NUESTRAS FLORES DE FEBRERO
OCURRENCIAS DEL MES
-Le comentan a un desamorado. –Bueno,
menos mal que ya llegó febrero, el mes
del amor. Y él contesta: -Del amor de quién?
-Hay gente tan tacaña, tacaña, que lo
piensa y repiensa para dar un “me gusta” en Face.
-Me encanta aquella canción del Trío Los
Tres Reyes que narra como el marido lleva a su mujer al doctor. Como ella tardaba
tanto y no salía del consultorio, el esposo le llama al doctor. Al final el
médico le dice: “no se asuste mi compay que nos muy grave la cosa, “su mujer
está jacarandosa”.
- Un niño le dice a su padre: - Por qué
algunos le llaman a Dios, Jehová o Yavé. El padre le contesta: - Ah hijo, es
que Dios es como un padre y algunos hijos le llaman papá, otros papi, otros Mi
viejo. Pero el padre es el mismo.
-Este comentario lo oí en un consultorio.
“Como Aquel no le hace caso a la Corte Suprema, a la Corte de Cuentas y menos a
la Asamblea Legislativa, dicen que se debe ir preparando, pues lo pondrá quieto
y le quitará su petulancia, el Tio Biden. A ver si es cierto”.
-Un ocurrente maistro que vende hotdogs
por la casa, le decía a su amigo: -Mirá se fue el Tromp, que se tomó el Capitolio,
pero ha quedado en el país un Trompito. Sabes quién es? No. -El que se tomó la
Asamblea Legislativa, hombre.
-Dicen que el encargado de Hacienda hablaba
dormido, un día de éstos; y en su casa, le oyeron decir: “No me FODES con el
jodes”.
-El vecino me decía a propósito de la
campaña electoral. Es un insulto a la inteligencia que estén copados la
televisión y la radio con anuncios en forma permanente y esas grandes vallas
publicitarias en las que aparecen gente que hace un tiempo no pasaba del
corredor de su patio y ahora cuentan con una millonaria publicidad. Con razón
no se paga el FODES a las alcaldías. Y agregaba: -Yo creo que mucha gente no
votará por ellos, más por indignación y para demostrar que no se deja engañar para
votar sólo por un nombre o por lo que significa una letra.
-En el bus oí el siguiente comentario: -Sabes
que para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo? –Si, ¿Por qué? – Porque
la mayor parte de candidatos del partido mayoritario en la actualidad, proceden
del Frente. O sea que son reciclados de ese partido, pues.
- Le oí decir al que vende el diario: -Dicen
que Aquel ha jurado acabarse al Frente. ¿Y será que también lo hace, ordenando
que desaparezcan físicamente los militantes de ese partido?
- Platican dos desocupados en el parque.
El de Camisa Verde le dice al de Camisa Morada: - ¿Y por quién vas a votar en las próximas elecciones? – Le
contesta el Camisa Morada. – Fijate que la verdad no sé qué criterio seguir. Mirá, le dice el Camisa Verde:
- Guíate por el nombre del partido, al menos. Por ejemplo, si es de la Democracia
Cristiana, pues qué más querés. Imaginate, votar por un cristiano. -A no, y vos
qué crees, le replica el otro, entre esos hay unos que de cristianos no tienen
nada, a lo más siguen a Cristiano Ronaldo.
-Ah pues guíate por las Nuevas Ideas. Mirá
que propuestas más coqueadas tienen. – No hombre, esos no piensan nada, sólo
dicen que se debe votar por ellos, porque los necesita Aquel para gobernar mejor.
O sea que quizás se les ha secado el coco.
Entonces, le dice el Camisa Verde: -Pues,
votá por los de Nuestro Tiempo. -Ah, le contesta el Camisa Morada: Lo que pasa
que yo soy de la cosecha pasada y de milennial no tengo nada.
-Entonces, vota por los de Vamos. - Ah no,
a mí esas invitaciones no me gustan. A saber para donde nos quieren
llevar.
.Bueno, vota por los de Concertación. – ¿Y
eso qué es? Yo sólo conozco, a mi tia Ascención, a mi tío Encarnación y a mi
tía Concepción.
-Ya veo que sos difícil. Votá por los del Frente, pues. --Mirá los de
enfrente de mi casa, son unos grandes bullistos y pendencieros. ¿Pa que voy a
votar por ellos?
-Bueno, entonces votá por ARENA. -No, es
que no me gusta ni la arena, ni el polvo, ni todo eso que se levanta con el
viento.
-Y por la Democracia Salvadoreña? No, por
ese partido, no. Porque yo creo que en El Salvador, ya casi no hay democracia.
-Y qué tal si mejor por GANA? -No, hombre
por esos, no. Porque ya ganaron mucho
dinero con tanto voto en las elecciones pasadas. O sea que ellos siempre ganan,
pero pisto.
-Bueno, no te queda más que votar por
Cambio Democrático. -Uy peor. Esos
democráticamente, se han cambiado para
seguir cambiando según cambien las cosas.
-Bueno, ¿y por quien votarás entonces? -Yo
botaré todo el estrés, corriendo como loco por la calle, cada mañana, como lo
he hecho siempre.
ELECCIONES EN EL SALVADOR, ESTE 28 DE
FEBRERO
Otra vez se llevarán a cabo elecciones de
Diputados y Concejos Municipales en El Salvador.
Vengo siguiendo el desarrollo de la
política partidaria salvadoreña desde 1984, año en que se puede decir, se
instauran las condiciones para unas elecciones libres, con el Presidente
Napoleón Duarte, en el sentido que se da una mayor libertad, comparando con lo
que ocurría anteriormente con los partidos oficiales, dirigidos y sostenidos
por los gobiernos militares. Sin embargo, los avances logrados con Duarte, en
medio de un conflicto armado para esa época, eran aún limitados, pues no
participaba en las elecciones, un partido que representara los intereses de la
insurgencia armada. Por lo tanto, es a
partir de los Acuerdos de Paz y hasta en 1994, cuando propiamente se puede
hablar de elecciones libres. El 20 de marzo de aquella fecha, se llevaron a
cabo elecciones de diputados, Concejos municipales y las Presidenciales, con la
representación de todas las fuerzas políticas del país.
Pues después de veintisiete años de ver y
oír campañas electorales, nunca había visto un despliegue publicitario tan
grande por parte de un solo partido, como el que lleva a cabo el partido de
gobierno, en la actualidad.
Ante ese hecho, surge la siguiente
interrogante: ¿De dónde sale tanto dinero para una campaña tan descomunal?. Si
en los mejores tiempos de bonanza económica, ARENA partido al que se llegó a denominar “el Partido de los ricos”, no
realizó tantos anuncios de televisión que cuestan un ojo de la cara, ni esas
vallas en las pasarelas o pasos a nivel y en lo más alto de los postes del
tendido eléctrico, ni anuncios en casi todas las radioemisoras.
Quienes hacemos análisis de tipo político,
no podemos dejar de preguntarnos: ¿De dónde sale tanta plata para costear esa
campaña? Y al mismo tiempo, nos respondemos con sospecha: No vaya a ser que esa
campaña la esté pagando el pueblo salvadoreño con sus impuestos. Y sobre todo,
ojalá que ese dinero no se vaya a aplicar a la “deuda política” pues a la
fecha, el gobierno no ha querido autorizar los fondos que corresponden a la
campaña política anterior y que de acuerdo a la ley le corresponde pagar en la
actualidad como deuda política.
Y agregamos, si de verdad se va a quitar
la deuda política, pues que no se considere pagar los votos de las próximas
elecciones para ningún partido político.
De todas maneras, lo cierto es que del
bolsillo de alguien está saliendo tanto dinero. Ojalá que no se vaya a cargar a
las ya deterioradas finanzas del Estado que en realidad son escasos recursos
del pueblo.
Por otra parte, es cierto que existen candidatos
y simpatizantes del Partido de la N cercanos a nosotros; pero ello no quita que
no se diga con claridad lo que se piensa, sobre lo que viene ocurriendo con la Administración
actual, especialmente en cuanto al manejo de fondos públicos y sobre todo, en
cuanto a la transparencia y rendición de cuentas sobre el uso de dichos fondos,
que es un tema pendiente.
Pareciera que los gobernantes de turno,
en vez de tratar de dar soluciones a los ingentes problemas de la población,
más bien pasan maquinando cómo ganar ventajas para sus allegados y cómo
destruir a los adversarios políticos.
Una campaña tan desmesurada como la
actual, de querer o no, impacta y crea un ambiente de tensión y presiona a las
voluntades de los votantes menos preparados para votar no con la razón y el
entendimiento, sino con el corazón y lo que es peor con el hígado. Y es que la
mayoría de mensajes publicitarios están cargados de medias verdades, de odio y
de vendetta política y casi ninguno, de propuestas de cómo se va contribuir a
solucionar la pobreza, las finanzas del Estado y la mejora de los servicios
públicos.
Es cierto que el voto es libre, ¿pero
cómo puede haber libertad, cuando no se deja espacio para que se manifiesten en
forma si no proporcional, al menos un tanto equivalente, las diferentes
opciones partidarias?
Los resultados de las próximas elecciones
son preocupantes, no tanto porque gane o pierda determinado partido político,
sino porque puede llegar a perderse la pluralidad de pensamiento, la representatividad
de las diversas fuerzas vivas de la sociedad salvadoreña y por lo tanto, de la
democracia en El Salvador.
Si lo que dicen las encuestas sobre los
ganadores se llega a dar el día de las elecciones, creo que le esperan a la
patria, días de mayor intranquilidad, de impunidad y de conflictividad política
y social.
Yo confío una vez más, en la buena
cabeza, la madurez y sabiduría de los
electores salvadoreños.