LOS ZARZOS DE OCCIDENTE EN FLOR |
LOS DIPUTADOS QUE SE DEBEN AL PUEBLO, LE DEBEN AL
PUEBLO
Las elecciones llegan y los políticos que en su
mayoría son expertos para dar “garabato” a la gente mientras andan pidiendo el voto, una vez electos vuelven a las andadas,
es decir a sus marufiadas y a sus movidas, especialmente en el seno de la
Asamblea Legislativa. Y así, pasa una administración y otra y se trata de la
misma mica, aunque a veces se vista de seda.
Que les valga a los políticos que en este nuestro
pequeño país, el pueblo tiene memoria de gato y se olvida pronto de sus malas
actuaciones, que debieran estar presentes en la mente de los votantes a la hora
de cada elección.
Hace dos meses exactamente, se pudo elegir por fin a
los magistrados de la Corte Suprema de Justicia del 2006 y 2012, como lo había ordenado
la Sentencia de la Sala de lo Constitucional, para corregir la plana a los
diputados por una elección anticonstitucional.
Después de un largo tiempo de impasse, fue necesaria
la intermediación del Presidente Mauricio Funes hasta que se logró un acuerdo interpartidario a
costa de los servicios caídos en la Corte Suprema de Justicia y de muchas
sesiones de trabajo que significaron decenas de miles de dólares en horas-funcionario
de alto nivel, gastos de atención a los participantes, gastos de seguridad,
etc. Todo por el trabajo mal hecho de los diputados.
La situación en este momento vuelve a ser similar, después
de la elección inapropiada del Fiscal General de la República, llevada a cabo
en abril pasado cuando la Asamblea eligió al
Abogado Astor Escalante. Tal
elección, de acuerdo a otro fallo de la misma Sala de lo Constitucional, fue también
inconstitucional y por lo tanto, debía repetirse.
La nueva elección debía de haberse realizado antes del
19 de septiembre pasado, fecha en que concluía el período del Fiscal anterior
Romeo Barahona. Sin embargo, ha pasado más de un mes y un entrampamiento
propiciado por los partidos mayoritarios, ARENA y FMLN, ha impedido la nueva
elección que requiere 56 votos. Por tal razón, el Fiscal Adjunto José Ovidio
Portillo asumió como Fiscal interino, como lo ordena la ley, para que la
Fiscalía General de la República no quedara acéfala mientras se elige al verdadero
Fiscal.
En el contexto de la elección han proliferado acusaciones
de los mismos diputados sobre posibles sobornos y compra de voluntades por
parte de algunos partidos políticos o fuerzas extrañas para orientar la
elección del fiscal. Aunque cuando el río suena es porque piedras lleva, lo más
probable es que se trata de todo un teatro para tratar de esconder el bulto de
la poca capacidad para la concertación y el diálogo sincero y honesto.
La truncada elección, demuestra una vez más, el comportamiento
viciado de muchos políticos salvadoreños que han estado acostumbrados a
responder a los intereses particulares de las élites partidarias para llevar a cabo las elecciones de segundo grado, como son las de los Magistrados de la Corte Suprema de
Justicia, del Ministerio Público y de la Corte de Cuentas de la República.
El mandato constitucional es claro en su Art. 192, al
señalar que tanto el Fiscal General de la República como los demás funcionarios
de alto nivel del Ministerio Público, durarán tres años en el ejercicio de sus
cargos y podrán ser reelegidos. Es decir, que la Asamblea debió reelegir al
Fiscal General todavía en funciones o
elegir de inmediato a una nueva persona para tal cargo.
Se ve que detrás de la elección del fiscal está de por
medio el interés de que se tapen algunos actos que rozan con lo delictivo y que
fueron cometidos en el pasado por funcionarios del más alto nivel, tanto de la
derecha como de la izquierda; o la búsqueda de un fiscal dócil que se preste
para cubrir posibles actuaciones indebidas que seguramente maquinan las
dirigencias partidarias, especialmente si ganan la Presidencia de la República.
Si no, cómo se explica tanto aferramiento de cada
partido grande por determinado candidato y el nulo consenso para lograr la
elección definitiva.
La sociedad civil y personalidades como los obispos de
la Arquidiócesis de San Salvador, el
Procurador de los Derechos Humanos y otras voces han hecho llamados para que se
elija lo más pronto posible a la persona más capaz y valiente para impartir
justicia.
Sin embargo, tales voces no encuentran eco en los
políticos de los grandes partidos como el FMLN que prometió el cambio en la
actuación política, como lo propugnó en su Plataforma Electoral de 2012-2015
cuando expuso: “Nuestro
compromiso con el cambio se expresa en una nueva forma de hacer gobierno y de
legislar, de manera participativa, dialogante, concertadora y transparente con
una visión de país… El estilo democrático de gobernar será: 1.Con visión de
país; 2 Con sometimiento a la Constitución; etc.” Ver siguiente sitio:
Ahora se le puede decir, al denominado "partido de los cambios", como dice
Juan Pueblo: ¡Que se lo crea su abuelita!.
.
MUJER COMPLETA
Tu pelo es tan rubio y sedoso
como el de los jilotes de nuestra tierra.
Tus ojos, como los primeros rayos de sol
que alumbran por la mañanita.
Tu mirada, como la luz de aquella estrella lejana
que siempre ilumina mi espíritu.
Tu boca, como el panal tejido con la miel
y el aroma de las campanillas.
Tus labios como los pétalos de rosa de castilla,
cuando está recién cortada.
Tus manos tan suaves, como el bálsamo fragante,
extraído artesanalmente de nuestra cordillera.
Tu sonrisa, como la pequeña caída del arroyo,
tan natural, tan cálida y tan llena de ternura.
Tu voz y tu acento, como el canto del zenzontle
cuando despide el día, al atardecer.
Tu cuerpo, como
el naranjo de mi huerto,
tan altivo y repleto de azahares en la primavera.
Tus pies, como los de un ángel venido del cielo,
tan limpios y tan delicados.
Tu corazón tan amplio como la sombra del almendro,
dispuesto siempre a entregar ayuda a quien lo
necesita.
Ramiro Velasco,
octubre de 2012
SENSUNTEPEQUE
EN LOS AÑOS CINCUENTA
El casco
urbano central de Sensuntepeque a principios de la década de 1950, mantenía en
buena medida las características del Sensuntepeque de fines del siglo XIX y
principios del XX.
El centro
histórico de unas seis manzanas de superficie, estaba construido sobre la parte
plana que constituía la base de dos pequeños montículos.
En el lado
oriente del centro histórico se encontraba la Iglesia Santa Bárbara. Aquel
templo fue erigido en honor a la santa virgen y mártir, desde tiempos de la
Colonia. Sobre él, Miguel Ángel Velasco en su obra escrita en 1949 y titulada
“Monografía Histórica de la Ciudad de Sensuntepeque” menciona que: su fachada fue
construida en 1854; que fue reconstruido
y terminado en 1903 y que en 1946, fue colocada la imagen de la Virgen en el
frente superior, siendo párroco el dinámico sacerdote Medardo Jaimes.
En la parte
central del centro histórico, se encontraba el parque que según el mismo autor,
fue construido en 1924 y nominado en 1937 como Luciano Hernández, en honor a
tan distinguido hijo meritísimo de la ciudad, que fuera General de Brigada, Diputado,
Orador, Literato, Rector de la Universidad de El Salvador, Ministro de
instrucción Pública, Secretario de la Presidencia y Diplomático.
Al poniente
del parque, estaba la alcaldía y el toro (la cárcel) y en la esquina norte, el
cuartel y el Juzgado; y tanto al sur como al norte, una línea de casas con sus
portales y sus amplios patios internos.
Los días
jueves, sábados y domingos era costumbre llegar al citado parque por las
noches, para escuchar los conciertos de la banda regimental que se ubicaba en
el kiosco, mientras las parejas o pequeños grupos familiares daban vueltas en
su contorno.
Las casas
con paredes de adobe y con techos de
madera y teja, se ubicaban desde el casco central, unas tres cuadras hacia el
sur y una cuadra al norte; y unas cinco cuadras, tanto al oriente como al
poniente, incrustadas en los predios de las pendientes, hasta cubrir las cimas
de ambos montículos.
En las
partes más altas, sobresalía al poniente,
la Iglesia de El Calvario y el Hospital San Jerónimo Emiliani. Aquella iglesia,
según narra Miguel Ángel Velasco en su obra ya citada, fue construida bajo la
dirección del Padre Manuel Velásquez en 1881 y reconstruida en 1925 y en 1945. El
Hospital San Jerónimo Emiliani fue construido por iniciativa del Sacerdote
Medardo Jaimes en 1944, con el apoyo de las autoridades y personas altruistas.
Sobre este
centro hospitalario y otras obras me proporcionó otros breves detalles el Padre
Jaimes, en una entrevista que yo le hiciera hace cinco años. (Ver página de este mismo blog en
el siguiente sitio: http://ramirovelasco.blogspot.com/2007_05_01_archive.html
En la otra
parte alta de la ciudad, al oriente, sobresalía la Administración de Rentas y
al norte al final de la ciudad el Cerro Pelón en el que se construyó el Parque
Cabañas, en honor al General Trinidad Cabañas y que según Miguel Velasco, se
llevó a cabo por iniciativa del Comandante Departamental Daniel Castillo, a
principios del decenio de 1880.
Para 1950, la
población urbana de la ciudad rondaba cinco mil habitantes, mientras que la
población rural perteneciente al municipio era aproximadamente de unos veinte mil.
Lo que demostraba que se trataba de una zona muy ruralizada en la que la ciudad
servía como centro de operaciones para el comercio y para contar con los servicios
públicos y privados más vitales.
La energía
eléctrica era abastecida por un motor instalado en la ciudad desde 1947, con
capacidad real para el alumbrado de las casas y de las calles. Aunque debe
decirse que las luces del alumbrado público eran bastante débiles. Lo anterior,
a pesar de que a principios del decenio (1950) se había construido la Presa Cinco de
Noviembre en el Departamento de Cabañas.
El agua
potable era bombeada desde El Catorce, un pozo ubicado a unas cinco cuadras del
Centro y denominado así, seguramente en
recuerdo de alguna fecha importante. En el Barrio El Calvario había un tanque
de captación para la distribución del agua en la zona más alta de la ciudad.
Debe
mencionarse que buena parte de la población utilizaba el agua del Catorce y de
otras fuentes como La Mina, El Chorro, El Copinol, El Ujushte, El Paterno y
otros nacimientos cercanos, para bañarse, recoger agua en cántaros y para lavar
la ropa en piedras o en sencillos lavaderos construidos por la municipalidad.
Un poco más lejos, estaba Tronalagua nacimiento muy fuerte en el que se
construyó una piscina en 1938.
Las calles de
la ciudad eran empedradas y por ellas transitaban mayormente caballos y mulas,
lo que producía un ruido muy especial debido al contacto de las herraduras que
llevaban clavadas dichos animales en sus cascos.
También
transitaban en las calles algunas carretas cargadas especialmente con leña y
granos básicos. Sin embargo, su uso no era muy intenso en la ciudad, debido a
la topografía muy elevada que impedía ir fácilmente de un lugar a otro.
Los
vehículos automotores eran relativamente escasos para la época. Se limitaban a
las camionetas de pasajeros grandes y medianas y a camiones de carga,
utilizados por los negociantes más prósperos.
La calle
que conducía de Sensuntepeque a San Salvador era bastante mala, especialmente
en las cuestas como la de Los Bueyes que era sumamente inclinada. (La nueva
carretera con diseño moderno, sería abierta hasta principios de los años
sesenta, gracias a la iniciativa del Diputado sensuntepecano Wilfrido Navarrete
que hizo gestiones para su construcción, lo mismo que para la introducción de
la energía procedente de la Chorrera del Guayabo).
Las
escuelas en la zona urbana eran relativamente pocas y todavía menos en la zona
rural del municipio.
A nivel
urbano estaban los siguientes centros escolares públicos: la Escuela de Niñas
Salvadora Hernández de Castro fundada en 1941; la Escuela Sotero Laínez, de
varones, fundada en 1943; una Sección Normal; el Kinder Nacional dirigido por
la profesora Blanca Rosa Fernández (que fue mi maestra) y la Escuela Fermín
Velasco, fundada en 1948. Y como centros privados: la Escuela Parroquial San
Jerónimo Emiliani (donde cursé mis primeros grados), dirigida por el Padre Somasco
José Bertola y la Escuela Santa
Teresita, dirigida por Antonia e Ignacia Velasco.
El mercado
de aquel entonces era una plaza ubicada en el sitio en el que se encuentra el
mercado municipal actual.
Los días
domingos y jueves eran días de verdadera feria comercial, debido a la
concurrencia de los vecinos, pero también de los hondureños procedentes especialmente
del Departamento de Lempira.
Los
hondureños traían cargas de huevos, acomodadas en dos cajones de madera colocados
en cada aparejo y transportados en machos y mulas. Los “inditos”, como se les llamaba a los
hondureños más pobres, traían cacastes llenos de granadillas, semitas y otras
frutas. Al regreso todos los comerciantes
llevaban desde aquella plaza: dulce de panela, sal y otros enseres como ropa,
zapatos, sombreros, etc.
El lugar
para la venta del ganado era el Tiangue Municipal ubicado a la salida del
pueblo hacia San Salvador y que funcionaba desde 1944.
Por la
relativa calma y quietud, aquel lugar aunque tenía el título de ciudad, era un
pueblo como una concha, metida entre los cerros y muy cerrada en sus
tradiciones, especialmente católicas; pero abierta al comercio de la zona.
Vivir en el
Sensuntepeque de entonces, era disfrutar en el verano, de un ambiente casi
primaveral, con vientos agradables tan frescos como las montañas de Honduras de
donde procedían mayormente; pero también con fuertes lluvias y muchos rayos en
la época lluviosa.
El
Sensuntepeque de aquella época era un lugar pintoresco, seguro y apacible.
POR
FAVOR, CONTESTE LA PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY
IMPORTANTE. GRACIAS.
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