TRISTES VERDADES SOBRE LA RENOVACIÓN DEL DUI
El calvario para obtener el Documento Único de Identidad (DUI) refleja en buena medida mucho de lo que ha pasado a ser parte de nuestra cultura.
En primer lugar, lo reacios que somos los salvadoreños a seguir las reglas del orden en cuestiones tan necesarias como la identidad de las personas.
Para un salvadoreño común llamarse según el nombre con que lo bautizaron, con el que lo asentaron en la Alcaldía o con el que le conocen en su lugar de residencia, ha venido a ser lo mismo. Así existía en la cédula anterior, el famoso “conocido o conocida por” tan utilizado por los abogados en los trámites notariales.
Para un salvadoreño común llamarse según el nombre con que lo bautizaron, con el que lo asentaron en la Alcaldía o con el que le conocen en su lugar de residencia, ha venido a ser lo mismo. Así existía en la cédula anterior, el famoso “conocido o conocida por” tan utilizado por los abogados en los trámites notariales.
Por otro lado, es parte del salvadoreñismo, la inveterada costumbre de dejar para el último día, la realización de un trámite obligatorio como sucede con la declaración de la renta, el pago de la mensualidad de la luz o del agua, de colegiaturas, de nuevas placas de vehículo, etc. De ahí las colas enormes de la gente que deja todo para última hora y que quiere ser bien atendida.
Otra razón de fondo para que se exija un documento básico de identidad como la partida de nacimiento auténtica, debiera ser la de asegurar la nacionalidad de una persona. Sin embargo existen serias lagunas que no garantizan la seguridad jurídica de las partidas de nacimiento. Y eso es consecuencia de la irresponsabilidad de instituciones responsables de extender documentos de identidad como las Alcaldías y los notarios con base a la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria, cuyo decreto fue promulgado inicialmente en 1979 y modificado en 1982, 1991 y 1994.
Con base a esa ley, se han extendido certificaciones para entregar partidas de nacimiento a extranjeros que volviéndose salvadoreños de esa manera, han podido votar en las elecciones o se han servido de tales documentos para realizar trámites como salvadoreños, como es el caso del famoso Luis Posada Carriles.
Con base a esa ley, se han extendido certificaciones para entregar partidas de nacimiento a extranjeros que volviéndose salvadoreños de esa manera, han podido votar en las elecciones o se han servido de tales documentos para realizar trámites como salvadoreños, como es el caso del famoso Luis Posada Carriles.
Otro hecho que ha venido a confirmar esta situación tan generalizada, se ha dado justamente en la semana anterior, con el caso de Jorge Aníbal Torres Puello, inscrito como salvadoreño en la Alcaldía de Huizúcar el 19 de octubre del 2007, como Jorge Torres Orellana. (Ver noticia redactada por Juan Carlos Vásquez, de Diario el Mundo en el sitio siguiente:
http://www.elmundo.com.sv/Mambo/index.php?option=com_content&task=view&id=23674&Itemid=41
Utilizar testigos falsos y contar con partidas de nacimiento chabeleadas y después tener un DUI legalizado, ha estado a la orden del día. Y eso lo saben abogados, funcionarios públicos y tanta gente que ha visto a extranjeros, menores de edad y personas con doble documentación, ejercer su sufragio en El Salvador y realizar diversos actos como salvadoreños.
Debe recordarse además, que una buena cantidad de DUIs fue extendida a partir del 2001 únicamente con la cédula de identidad, documento que se sabe no garantizaba una verdadera seguridad jurídica.
La idea de introducir el DUI en el año 2001, era según el mismo texto de la ley: “Que el DUI constituirá un instrumento de trascendental importancia en el contexto de la seguridad nacional, especialmente referida la seguridad ciudadana y la jurídica” y que “El Documento Único de identidad, es el documento oficial, suficiente y necesario para identificar fehacientemente a toda persona natural, salvadoreña, en todo acto público o privado, tanto dentro del país, como en el extranjero, cuando dichos actos surtan efectos en El Salvador”.
La entidad responsable de la emisión del DUI según la ley, es el Registro Nacional de las Personas Naturales (RNPN). DOCUSAL es sólo una empresa emisora que responde a un contrato determinado y en sus oficinas están los representantes del RNPN que avalan que una partida de nacimiento es válida.
La responsabilidad del RNPN para no contar a la fecha con una base de datos consistente y depurada sobre la identidad de las personas, tiene que ver con los funcionarios que dirigieron tal institución en el pasado relativamente reciente y que permitieron que se extendieran DUIs a decenas de miles de personas probablemente extranjeras y menores de edad. Ese hecho fue expuesto por la misma OEA antes de las elecciones del 2009.
Eximir a los salvadoreños para que no presenten una partida de nacimiento actualizada, tal vez no tenga mayor relevancia, si en las alcaldías tampoco se depura la información sobre tales partidas y su autenticidad, especialmente en los casos de las entregadas con base a la famosa Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria.
Que no aprovechen esta oportunidad el RNPN y las Alcaldías, para disponer de una base de datos consistente, sería darle largas a un asunto que es atentatorio de la seguridad nacional.
Por lo tanto, es indispensable que el RNPN cree una base de datos de aquellos DUIs sustentados en partidas de sospechosa legalidad y que fueron extendidas de acuerdo a la ley del Ejercicio Notarial, ya citada. Y que los documentos de aquellas personas que obtuvieron de esa manera su identidad, debieran ser objeto de una mayor depuración en el futuro próximo.
Por lo tanto, es indispensable que el RNPN cree una base de datos de aquellos DUIs sustentados en partidas de sospechosa legalidad y que fueron extendidas de acuerdo a la ley del Ejercicio Notarial, ya citada. Y que los documentos de aquellas personas que obtuvieron de esa manera su identidad, debieran ser objeto de una mayor depuración en el futuro próximo.
El costo actual por la emisión del DUI, no debiera ser un tema trascendente frente al objetivo de contar con un documento de identidad actualizado y veraz. Esto a pesar de la protesta de muchos salvadoreños que gastan en cosas innecesarias y que no valoran la importancia del DUI y que fueron acostumbrados por los politiqueros a que les entregaran los documentos en forma gratuita, a costa del impuesto de todos nosotros.
De no crear una multa aunque sea simbólica, para quienes no renueven su DUI en las fechas establecidas y de no ampliar los centros de atención cuando fuere necesario, las aglomeraciones incontroladas en las fechas tope, seguirán a la orden del día. Lamentablemente, así somos los salvadoreños.
MUJER DE SOL Y PANELA
Llegaste en pleno verano
a la par de los lamentos
del rudo trapiche de madera.
Y brotaste pudorosa
entre la madre y los hijuelos,
junto al caldo de la caña.
Te mezclaste después
con la miel que hervía,
rebasando el perol
hecho de tosco hierro.
Y atizaste la leña
del quebracho y del candelillo,
en aquel horno de tierra
enrojecido por las llamas.
Adiviné tus pasos
entre los labriegos sin horario
y las mujeres repletas de sol
que degustaban sin pausa
la puzunga.
Y entre los niños caretos
que se alejaban corriendo
con sus bigotes nuevos
hechos de espuma y de cachaza.
Apareciste más tarde:
con aquel líquido pardo
enfriado a fuerza de paletas,
entre los batidos rociados de anís,
y entre los morenos atados
del dulce de panela.
Volaste más tarde
movida por los vientos
junto al polen de las flores
transportado por las abejas.
Pero has de volver de nuevo
cada vez que se esparza
por los valles y cañales
un nuevo olor a molienda.
José Ramiro Velasco, febrero
2010.
LOS JOCOTES TAMBIÉN SON SALVADOREÑOS
El jocote es originario de Centroamérica y México. Nuestros antepasados le llamaban “xocotl” en nahuat; y los científicos lo han clasificado como: spondias purpurea.
El árbol de jocote pertenece a la familia de las Anacardiáceas.
En nuestros campos encontramos diferentes clases de jocote, como: turco o pitarrilla, de azucarón, tronador, de corona, de invierno, de iguana.
El jocote común se siembra por lo general en los terrenos más áridos y es admirable ver como en la etapa más seca del verano está lleno de frutos.
En los cercos de Cabañas por ejemplo, abunda el jocote de iguana, llamado así por ser muy pequeño y ácido y porque en otros tiempos, era la fruta preferida de los garrobos e iguanas, ahora en proceso de extinción.
El jocote de corona es llamado así, probablemente por ser el rey de entre los jocotes debido a su gran tamaño y sabor. Es cultivado en la zona de los volcanes, especialmente de Santa Ana y el Chingo.
En el Cantón Buenos Aires, muy cerca del Volcán de Santa Ana, me encontré con árboles centenarios cuya cosecha era vendida por los propietarios a los toponeros, en el mismo árbol; y los toponeros se encargan de cortar la cosecha. Cada uno de aquellos árboles produce unos ocho mil jocotes. El costo actual en el mercado es de aproximadamente unos diez jocotes de corona por dólar.
El clima fresco es indispensable para una buena producción del jocote de corona. Con esmero se puede lograr que desarrollen los árboles de esta clase en terrenos más cálidos, pero el fruto será mucho más pequeño y de menor calidad.
El clima fresco es indispensable para una buena producción del jocote de corona. Con esmero se puede lograr que desarrollen los árboles de esta clase en terrenos más cálidos, pero el fruto será mucho más pequeño y de menor calidad.
Pero los jocotes del común son los tronadores que pueden ser dulces aunque con un poquito de ácido. De ahí que sean los preferidos cuando están verdes para prepararlos en encurtido o ya maduros para comerlos en su estado natural. Tradicionalmente este tipo de jocotes se preparan en dulce en los días de la Semana Santa y se sirven acompañados de una guacalada o una taza de chilate.
Que los jocotes verdes son sabrosos, lo pueden atestiguar los bolitos que pasan sus tragos de licor puro, gracias a las bocas de jocote. O las embarazadas y colegiales que se los comen con abundante alguashte.
Existen lugares que hacen honor a esa fruta. Así en San Matías, Departamento de La Libertad, existe el Cantón el Jocote; en San Miguel, existe el Caserío Jocote Dulce; en Coatepeque existe el Cantón El Jocotón, sólo para señalar algunos.
Existen lugares que hacen honor a esa fruta. Así en San Matías, Departamento de La Libertad, existe el Cantón el Jocote; en San Miguel, existe el Caserío Jocote Dulce; en Coatepeque existe el Cantón El Jocotón, sólo para señalar algunos.
Los jocotes son tan salvadoreños como las pupusas, a tal grado que en el caló salvadoreño esa palabra, puede tener varios significados. Por ejemplo, decimos que la situación está jocoteada o sea muy tremenda. O que el examen de un estudiante estuvo “jocote” es decir muy difícil.
En otros casos se habla de los jocotes, cuando los dedos se hinchan, así se diría que al delincuente lo llevan amarrado de los jocotes.
También se usa el término aunque menos, de manera vulgar, para referirse a una parte íntima de los hombres. Se puede decir que “ese si tiene los jocotes bien puestos”, para indicar que ese hombre es muy valiente.
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