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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

martes, 1 de diciembre de 2020

UN DICIEMBRE DISTINTO, PERO SIEMPRE BIENVENIDO

 

 

TALCHINOLES EN EL SALVADOR











UN DICIEMBRE MUY DIFERENTE AL DE OTROS TIEMPOS  

Diciembre es el mes más enigmático del año en El Salvador. Todos por lo general, lo asociamos con las fiestas de navidad y año nuevo. Y eso puede significar, alegría o tal vez tristeza. Depende de los estados de ánimo, según las distintas personalidades; pero también de los acontecimientos vividos a nivel familiar en el pasado cercano y durante el año en curso, pero también de otros tiempos.

Para las personas adultas, esta época del año también se asocia con la época de escuela o de colegio; con los años de la juventud y con los momentos felices de cuando nos íbamos de farra a las fiestas de despedida de labores que eran tan comunes en las empresas u oficinas de gobierno; o de las lunadas en el pueblo, amenizadas por el conjunto musical de la localidad o por la pulún pulún del cantón.

Los diciembres del pasado eran tiempo de alegría y optimismo. En los diferentes estratos sociales, significaba algo diferente al resto de los meses. Para los niños y jóvenes escolares y sus maestros, significaba tiempo de vacaciones y de descanso. Para muchas familias, la posibilidad de reencuentro, especialmente por el retorno de padres, hijos o hermanos desde la ciudad al campo o del extranjero. Para los trabajadores, algunos días de asueto y unos centavos más con el aguinaldo y otras prestaciones. Y para las personas de más recursos, tiempo para realizar algunos viajes internos o al extranjero y contabilizar ganancias al cierre del año.

Cuántas promesas fueron dejadas y cumplidas en diciembre, como una boda, un emprendimiento comercial, la compra de la casa o del vehículo. Hasta el clima era mucho más agradable que en el resto del año, por los suaves vientos y la baja de temperatura ambiente.

Sin embargo, este diciembre, parece que será algo excepcional por efectos de la pandemia del Coronavirus que ha venido a transformar la normalidad y ha dejado además de luto y dolor por los seres queridos víctimas de la enfermedad, desempleo y más pobreza en la sociedad a nivel nacional e internacional.

Según se ve, las reuniones familiares se verán limitadas a los que viven en casa o que han estado más cerca y que nos consta que ya padecieron o se han librado de la enfermedad.  En todo caso, de asistir a centros de diversión o de esparcimiento, lo haremos con el cumplimiento de las recomendaciones y protocolos de distanciamiento social y de cuidados personales.

Y como si fuera poco, el ambiente de hoy se siente muy enrarecido, no sólo en lo socio-económico, sino hasta en lo político. Los dirigentes de los partidos y del gobierno se han encargado de crear un ambiente de tensión y de odio entre los ciudadanos,  todo por aparecer como los salvadores de la patria y acusar a los que consideran contrarios, como los corruptos y los responsables de la situación caótica existente. En el fondo, por interés de mantener o lograr más poder.

El proceso electoral, que arrancó con la inscripción de candidatos a diputados y Concejos Municipales, ha entrado en una serie de acusaciones, protestas y hasta detenciones de dirigentes partidarios en una lucha frontal que no presagia nada bueno.

Ese ambiente de tensión partidaria, no se observa únicamente en los ambientes laborales, también se da en el seno de las mismas familias, donde unos miembros parecen simpatizar con uno de los dos bandos,  el de los “buenos e innovadores del status quo” o el de los otros, considerados como “los de siempre” manchados de corrupción y malas prácticas de gobierno.

Ese ambiente de tensión, se verá pronto más acentuado cuando se autorice la campaña electoral de Diputados y Concejos Municipales, que culminará con las elecciones a realizarse en febrero de 2021; pero de seguro, continuará en el futuro cercano, pues las ansias de poder y de poder absolutista están a la vista.

La historia salvadoreña, ha vivido esas contradicciones partidarias desde el inicio de la República con la lucha entre liberales y conservadores, con el aparecimiento de caudillos como: Francisco Morazán, Francisco Dueñas, Gerardo Barrios, Enrique Araujo, Los Menéndez y Quiñonez, Maximiliano Hernández Martínez, los gobiernos militares de los cincuenta, sesenta y setenta y los gobiernos de ARENA y del FMLN. 

Qué lástima que no aprendemos de la historia de la patria o peor, que no la queramos capitalizar para evitar los errores del pasado, que lo que traen a la larga, son más pobreza, más desigualdad, más inseguridad y menos paz.

¿De qué servirá escuchar las canciones navideñas que nos hablan de paz y amor, sin en la práctica  o más bien en la vida en sociedad, vivimos como chuchos y gatos?.

El sentir del pueblo sensato, que no parece ser numeroso, es que la polarización debiera desaparecer a las puertas de cumplir la República los 200 años de vida independiente, el próximo 2021.

Depende de cada uno de nosotros, como dijera el Arzobispo de San Salvador, que en la presente competencia electoral nos comportemos como personas civilizadas.

De todas maneras, que sea bienvenido diciembre y que el año que está a las puertas, sea de tranquilidad y paz al menos a nivel familiar.

 




NO SE DIBE SEGUIR EL EJEMPLO DE LOS PERICOS CON LOS TALCHINOLES

Aunque en la naturaleza existe la ley de la sobrevivencia y del más fuerte, hay comportamientos animales que llaman la atención y que parecen un tanto ingratos.

Ese es el caso de los nidos en que los pericos depositan a sus crías y que en salvadoreño, llamamos talchinoles.

Los talchinoles son panales de tierra construidos en los árboles por comejenes o termitas, que a veces pueden alcanzar un tamaño considerable.

Una vez terminada esa obra maestra, que habrá significado tanto trabajo de tales insectos, llegan los pericos que seguramente se comen a dichos habitantes y los ocupan para depositar sus huevos y disponerlos después como refugio para sus crías.

Les he colocado fotos que tomé hace algún tiempo y otras que acabo de tomar. En ellas, se puede ver en las elevadas ramas de los árboles, esos nidos tan consistentes, hechos de tierra y que secados al sol son casas inexpugnables frente a otros depredadores.

Pero como de todo podemos sacar lecciones, estaba meditando, que lo que acontece con las termitas o comejenes, sucede a menudo con los humanos en El Salvador y otras partes del mundo.

Así, existe gente desconsiderada y maléfica que se aprovecha del sudor ajeno y les “cae” como decimos en salvadoreño, o se aprovecha tranquilamente de los bienes de los demás.

Eso lo he podido constatar en los últimos tiempos, al saber de personas perversas que utilizaron a su amigo o compañero para que le sirviera como fiador al suscribir préstamos; y una vez que derrocharon o utilizaron el dinero a su antojo, se van del país dejando al pobre fiador con la responsabilidad de seguir pagando la deuda acumulada de la que ellos son responsables.  En otras palabras, son verdaderos ladrones que merecen ser castigados y para los que la justicia y las leyes salvadoreñas parecen no servir.

Y es que los bancos, asociaciones de ahorro y crédito, cooperativas, etc, al atrasarse en los pagos el deudor, emplazan y aplican casi automáticamente los cobros al o los fiadores, a veces sin agotar todas las instancias para perseguir al responsable deudor.

Como la lista de casos es interminable, creo que los hacedores de leyes, debieran considerar otras medidas contra esos cínicos que roban descaradamente y que se quedan tan tranquilos, sin que la justicia los persiga de por vida, estén donde estén.

Una de las medidas a tomar, sería que en casos como esos, debieran existir acuerdos entre los diferentes países y utilizar mecanismos similares a  la “alerta roja” para que la policía internacional persiga y capture a dichos ladrones. Esa ley debiera tener aplicación una vez que un juez lo dictamine y sea comunicado a través de las Cancillerías respectivas o de los Consulados.

Debe decirse que ya la INTERPOL  considera entre los crímenes de persecución a fugitivos, el Fraude; que es justamente lo que acontece con un irresponsable que no ha querido honrar sus deudas en el país de origen.

No es justo que quienes realizaron una obra solidaria ayudando a solventar una necesidad en un momento determinado como fiadores, sean víctimas de tanto aprovechado que se lucra del trabajo ajeno.

Si se preguntara a las agencias o entidades prestatarias, la cantidad de deudores que desaparecen y dejan a sus fiadores “chiniando” sus malos manejos, se constataría  que se cuentan por miles; y si se sumaran las cantidades adeudadas, alcanzarían millones de dólares. Por lo tanto, algo como lo propuesto debe hacerse en aras de la justicia.

Les dejo esta propuesta a los actuales y nuevos diputados y a las entidades que dicen velar por los derechos ciudadanos.