IGLESIAS AL NORTE DE SONSONATE, EL SALVADOR
COSAS BUENAS
QUE TENEMOS EN EL SALVADOR (Entrega Nº 1)
Nuestro pequeño gran territorio
En El
Salvador tenemos cosas buenas y bellas. Así en un territorio de 20,000
kilómetros cuadrados, el más pequeño del Continente, contamos en general con
tierras de buena calidad, lo que permite que se pueda cultivar y tener en la
mayor parte de ellas, altos niveles de producción. Ese es el caso de la mayoría
de terrenos ubicados al Occidente, en el Centro y en las partes altas de la
Zona Oriental del país, donde predomina el cultivo del café y en la Costa del
Pacífico, donde abunda el cultivo de la caña de azúcar y de granos básicos. En
la Zona Norte, donde las tierras son de inferior calidad, se cultivan también tradicionalmente
en forma intensiva, granos básicos.
Por algo,
en tiempos precolombinos los cultivos del maíz y del cacao tuvieron una gran
preponderancia en el territorio de lo
que ahora constituye El Salvador. Y más tarde, en tiempos de la Colonia, el cultivo
del tabaco fue muy importante en la Zona de San Vicente, y todavía mayor la
explotación del añil, en toda la Intendencia de San Salvador y en la
jurisdicción correspondiente a la Alcaldía Mayor de Sonsonate, llegando a ser el
principal producto de exportación hasta fines del siglo diecinueve.
El Salvador
está ubicado en la zona tórrida septentrional, en el centro del Continente, lo
que le permite mantener un clima cálido agradable durante todo el año, con dos
estaciones de seis meses cada una, la lluviosa y la seca.
Dentro de su
estrechez territorial, el país mantiene una variedad importante de microclimas que
pueden permitir ambientes diferentes para establecer el domicilio, para una
mayor diversificación agrícola y para actividades como el turismo.
Parte
importante del turismo interno se desarrolla en las playas del litoral en el Pacífico.
Al oriente se cuenta con playas amplias y oleajes tranquilos, en lugares como
El Espino, El Tamarindo y El Cuco. Y en el centro y occidente del país, existe una mayor infraestructura hotelera, centros
de recreación y ranchos privados. En esta última zona, los oleajes son más
fuertes, destacándose la práctica deportiva del surf y la pesca del marlin.
En cuanto
al ambiente de montaña, a dos horas de viaje desde la capital, se puede llegar
a la Sierra de Apaneca-Ilamatepec ubicada en los Departamentos de Santa Ana,
Sonsonate y Ahuachapán y que comprende unas 119, 000 manzanas, o al Bosque
Nebuloso de Montecristo (2,000 hectáreas de extensión) en el Departamento de
Santa Ana y a sitios de Chalatenango
como La Palma y San Ignacio. En este último lugar, se encuentra El Pital con
una altura de 2,730 metros que es el punto más alto de El Salvador.
Otro de las
características del territorio salvadoreño es la cantidad de volcanes y lagunas
existentes. Según el SNET existen al menos 23 volcanes con antecedentes
sísmicos y otros que se encuentran activos. Los volcanes son parte del
denominado “cinturón de fuego” que atraviesa la zona central y sur de El
Salvador.
Los
volcanes constituyen verdaderos monumentos construidos durante siglos por la
naturaleza, que merecen ser conocidos y apreciados. Uno de los que tienen mejor
acceso por carretera hasta el cráter, es el Volcán de San Salvador; pero también pueden ser vistos a relativa
corta distancia, los de Izalco y Santa Ana desde el Cerro Verde y varios otros,
desde las carreteras del interior del país.
En algunos
volcanes, existen pequeñas lagunas en sus cráteres, como es el caso del Volcán
de Santa Ana; y en otros relativamente cerca, los denominados “lagos cráter”
como: el Lago de Ilopango, el Lago de Coatepeque, el Lago de Güija, la Laguna
de Alegría, la Laguna de Olomega y la Laguna de Chanmico.
En la
mayoría de volcanes de El Salvador, se desarrollan cultivos como el café, lo
que en buena medida permite que tales colosos, se encuentren arborizados y
constituyan fuentes de producción agrícola.
Con tanta
riqueza volcánica en El Salvador, debería de acrecentarse el montañismo en las
ramas del excursionismo y expedicionismo, orientados especialmente a que los
jóvenes escalen tales lugares, lo que sería un pasatiempo sano, constructivo y
muy vinculado a la valoración del medio ambiente.
Debo decir,
que de joven tuve la experiencia de subir y descender a pie al Volcán de San
Salvador con un grupo de compañeros, llegando hasta el cráter en condiciones muy
adversas, pues no contábamos con el equipaje apropiado para hacer frente a la
lluvia y al frío y para pernoctar en el Picacho y regresar al día siguiente a
San Salvador; pero lo que viví fue algo extraordinario que aún recuerdo con
mucho agrado.
Por
supuesto que en cada departamento y municipio de El Salvador, existen cerros, ríos, quebradas y parajes
donde la naturaleza se combina con el encanto y la belleza, que pueden ser
visitados durante todo el año.
Como he
escuchado a más de algún turista, en poco territorio, El Salvador tiene sitios
y atractivos muy diversos.
MUJER DE ILUSIÓN
Caminando por los
senderos de la vida
apareciste tú como
por arte de magia;
y aunque me
cautivaste a primera vista,
quise pasar por
alto tu presencia
para no herirme
después, como sucede
cuando se llega a
perder algo querido.
Pero te encontré
de nuevo, tantas veces,
que se clavó en
mí, lo dulce de tu mirada,
lo blanco de tu
piel, cual nácar y azucena;
lo rojo de tus
labios y de tus mejillas,
el castaño
ondulado de tus cabellos
y esa figura de
mujer casi perfecta.
Al mirarte, te
delataba con misterio
el suave rubor con
que se pinta tu rostro
cuando hablas y
cuando sonríes;
y es que llevas
muy adentro
el aura de la niña
pura e inocente
que acrecienta el
caudal de tu belleza.
De ti, me basta
escuchar el eco fino
de tus palabras; y
constatar en tu sonrisa,
en tus gestos y hasta
en tu silueta,
que la belleza del
universo no está lejana,
y que el fulgor de
las estrellas
está presente en
tu cuerpo y en tu alma.
Por eso, no me inquieta
que pases
sin detenerte, a
la vera de mi camino;
pues te siento muy
cerca, en cada brisa
que baja fresca de
la montaña;
y en el primer
rayo de sol que entra furtivo
para iluminar
nuestra vida, por la mañana.
Ramiro Velasco,
julio de 2013
COSAS NEGATIVAS
EN EL SALVADOR (Entrega Nº 1)
¿Dónde quedó la austeridad en la gestión pública?
El Salvador
como muchos otros países del mundo afronta hoy,
una época de “vacas flacas”. En el pasado, especialmente en los años de
mil novecientos noventa, el país fue uno de los mejor posicionados en el Área
Centroamericana, al menos a nivel macroeconómico, pues su crecimiento económico fue destacado y sus
niveles de endeudamiento externo fueron relativamente bajos.
Por
supuesto, que la etapa más crítica en toda la mitad del siglo XX, la vivió el
país durante el conflicto armado, en los años ochenta, en la considerada para
Latinoamérica como la “década perdida”. En aquel período, los indicadores económicos alcanzaron cifras negativas alarmantes y sólo
se pudo salir adelante, una vez depuestas las armas de guerra y las armas de la
sinrazón, alimentadas por las ideologías
de la izquierda y de la derecha.
Justo en
aquella época, fungí como funcionario público de mediano nivel, pues de 1982 a
1985 me desempeñé como Director
Ejecutivo de Cooperación Internacional en el Ministerio de Planificación y más
tarde, como Director Ejecutivo de
Cooperación Internacional en el Ministerio de Educación de 1991 hasta 1995. A
la vez, desempeñé cargos de consultoría internacional de1985 a 1988), fui Jefe
de Planificación en la Comisión Nacional de Áreas (CONARA), entidad responsable
de proyectos de reconstrucción con apoyo de las municipalidades; y de 1988 a 1990, me desempeñé como consultor nacional independiente.
La
Experiencia vivida en el sector público, me permitió conocer bastante de cerca,
la orientación de las políticas de estado, tanto en el orden económico como social; así como
la orientación y aplicación del manejo de los fondos del erario público
nacional.
Por lo que
puedo afirmar que en plena situación de conflicto, cuando la prioridad era el mantenimiento
de la guerra, el Gobierno Salvadoreño tuvo que realizar acciones creativas e innovadoras
para sostener los programas y proyectos de los Ministerios, de las Entidades Autónomas
y de los Gobiernos Locales, haciendo uso de los limitados recursos del erario
nacional, así como gestionando y utilizando de la mejor manera, la cooperación de gobiernos amigos y de organizaciones
internacionales.
Por
ejemplo, en aquella época, las misiones de funcionarios públicos al exterior se
limitaron de manera estricta a las necesarias; es decir por ejemplo, a las reuniones intergubernamentales en las
que el estado salvadoreño debía estar representado o en la realización de
gestiones para la obtención de recursos internacionales. Para
dichas misiones, los gastos en boletos de viaje y viáticos se restringieron en
una forma radical. Debo confesar públicamente, que en mi caso generalmente
utilicé en mis viajes fuera del país, fondos otorgados por organismos
internacionales que patrocinaban los eventos, pues las políticas del gasto de
fondos del GOES se orientaban a asegurar los salarios de los empleados y
funcionarios del sector público y a racionalizar de manera estricta los gastos de
funcionamiento como compra de materiales, gastos en combustible, etc.
Las becas
al exterior se trataron de aprovechar al máximo y sólo se otorgaban cuando eran
financiadas por los gobiernos y organismos internacionales.
En aquella
época a los directores en el Ministerio de Planificación (MIPLAN) se nos
asignaba un motorista para las misiones estrictamente de trabajo; se nos
recogía y llevaba de regreso a nuestra casa, antes y después de la jornada de
trabajo, pues los vehículos quedaban resguardados por las noches y fines de
semana en el Ministerio.
Y en el
Ministerio de Educación, en los cinco primeros años de los noventa, impulsamos un
sistema parecido, en el que se ejercía un estricto control de los vehículos
para que fueran utilizados únicamente en tareas oficiales. El control a nivel
del manejo presupuestario también fue estricto, orientado por una política institucional racional del gasto de los recursos del
presupuesto nacional y de los proyectos con cooperación externa.
Debo
señalar que en el MINED, a pesar de que yo era ordenador de pagos de todos los
proyectos de cooperación internacional, siempre utilicé también para los gastos
de viaje al exterior, los fondos asignados por la entidad internacional que
invitaba, a pesar de que en ocasiones eran limitados; pudiendo haber justificado
la asignación adicional de fondos de GOES, como comprobé que lo hacían
funcionarios de otros países latinoamericanos y lo hacían posteriormente y lo hacen
ahora muchos funcionarios salvadoreños.
Sin
embargo, entrados los años noventa, en otros niveles de la Administración
Pública, la cosa fue muy diferente. Ese fue el caso de los manejos oscuros y de
corrupción conocidos en los procesos de privatización de la banca, en la CEL,
INAZUCAR, BFA, ANDA, ISSS, ISTA, FIS, MOP, como se ha conocido ampliamente por
los medios de comunicación; pero muy poco por los informes de la Corte de
Cuentas de la República.
Cuando
hablamos que estamos en una situación de “vacas flacas” nos referimos
especialmente a los saldos rojos entre los ingresos y egresos del estado; y al
recurso perverso de utilizar fondos de
préstamos para realizar gastos de funcionamiento (salarios, materiales, etc),
cuando éstos debieran ser destinados exclusivamente a la inversión en obras
públicas y de desarrollo social.
Pero la
impresión que queda, es que los funcionarios públicos de todo nivel se
comportan hoy, como en los mejores tiempos de las “vacas gordas” y no se ha
visto una ley de austeridad temporal aplicable a toda la Administración
Pública. Es decir, no existe conciencia de la precariedad en que se encuentra
la hacienda pública, en cuanto a disponibilidad financiera. Y la iniciativa debe
partir de los altos funcionarios del Ejecutivo como de los señores diputados de
la Asamblea Legislativa.
Como lo he
señalado en otros escritos, uno de los rubros cuyo gasto debiera restringirse por
ley y de inmediato, son las amplias campañas de publicidad de los proyectos y
obras del gobierno central, pero también de la Asamblea Legislativa, entidades
autónomas y municipalidades. Lo peor de tales campañas, es que los resultados que se publicitan, se
atribuyen al funcionario que dirige la institución, llámese presidente, secretario
(a), alcalde o alcaldesa, procurador, etc.,
como si los mismos, no fueran el resultado del trabajo de todos los
participantes en la gestión pública de la institución correspondiente.
Otra cosa
que debe ser erradicada por ley son las famosas partidas secretas o sus
equivalentes formas de manejo presupuestario, tanto en el Ejecutivo como en
otros Órganos del Estado, que se prestan para la discreción en la aplicación de
gastos y que han servido para pagar elevados sobresueldos de los presidentes de
la República, ministros, presidentes de entidades autónomas etc. y para otros
gastos cuantiosos no necesarios.
En la
gestión gubernamental actual, pueda ser que se hayan tomado algunas acciones
para restringir el gasto del erario público en asuntos que no son
indispensables. Pero lo que aparece a la vista y que es reportado por los
medios de comunicación son: numerosas comitivas
en viajes oficiales, viajes innecesarios a países lejanos, compra de vehículos
de lujo, festines para celebrar los aniversarios y hasta gastos como los que se
conocieron de la Asamblea Legislativa en obras de arte y en un canal de televisión
que nadie ve y hasta en una emisora que casi nadie escuchará; lo que en mi opinión no tiene mucho sentido.
Cuando se
tomen acciones serias para restringir gastos innecesarios y para racionalizar
el uso de los limitados recursos de la Administración Pública, entonces nuestra
pregunta inicial tal vez comience a tener respuesta.
Bueno..
ResponderEliminarprimero... las fotografias de las iglesias, naturalmente y comprensible!:-)
Efrain
Ya ves Dr... Es que como acá no hay sinagogas... pero lo más importante es que tenemos tu comentario y que constato que lees nuestras cosas. Hasta luego.
EliminarRamiro