
la militancia del Frente, tienen derecho al menos a preguntarse, cómo un
partido de pobres y con una misión de apoyar a los pobres, aparece ahora con un
status económico aparentemente tan bonancible.
Una
de las maneras de transparentar la obtención de los recursos y su legitimidad,
sería adoptando una ley de partidos políticos moderna que coloque a todos los
partidos contendientes en paridad de condiciones. Pero la
aprobación de tal ley, depende de los votos de los mismos partidos políticos,
muchos de los cuales prefieren navegar en río revuelto.
NO HACE FALTA DECÍRTELO
No hace falta decirte
que te quiero
si eres parte
entrañable
de las luces y de
las sombras
que conforman
nuestra existencia.
¿Para qué traducir
en palabras
todos los gestos
sinceros
que han sido
siempre testigos
de todos nuestros
encuentros?.
Qué cortas son las
palabras
frente a los días y
noches
en que has llenado
con creces
los espacios de mi
mente.
Pues ya lo dijo el
Maestro
según nos cuenta Mateo:
“que no sepa tu
mano izquierda
lo que haces con
la derecha”.
Pero he logrado
entender
tus ansias y tus
reclamos,
al consultar
viejos libros
de historia de la
filosofía.
Y es clara la respuesta
en la tesis
aristotélica:
mientras opto por
el contenido
tú apuestas al
continente.
Yo actúo como los niños
cuando reciben
regalos
que rompen todo lo
externo
y buscan lo que
hay adentro.
Por eso admiro a
la gente
generosa y
solidaria:
cuanto más bienes
entrega,
más se oculta en el
silencio.
Ramiro Velasco,
enero 2013
EL JABÓN DE
ACEITUNO DE NUESTRAS MADRES Y ABUELAS
En los
campos del Departamento de Cabañas y de toda la Zona Norte del país abundaban
los aceitunos en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Aquellos
árboles, se dejaban crecer a propósito en las milpas, para dar un poco de
sombra, para utilizar su madera, pero sobre todo, porque eran muy útiles en la
economía de los hogares.
A finales del
invierno (estación lluviosa) se llenaban de flores que pronto se convertían en
aceitunas prendidas a numerosos gajos que colgaban de sus ramas.
Las había de color blanco y de color negro. El sabor de aquellos pequeños frutos
era tetelcoso, lo que no les hacía tan apetecibles para las personas, pero sí
para algunos pájaros.
Cuántas
veces de niños llegamos a la casa con los labios morados por ingerir aquellos
dulces frutos. Siendo motivo de risa para los hermanos y demás personas del
hogar.
Los
campesinos cuidaban de limpiar todo el contorno debajo de aquellos árboles, de
tal manera que los frutos maduros al caer, no se mezclaran con la maleza.
Llegado el
verano en los meses de marzo y abril, una vez pasada la recolección del maíz,
del frijol y del maicillo, la tarea era ir a recoger a los potreros las
aceitunas ya secas. A ese trabajo se unían los hombres, pero sobre todo las
mujeres y los niños que las recogían en canastos y luego las depositaban en bolsas
de manta para ser transportadas a las casas.
Después
venía la tarea de quebrar las semillas con piedras seleccionadas en las orillas de los ríos y
quebradas. Aquellos artefactos relativamente pequeños, no debían pesar mucho y
de preferencia debían ser un poco redondas o cilíndricas, para poder golpear
fácilmente en el canto de cada semilla que se colocaba en un pequeño trozo de
madera, de forma que la almendra saliera completa e ilesa.
En nuestra
casa aquella tarea, a pesar de requerir mucho tiempo y paciencia, lejos de ser
algo odioso, resultaba bastante agradable.
Tanto mujeres
como niños nos sentábamos en pequeños trozos o directamente en el suelo, de
manera que quedábamos viéndonos las caras. Así además de platicar, podíamos
apreciar quién era más hábil para despulpar aquellas semillas de color café
claro y llenar el recipiente asignado.
Pero lo mejor
de aquel trabajo, era que las muchachas de mayor edad aprovechaban para narrar
a los menores, aquellos cuentos fantásticos aprendidos de los mayores, decir
adivinanzas y contar todo tipo de pasadas.
En aquel
ambiente divertido, llegaba un momento en que jugábamos también a los “cinco
cirines”. Se trataba de probar la capacidad para sostener la risa y no hablar, en
un ambiente de tanta algarabía. Alguien tomaba el liderazgo y decía:
“cinco
cirines en un cirinal,
cinco
zapotes en un zapotal,
el que
chiste y hable,
se come
toda la suciedad del hospital”. ¡Ya!.
Una vez
dada la orden de inicio, al primero que soltara la risa o pronunciara una
palabra, se le imponía una penitencia que tenía que cumplir.
Terminada
la quiebra de semillas había que colocarlas al sol, luego limpiarlas y
triturarlas para quitarles el hollejo. A ese punto, aquella materia prima
estaba lista o para llevarla de venta al pueblo o para convertirla en el famoso
jabón de aceituno.
En el
pueblo, un medio de semillas (una arroba) se vendía al precio de unos dieciséis
reales, es decir dos colones.
Para hacer
el jabón de manera artesanal, se seguía el siguiente proceso: se molían las
semillas en la piedra. Luego se colocaba la masa en un perol con agua, hasta
alcanzar el punto de ebullición. Después se le vertía a la masa un poco de lejía,
obtenida a gotas de la coladera que era una olla grande llena de ceniza. (También
para producir la lejía se podía usar cal). La lejía se aplicaba para eliminar
el aceite que aparecía en el perol en forma de espuma.
Después,
había que menear aquella masa viscosa con una paleta de palo, de manera
incesante y por muchas horas, para que no se quemara, hasta alcanzar el
cocimiento adecuado (Aquel trabajo podía durar hasta tres días). Posteriormente
la mezcla obtenida se dejaba enfriar y estaba lista para hacer las bolas de
jabón que eran envueltas en una tuza y amarradas con pencas de guineo.
El jabón
terminado tenía un color café oscuro y un olor agradable y era utilizado para
el lavado de ropa y también para el baño de las personas.
Lastimosamente,
con la llegada de los productos industriales y el uso de químicos, aquel
patrimonio pasó a ser solamente un recuerdo.
POR FAVOR, CONTESTE LA PREGUNTA QUE
SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE.