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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

lunes, 3 de septiembre de 2007

A SENSUNTEPEQUE EN EL MES DE LA PATRIA
















Fotografías de Ramiro Velasco


SENSUNTEPEQUE DE AYER Y DE HOY


INTRODUCCIÓN
Del Sensuntepeque de los tiempos precolombinos, no tenemos muchos vestigios. Pues por mucho tiempo, nos hicieron creer que lo indígena era similar a atraso, a pobreza, a vicios y a haraganería. Actitud imperdonable y resabio del malinchismo que nos han inculcado desde la escuela y la familia y que tenemos que erradicar para siempre.
El vestigio más contundente de lo que fue Sensuntepeque antes de la conquista realizada por los españoles, es el Cerro Grande, donde es casi seguro vivió la primera comunidad indígena. (Ver primera fotografía).
Urgando entre libros y ahora en Internet, me he encontrado con un valioso trozo de historia sobre Sensuntepeque, que pongo a disposición de todos los amigos y amigas lectoras.
De lo descrito, me llama la atención el espíritu tan combativo de los sensuntepecanos en el pasado, que contrasta con la conformidad y el sometimiento en buena parte de la población actual, a pequeños grupos conservadores de poder y a extranjeros que buscan a toda costa llevarse lo nuestro.
Como se deduce del texto histórico, el Sensuntepeque de otros tiempos comprendía también los municipios de Dolores, Victoria, Guacotecti y San Isidro.
Sensuntepeque a pesar de todo, es para mi siempre bello y de él guardo los más gratos recuerdos de mi infancia.

HISTORIA DE SENSUNTEPEQUE

Según Santiago Barberena, el vocablo Sensuntepeque significa “Cerro Grande” ya que su más antigua ubicación fue la cima del Cerro Grande que está situado al noreste de la ciudad actual. (Primera fotografía).
En 1550 Sensuntepeque tenía una población de unos 1,100 habitantes, y a fines del siglo XVI fue entregado, como pueblo de doctrina o evangelización, a los frailes dominicos del convento de San Salvador, pues como tal figura en la nómina hecha por el cronista fray Antonio de Remesal en 1609. Dichos monjes pusieron la iglesia de este pueblo bajo la advocación de Santa Bárbara, patrona nominal de Sensuntepeque. En 1740, según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral, su población era de 31 familias indígenas, o sea alrededor de 155 habitantes.
Conforme a los "autos de visita" de monseñor Pedro Cortés y Larraz, arzobispo de Guatemala, en 1770 Sensuntepeque era un pueblo anejo del curato de Titihuapa, con 229 habitantes repartidos en 63 familias; pero el cura párroco presbítero Pablo José Sánchez de Guzmán, residía indistintamente en la Puebla de Titihuapa y en Sensuntepeque.
Escuetamente, monseñor Pedro Cortés y Larraz informa que en la Parroquia de Titihuapa "No hay más escuela que la de un indio de Sensuntepeque, el cual enseña doctrina cristiana", lo que revela el, estado de, ignorancia a que la Colonia sometió a los pueblos del actual territorio salvadoreño. Al crearse la Intendencia de San Salvador en 1786 y dividirse su territorio en partidos o distritos, Titihuapa fue designada cabecera del partido de Sensuntepeque, como cabecera que era de curato; pero el primer teniente subdelegado don José María Muñoz, nombrado con fecha 29 de noviembre de 1799, dispuso fijar su sede gubernamental no en la Puebla de Titihuapa, sino en el pueblo de Sensuntepeque. Siguiendo su ejemplo, el cura párroco presbítero José Miguel Vasconcelos fijó en Sensuntepeque la cabecera de la antigua parroquia de Titihuapa.
En 1807, según el corregidor intendente don Antonio Gutiérrez y Ulloa, en Sensuntepeque habitaban 50 españoles, 360 ladinos o mulatos y 390 indios, lo que arroja una población total de 800 habitantes. Agrega el señor intendente, que en la jurisdicción del Partido de Sensuntepeque "se hallan otros dos pueblos, 14 aldeas y 25 haciendas", siendo la población total del mismo de 270 españoles, 4,388 mulatos o ladinos y 533 indígenas. "Sus habitantes -apunta finalmente-, que son los únicos industriosos del partido, se dedican a la labranza de añiles, cultivo de maíces, semillas y raíces y oficios mecánicos".
En esta época, Sensuntepeque era ya "cabecera del curato que lleva el antiguo (nombre) de Titihuapa" y en todo el partido reinaba "un temperamento tan vario y desigual como su suelo, aunque predominante es cálido y seco en extremo, a excepción del pueblo de Sensuntepeque, cabecera actual en donde se goza de atmósfera más suave y fresca, en la mayor parte del año".

Proceso de la IndependenciaEn los fastos de esta población se reseña un hecho que merece especial mención: El 20 de diciembre de 1811, los hijos de Sensuntepeque secundaron briosamente el primer Grito de Independencia de los próceres sansalvadoreños. Los comisarios Juan Morales, Antonio Reyes e Isidro Cibrián y las señoras María Feliciana de los Angeles y Manuela Miranda, se levantaron en armas con gente que reunieron en la "Piedra Bruja", procedentes de las aldeas o caseríos de San Lorenzo, El Volcán, San Matías, La Bermuda y Santa María. Héroes y Heroínas asaltaron la población, se tomaron el cuartel o plaza de armas después de duro combate y depusieron a las autoridades españolas, que presidía el teniente subdelegado don José María Muñoz. A consecuencia de que los amotinados no recibieron los auxilios requeridos por los demás conjurados de Sensuntepeque y de Guacotecti, se vieron forzados a dispersase, Los rebeldes fueron perseguidos, capturados y procesados: los comisarios Morales, Reyes y Cibrián deportados a las ergástulas del Castillo de Omoa, en donde guardaron prisión hasta 1818, y las señoras de los Angeles y Miranda sufrieron la condena de 25 azotes en la picota pública y prisión en casa del cura vicario de San Vicente, presbítero doctor Manuel Antonio de Molina, a quien sirvieron durante el término de la condena.

Título de Villa
Conforme a disposici6n de la Asamblea Nacional Constituyente, contenida en la Carta Magna de 12 de junio de 1824, el partido de Sensuntepeque quedó incorporado en el departamento de San Vicente. Su capital, el pueblo de igual nombre, se elevó a la categoría de villa en plena época federal y, aun cuando no ha llegado hasta nosotros el Decreto Legislativo correspondiente, en el Libro de Bautismo llevado en la Iglesia Parroquial de Sensuntepeque, el año de 1831, las partidas registradas dicen: "'En el pueblo de Sensuntepeque, yo el Cura...etc".; pero desde el día 31 de Julio de 1831, en adelante; se lee: "En la villa de Sensuntepeque, yo el Cura..., etc". y, en el margen, aparece la siguiente nota: "Seguiremos llamando villa a Sensuntepeque, puesto que así lo ha acordado la Superioridad". Por dichas referencias, y tomando en consideración que no es posible que el Decreto Legislativo correspondiente haya llegado a Sensuntepeque el mismo día 31 de julio, se colige que la fecha de titulación debe oscilar entre el 28 y el 30 de dichos mes y año. Ni el presbítero Isidro Menéndez, ni don Guillermo Dawson, ni el doctor Santiago Ignacio Barberena, ni ninguno de los autores anteriores, hacen la menor alusión a la fecha en que Sensuntepeque fue honrado con el rango de villa, suceso que ocurrió durante la administración del Jefe Supremo don José María Cornejo.

Sucesos posteriores
A fines del mes de febrero de 1839, en plena descomposición de la República Federal de Centro América, fuerzas de Honduras, a las órdenes de los generales Francisco Ferrera y Manuel Quijano, y de Nicaragua, a las órdenes del general Bernardo Méndez, apellidado "el OParvieon"t,e. por presumido, invadieron el territorio salvadoreño por el gobierno federal, a cargo del prócer don Diego Vijil, y el gobierno del Estado de El Salvador, presidido por el Vicejefe don Timoteo Menéndez, nombraron de común acuerdo al general Francisco Morazán para que repeliera aquella injusta invasión. Con 600 hombres salió de San Salvador el general Morazán y se situó en la hacienda San Francisco, cerca del río Lempa, en jurisdicción de Sensuntepeque, y el 27 de marzo siguiente, en el paraje denominado "El Jícaro", de la misma hacienda, el invasor general Quijano infligió una peligrosa derrota al coronel Narciso Benítez, segundo Jefe del ejército morazanista.
El 29 de marzo, mientras el gobierno del Estado se trasladaba de Cojutepeque a Opico, como consecuencia de aquella derrota, el general Morazán ocupaba la villa de Sensuntepeque, fusilaba a varios desertores y se hospedaba en casa de la familia Baudriz. La calle empedrada de Sensuntepeque, en forma de hamaca, por donde paso el Héroe, ha sido bautizada con el nombre de "Avenida Morazán". El general Quijano no se halló en valor de atacar al general Morazán, sino que avanzó hacia San Salvador; pero a la altura de las "lomas de Jiboa", el coronel Benítez vengó la derrota de El Jícaro.
El 5 de diciembre de 1844 se produjo en Sensuntepeque un movimiento revolucionario contra la administración del Vice-Presidente general don Joaquín Eufracio Guzmán; pero fue fácilmente sofocada por el gobierno.
Los vecinos de la villa de Sensuntepequeno fueron muy simpatizadores del gobierno liberal del capitán general Gerardo Barrios, pues en el año de 1863 desconocieron su autoridad en tres ocasiones:  l 17 de febrero, pronunciamiento que fue sofocado inmediatamente, encarcelándose y confiscándose los bienes a los insurrectos; el 27 de febrero, fecha en que su vecindario proclam6 como Presidente Provisorio al licenciado Francisco Dueñas, pero sin éxito alguno; y el 18 de julio, en que hicieron análoga proclamación.

Título de ciudad
Durante la administración conservadora del licenciado don Francisco Dueñas e indudablemente como una concesión graciosa del señor Presidente por los importantes servicios prestados a su causa por el vecindario de Sensuntepeque, se emitió la Ley de 27 de enero de 1865, en virtud de la cual se tituló ciudad la villa mencionada.
Desde el pueblo de Erandique y apoyados por el gobierno de Honduras invadieron el territorio salvadoreño, el 17 de marzo de 1871, a las ordenes del general Juan López, emigrados salvadoreños que no contemporizaban con la administración cachureca del licenciado Dueñas. Los revolucionarios proclamaron en Sensuntepeque Presidente Provisorio al mariscal de campo don Santiago González, quien tomó el mando del ejército liberal, secundado por una pléyade de ilustres soldados y por el mismo pueblo cansado de las violaciones a la Carta Magna y del despotismo del mandatario señor Dueñas.
Rotas las relaciones entre los gobiernos hondureño y salvadoreño, el mariscal González depositó el mando en el Vicepresidente licenciado don Manuel Méndez, en mayo de 1872, con el objeto de ponerse al frente del Ejército del Centro, destinado a atacar la plaza de Gracias a Dios, en donde se encontraba fortificado el Presidente de Honduras, general José María Medina. El mariscal González, en su tránsito hacia Gracias, pasó por la hacienda Copinolapa y almorzó en casa del señor Eugenio Velasco. De regreso, victorioso, pasó por el paraje denominado "Paso de Don Juan", en el río Guamulepa.

Cabecera Departamental
La Asamblea Nacional Constituyente de la República de El Salvador, con fecha 10 de febrero de 1873, queriendo honrar la memoria del Bayardo o Cid Campeador de Centroamérica, general José Trinidad Cabañas, decretó la erección del departamento de Cabañas, integrado por los distritos de Sensuntepeque e Ilobasco, fijando al mismo tiempo la cabecera departamental en la ciudad de Sensuntepeque. El distrito de Sensuntepeque quedó integrado por los municipios de Sensuntepeque, como cabecera, San Isidro, Guacotecti, Dolores y Victoria; y el distrito de Ilobasco por los municipios de Ilobasco, como cabecera, Jutiapa y Tejutepeque, más el de Cinquera, que por dicha Ley se segregó del distrito de Suchitoto.
Otros sucesos
En 1890 Sensuntepeque tenía una población de 9,450 habitantes y era una ciudad muy pintoresca, dividida en cuatro barrios, llamados El Calvario, San Antonio, Santa Bárbara y Remedios. "Tiene -dice don Guillermo Dawson- un amplio y elegante cabildo, dos iglesias, buenos edificios para escuelas, la cárcel más segura de la República, un bonito parque, deliciosos baños y magnífico clima".
En enero de 1890, la plaza de Sensuntepeque fue atacada y tomada a viva fuerza por el general José María Rivas, quien en Cojutepeque se había rebelado contra el gobierno constitucional del general Francisco Menéndez. El éxito inicial alcanzado por el militar revolucionarlo contra el doctor Eugenio Amaya, que defendió a Sensuntepeque en su doble concepto de Comandante y Gobernador Departamental, se trocó en una completa derrota el día siguiente, pues fue -atacado y vencido por tropas gobiernistas al mando del general Parrilla. El general Rivas huyó a Honduras perseguido por la caballería del general Horacio Villavicencio y dejó un cañón abandonado en la esquina formada por las actuales Calle Minerva y Avenida de El Porvenir. En el mismo año de 1890, a raíz de la felonía del general Carlos Ezeta y derrocamiento y muerte prematura del general Francisco Menéndez, el general Indalecio Miranda tomó la plaza de Sensuntepeque y proclamó Presidente Provisional de la República al Primer Designado, doctor Rafael Ayala, proclamación que secundaron el Gobernador Departamental don Obdulio Espínola y demás vecinos. Una columna de soldados ezetistas a las órdenes del general ecuatoriano Leonidas Plaza Gutiérrez, más tarde Presidente del Ecuador, desalojó de Sensuntepeque al general Miranda y correligionarios, quienes encontraron asilo en territorio hondureño. A causa de estos hechos, Sensuntepeque estuvo expuesto al saqueo y soportó durante cuatro años los onerosos impuestos decretados por la administración Ezeta.
En noviembre de 1898 se rompió de hecho el pacto de unión que constituía la República Mayor o Estados Unidos de Centro América, a raíz del movimiento revolucionario acaudillado en San Salvador por el general Tomás Regalado, que echó en tierra la administración del general Rafael Antonio Gutiérrez.
El 18 de dicho mes y año, en un intento por sostener la legalidad y el pacto federativo, los patriotas doctor Prudencio Alfaro y doctor y general Luis Alonso Barahona, ocuparon la plaza de Sensuntepeque. El día siguiente, como a las ocho de la mañana, las fuerzas regaladistas comandadas por el general Ladislao Salazar y coronel Ángel Castillo, atacaron a las fuerzas unionistas en la hacienda de San Francisco. Los unionistas se apoderaron del Cerro Moidán y el teniente coronel José E. Recinos, de orden superior, subió a la cúspide de esta eminencia e izó, en un árbol de laurel, la enseña de la República Mayor. El capitán regaladista Fabián M. Trigueros consiguió, no sin peligros, arriar la gloriosa bandera, y como a las cinco de la tarde de ese día, el ejército unionista, falto de provisiones de guerra, evacuó la ciudad de Sensuntepeque y marchó rumbo a Honduras.
En febrero de 1907, como a las dos de la mañana, penetró en Sensuntepeque el coronel hondureño don Gregorio Durón, con una pequeña escolta, trayendo prisioneros al doctor y general Luis Alonso Barahona, enemigo acérrimo del gobierno salvadoreño que presidía el general Fernando Figueroa, quien había sido derrotado en el paraje " denominado "Las Aradillas", de la jurisdicción de Villa Victoria. Como suceso luctuoso se recuerda el 8 de diciembre de 1918, fecha en que las fuerzas armadas del Regimiento de Sensuntepeque, por cuestiones eleccionarias, hicieron fuego contra el pueblo, de cuyo hecho resultaron varias personas muertas y heridas.

Hombres ilustres de antaño

Entre sus hombres famosos figuran el licenciado don Manuel Méndez, distinguido hombre público que gobernó como Vicepresidente de mayo a julio de 1872; doctor y general Luciano Hernández, poeta y orador de fama centroamericana; don Daniel Hernández, uno de los más grandes maestros salvadoreños a quien el pueblo de Santa Tecla ha erigido un monumento consagratorio en el parque que lleva su nombre.

(Bibliografía: Tomado de ttp://www.fisdl.gob.sv/index2.)


JUEGO DE BLOGUEROSMi amigo Carlos Abrego, me invita a seguir en este bonito juego, al que le invitó otro amigo.
Se trata, primero de publicar las reglas del juego, que consisten en decir ocho cosas que le conciernen a uno, e invitar a ocho nuevos participantes. (No es fácil encontrar muchos blogueros amigos)
Estas son las reglas:
1.Cada jugador(a) comienza con un listado de 8 cosas sobre sí mismo.
2. Tiene que escribir en su blog esas ocho cosas, junto con las reglas del juego.
3. Tiene que seleccionar a 8 personas más para invitar a jugar, y anotar sus blogs/nombres.
4. No olvidar dejarles un comentario en sus blogs respectivos de que han sido invitados a participar, haciendo referencia al envío del “El Juego” en tu blog.
Las ocho cosas que puedo decir de mi (Ramiro), son:
1. Soy de Cabañas, el Departamento más bonito de El Salvador;
2. Me gusta la docencia y por eso trabajo dando clases en la UES;
3. No me gusta la gente que miente, miente y miente;
4. Tomo lo suficiente... pero las cosas a pecho;
5. Antes jugaba varios deportes, ahora sólo juego capirucho.
6. Prefiero inventarme un chiste que repetir alguno ajeno.
7. Oigo música de tríos, porque me gusta cantarle al amor. (Aunque ahora salen caras las serenatas).
8. No me gusta ser aficionado de los equipos deportivos, pues me pueden decir que “soy del otro equipo”.
Las personas a las que voy a invitar a seguir este juego, son las siguientes: Carolina Velasco (Mi hija bloguera, con su blog http://elcantodelalma.blogspot.com/), Cilia Hernández (amiga macanuda de La Macana, http://blogextremo.com/lamacanasv/), Alex Rivas (del mero http://www.sensunte.com/, Fernando Velasco (el fraile) con su blog http://opinioncomentario.blogspot.com/), Ramón Cornejo (el proyectista, del que he olvidado el nombre de su blog), Víctor Portillo (el austríaco, que creo que tiene el blog en alemán), Efraín Jovel que creo lo tiene en hebreo; y devuelvo la pelota a mi amigo Carlos Abrego, con su blog http://cosastanpasajeras.blogspot.com/.