AGRADEZCO EL COMENTARIO DE MI AMIGO MARIO RAMOS SOBRE EL LIBRO. NO MEREZCO TANTO CONCEPTO BONITO SOBRE MI PERSONA. ME PARECE UN BUEN RESUMEN DEL LIBRO.
Les dejo el comentario:
BREVE COMENTARIO AL LIBRO ESCRITO POR
RAMIRO VELASCO
Mario Ramos, cuatro de enero 2023
Previo
Aclaro que no soy crítico literario. Como simple
lector, deseo expresar algunos comentarios sobre el libro escrito por
Ramiro: UN SEMINARISTA A TODA PRUEBA, de Sensuntepeque al
mundo. ¿Por qué no fui sacerdote?. Nueva perspectiva histórica de
Cabañas y su gente.
Introducción
Conocí a Ramiro como el hombre de LA MACANA; así se
llamaba un programa concientizador que él sostenía en Radio
Victoria, Ciudad Victoria, Cabañas, alrededor del 2005, y, él a mí me
conoció como EL HOMBRE DE LA BICICLETA, pues una vez que me convidó a una
reunión de la ANC (Asociación Nuevo Cabañas) yo llegué en
bicicleta. Luego, he leído muchos de sus escritos y hace alrededor
de unos diez años me dijo que tenía intenciones de escribir un libro de
sus memorias. Busqué de animarlo, pero ya casi había perdido
las esperanzas de ver la edición de su libro prometido, y, cuál fue mi sorpresa
hace unos meses, él me dio la buena noticia: “ Mario, ya
terminé el libro que me propuse escribir”.
En algún momento de nuestra vida, todos tomamos decisiones
fundamentales y en su libro, Ramiro narra la decisión más
importante que tomó en su vida. Esa es la síntesis del libro de 350
páginas que en el contexto escrito pondrá muchos datos de
los lugares donde ha vivido, comenzando por su infancia en el Cantón Marcos, Departamento
de Cabañas. Luego sus estudios, especialmente en dos
seminarios, trabajos, y, otros datos anexos.
Algunos
datos
1. Sobre su lugar y origen familiar. Ramiro cuenta cómo era el
cantón San Marcos donde nació con sus costumbres; por qué llegaron sus antepasados
al lugar como una zona de mucha agua por estar cerca del río
Lempa, con otros riachuelos con abundancia de peces
para comer. Cómo se ganaban la vida, como campesinos pequeños
propietarios y emprendedores en cultivos de granos básicos, maíz,
frijoles, caña de azúcar, el añil, sandías, yuca,
guineos, árboles frutales, cultivo de árboles de aceituno, pesca,
ganadería en pequeña escala, abundante comercio con la vecina República
de Honduras, etc. Narra con abundantes detalles las tradiciones
campesinas y las celebraciones religiosas como Semana Santa, Navidad y
otras. Nos hablará de sus padres Gerardo Velasco y Eugenia Barrera, sus
abuelos, sus tíos, especialmente tía Fidelina y el obispo Benjamín,
que será clave en su narración.
2. Sobre sus estudios. Narrará sus primeras letras en Sensuntepeque,
en el colegio Emiliani de la Congregación Somasca en Sensuntepeque, más
adelante en el seminario menor de Santa Ana adonde llegó con apenas nueve años,
como también en el colegio Salesiano San José; el seminario mayor San José de
la montaña, y, en la Universidad Nacional de El Salvador, donde egresó
como licenciado en Relaciones Internacionales. Cursos especiales de
capacitación por parte de la ONU y otras entidades. Como becario
por el Programa de Naciones Unidas (PNUD) y la Organización de
Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) para estudiar
Planificación y Administración de la Educación en el Instituto de la
Educación (IIPE) en París.
3.- Sobre algunas de los personas que encuentra en su vida;
la mayoría ya fallecidos. En primer lugar algunos de sus
profesores: Rutilio Grande (+), Ignacio Ellacuría (+), el cardenal Oscar
Andrés Rodríguez, Amando López (+), Guadalupe Meléndez (+), etc. Todos
los obispos de El Salvador de su época, incluyendo al mártir Monseñor
Romero. Entre sus compañeros recuerda de manera especial a Víctor Zelada (+),
Edin Martínez (+), Felipe Gómez (+), Adolfo Mojica ( +), los
martirizados monseñor Joaquín Ramos, Ernesto Barrera, Octavio Ortiz, Alfonso
Navarro, Manuel Antonio Reyes, José Ernesto Ábrego, Napoleón Macías,
y, a otros que encontró en su camino, como los presbíteros José
Bertola (+), Raúl Angulo (+), German Rodríguez (+) y claro sus
parientes y mentores más cercanos: monseñores Clemente Barrera (+)
y Benjamín Barrera y Reyes (+), segundo obispo de Santa Ana..
4.-Sus
trabajos: Alrededor de los 15 años, abandonó un año el
seminario y estuvo trabajando duro en las tareas del campo. Pero el
dato más importante que narra Ramiro es que ya estando en el Seminario Mayor
San José la Montaña, en medio de febriles movimientos de cambios
eclesiales a raíz de los documentos del Concilio Vaticano II y de los
documentos de Medellín, Colombia, abandonó la comodidad del
seminario y salió a trabajar afuera por un año para vivir la experiencia
que vive la gente, que luego se alargará el resto de su vida. Luego, ya
como profesional es admirable la sinceridad de Ramiro; como también su
honestidad cuando nos cuenta que trabajó como director ejecutivo de
cooperación internacional en el Ministerio de Planificación de 1982-1985 y como
director ejecutivo de cooperación internacional en el Ministerio de Educación
de 1989 -1995, manejando millones de dólares pero que él mismo cuenta
impuso “disciplina germánica en cuanto a transparencia y honestidad...
para 60 personas”. Narra también su trabajo en los años 1986-1987
como experto de Naciones Unidas en Guinea Ecuatorial, África.
INTERROGANTES EN SU VIDA
Puse al inicio que el tema central del libro es explicar las razones por las
qué no pudo culminar su ideal de ser un
sacerdote. Cito palabras textuales de Ramiro. 1.-“... dejar
para siempre las posibilidades llegar a ser sacerdote es una decisión tremenda
para mí. No creo haya habido otra más trascendental en mi vida. .... “ .
2.- “Había comenzado para los dos (para él y su
compañero Víctor Zelada) aquella gran prueba de conocer la realidad que vive la
gente común. Queríamos comprobar en carne propia lo que era buscar
un empleo por primera vez, vivir con un salario como el de un obrero que
apenas alcanza para subsistir... y vivir sólidamente el cristianismo en medio
del mundo, siendo seminaristas” (p. 293). “...Haber sido seminarista me
dejó una huella imborrable” p. 19. 3.- “Ser seminarista
íntegro fue un reto grande y creo lo logré mientras caminé por aquellos
senderos... Sin embargo, existe una mano providente que también nos acompaña y
permite que los hechos se den de determinada manera... No fue una mujer como
podría creerse... Fueron otros designios más vinculados a la
tradición y la manera ortodoxa de concebir las cosas... las
causantes que aquella llama se extinguiera...” “.... mi
fastidio por la iglesia y su jerarquía era muy grande después de haber
dejado el seminario hacía unos dos años” P- 318.
Su tío obispo Benjamín Barrera, de ideas conservadoras no le podía
comprender. Tuvo con él fuertes enfrentamientos al
salir del seminario>; pero muchos años después, ya estando retirado Monseñor
Barrera y Reyes, él lo visitó varias veces. Ramiro escribió de él
entre otras cosas: “Creo que me dijo en uno de esos encuentros: ” Dios
tiene sus caminos”. Me insinuó que si yo hubiera llegado a ser sacerdote
“probablemente no estaríamos platicando en esta sala”. Claro, monseñor
se refería a los sacerdotes martirizados por ser congruentes
con el Evangelio. “Ahora que monseñor Benjamín goza del premio
celestial como el buen atleta que llega al final de la carrera, no puedo
menos que aceptar que fue un persona congruente con su línea de
pensamiento. Y eso es admirable”. “En su lecho de muerte prometí
escribir en algún momento la historia de mi vida, en la que él como
obispo tuvo mucho que ver”.
Algunas apreciaciones personales
1.- Ramiro, Como reformador eclesial.- Hemos oído hablar de
los reformadores de la Iglesia del siglo XVI: Lutero, Calvino y otros que
se salieron de la Iglesia y otros que trataron de reformarla como Ignacio
de Loyola, Jerónimo Emiliani, Cayetano de Tiene, Ángela de Merici
y tantos otros más durante el Concilio de Trento. Una
de las resoluciones de Trento fue la creación de los seminarios para
preparar adecuadamente al clero; tema que para muchos serios comentaristas
después de cinco siglos ya tocó fondo y hoy se deben buscar otras formas
de preparar a los presbíteros. Ramiro, en mi humilde opinión
se adelanta a los tiempos y con su decisión rompe un muro y
comienza abrir nuevos caminos en la formación de los presbíteros. Ramiro
también es reformador también en otros campos eclesiales al poner
en práctica los documentos del Vaticano II en los que se
afirmó: “todos somos pueblo de Dios”, y se quitó (o se
trató de quitar) el método piramidal eclesial. Luego, los documentos de
Medellín que son pocos quienes han procurado practicarlos;
incluso, muchos han dado la vida por querer implementar sus resoluciones.
2.- Ejemplo de virtudes.
En todo el libro Ramiro a mi modo de ver aparece como un
joven ejemplar de muchas virtudes humanas: sincero, honrado en
la administración pública, humilde, alegre, músico, deportista, político,
celebrador de la palabra, escritor, poeta, investigador,
diplomático, trabajador incansable, ejemplar padre de familia con su
esposa Leonor Hurtado que ya falleció; pero a la vez también como
un hombre de fe y esperanza.
3.- Promotor del desarrollo. Especialmente en su tierra
natal cantón San Marcos al promover las vías de comunicación,
las escuelas para la educación básica y la educación artística y musical; el
cuido del ambiente y otros programas. Luego como fundador de
la ANC: Asociación Nuevo Cabañas, que él fundó en
Sensuntepeque; promovió entre otros proyectos acciones culturales
en coordinación con la casa de la Cultura de Sensuntepeque. Ha promovido
también la memoria histórica, por ejemplo al hacer
entre otros homenajes en vida al presbítero Clemente Barrera, uno de sus
mentores. Ya no digamos sus programas de concientización en Radio
Victoria, a través del programa que él mismo financiaba y luego La
Macana. Y claro, la lucha que coordinó con varias agrupaciones
civiles y religiosas porque la empresa minera Pacific
Rym se retirara de El Dorado, del Departamento de Cabañas y que
después se logró, gracias a Dios, al alejarse de todo el país.
Para terminar, lo considero como un libro profundo de meditación y
reflexión al incursionar con su vivencia personal en el tema de la formación en
los seminarios. Y espero que sirva no sólo a los que igual que
Ramiro ya “ somos una especie en peligro de extinción”....
je..je..je.. si no también a las nuevas generaciones de los actuales
seminarios y comunidades cristianas de base.
Aclaro, y reitero, son simples apreciaciones de alguien que apenas
ha dado la primera lectura a tan precioso y cuestionante libro
escrito por Ramiro Velasco. Ojalá otros lectores compartan sus impresiones y
comentarios a tan interesante tema y experiencia de vida de
Ramiro.