NIDOS DE NUESTROS PÁJAROS
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SOY DE CABAÑAS (Canción)
Cabañas es mi tierra, es mi departamento,
los cerros y los ríos se encuentran por doquier;
el aire allí es más fresco, es más azul el cielo;
¿será porque su gente es más linda también? (bis)
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
lo llevo aquí en el alma y aquí en mi corazón.
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
pedacito de patria de mi lindo El Salvador.
Si voy por Ilobasco hacia Sensuntepeque,
pasaré San Isidro y el bello Guacotecti;
y llegaré a Dolores y subiré a Victoria
y más cerca del cielo, veré todo El Salvador.(bis)
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
lo llevo aquí en el alma y aquí en mi corazón.
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
pedacito de patria de mi lindo El Salvador.
Me encuentro al occidente de mi departamento,
por Cinquera y Jutiapa suena el bosque y el río;
y al subir la colina, está Tejutepeque…
Esos bellos lugares son de Cabañas, señor.(bis)
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
lo llevo aquí en el alma y aquí en mi corazón.
Soy de Cabañas, soy de Cabañas,
pedacito de patria de mi lindo El Salvador.
Letra y música de: José Ramiro Velasco
Pequeña Historia de la Canción
Esta canción fue escrita en agosto de 2002. Dos motivos de fondo me impulsaron a escribirla, por un lado, mi amor por el terruño y por otro, la idea de contribuir a levantar la autoestima de los coterráneos, muchos de los cuales se avergonzaban en aquella época, de provenir de un lugar bastante atrasado y que siempre estuvo en el olvido de los gobernantes de turno, como toda la zona norte del país.
En la canción se nombran los 9 municipios que pertenecen al Departamento de Cabañas. Se describe además su topografía, caracterizada por cerros y ríos. Deben mencionarse como lugares destacados, el Río Lempa que circunda el Departamento, el Bosque de Cinquera y miles de cerros, entre ellos, los cuatrocientos que rodean la ciudad de Sensuntepeque, que es la Cabecera Departamental.
La canción fue grabada en el Estudio C.M. Recording Arts de Don Claudio Morazán y es interpretada por José Roberto Canjura, cuando se iniciaba como cantante.
Algunos discos originales fueron entregados por el autor a Radio Victoria, a Radio YSKL y a la YSUCA. Es de hacer notar, la buena acogida de las dos primeras, que muy gentilmente difundieron la canción en innumerables oportunidades.
Con toda humildad puedo decir que esta canción motivó a muchos artistas nacionales, entre ellos a destacados artistas como El Primo Chema y al Doctor Ancalmo, a componer sus propias canciones con tinte local y costumbrista.
Nota: Si desea escuchar la canción, vaya al principio de la página y encuentre el link al lado superior derecho.
En la canción se nombran los 9 municipios que pertenecen al Departamento de Cabañas. Se describe además su topografía, caracterizada por cerros y ríos. Deben mencionarse como lugares destacados, el Río Lempa que circunda el Departamento, el Bosque de Cinquera y miles de cerros, entre ellos, los cuatrocientos que rodean la ciudad de Sensuntepeque, que es la Cabecera Departamental.
La canción fue grabada en el Estudio C.M. Recording Arts de Don Claudio Morazán y es interpretada por José Roberto Canjura, cuando se iniciaba como cantante.
Algunos discos originales fueron entregados por el autor a Radio Victoria, a Radio YSKL y a la YSUCA. Es de hacer notar, la buena acogida de las dos primeras, que muy gentilmente difundieron la canción en innumerables oportunidades.
Con toda humildad puedo decir que esta canción motivó a muchos artistas nacionales, entre ellos a destacados artistas como El Primo Chema y al Doctor Ancalmo, a componer sus propias canciones con tinte local y costumbrista.
Nota: Si desea escuchar la canción, vaya al principio de la página y encuentre el link al lado superior derecho.
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UN DÍA SEIS DE AGOSTO
Esta
vez deseo compartir con los (las) amables lectores, lo que pasó en mi vida un seis
de agosto de 1964, hace sólo cuarenta y siete años. Para ello recurro a mi
diario de vida del que trascribo
textualmente:
<<Día 6 de agosto de 1964 (Jueves)
A las 5.30 a.m. entono el Te Deum. Sólo
diecisiete son los que contestan, los demás parecen estar dormidos todavía.
La misa es en catedral. Meditamos sobre
el evangelio del día. Después de desayuno cantamos el himno al Seminario, yo lo
he querido acompañar al piano.
Enseguida pregunto a Monseñor Barrera
cuál será el programa del día. Le propongo hacer un paseo. Después de pensarlo,
me dice que nos preparemos para ir a La Parada. Fuera de nosotros por la
alegría, nos disponemos para realizar tal orden.
Vamos al Parque Colón a tomar la
camioneta y llegamos en los precisos momentos en que va a salir una. Sin más
tardanza, nos subimos rumbo a La Frontera. Llegamos al desvío de La Parada, nos
bajamos y caminamos a pie rumbo a la población. Cerca de llegar, un camión nos
lleva hasta el pueblito. De inmediato, nos dirigimos al río que nos espera
ansioso. Por una calle bastante fea nos dirigimos hacia allá. Pasamos el
cementerio y más adelante preguntamos a un señor, si es bueno el camino para
llegar al río y nos señala otro mejor.
Qué alegría tener a nuestra vista el
hermoso riachuelo, tan tranquilo e invitando con su rumor a probar sus aguas.
Todas las expresiones salidas de nuestras bocas son de alabanza: ¡qué bonito!, ¡es
hondo!, ¡tiene jutes!… ¡Aquí está el lugar para desvestirse!.
Los pequeños se quedan con Edín y los más
grandes conmigo. Hacemos una inspección al desconocido río, juteamos y después
de bañar casi unas dos horas nos vestimos. Envío a dos compañeros a encontrar
el almuerzo que Monseñor ha prometido traernos.
Como a la media hora, regresa un
compañero con el aviso, de que nos dirijamos hacia un cerro que apenas se
divisa, El Pinalón. Caminamos sin denuedo casi una hora, hasta que logramos ver
la camioneta bastante distante todavía de nosotros. Por fin alcanzamos a
Monseñor y subimos todavía más arriba.
Nos colocamos bajo la sombra que nos
prodiga un bondadoso árbol y comenzamos nuestro delicioso almuerzo, amenizado
por el ritmo de los vientos que nos acarician, y que nos llenan de alegría por
su frescura. Después de haber almorzado y merendado al mismo tiempo,
continuamos nuestra marcha que no va ni a la mitad.
Atravesamos riachuelos y arboledas y
después de varias dificultades llegamos como a las 2 p.m. al lugar llamado el
Pinalón. Es hermoso el panorama que desde allí contemplamos. Aún escucho el
lamentarse de aquella puerta de golpe por la que entramos a la casa de la
hacienda. Fue poca nuestra estancia allá arriba, pues muy pronto estábamos
dispuestos a emprender el regreso, ahora por otro lado, a salir a la estación
de Chilcuyo.
Dos guías nos ayudaron a dirigirnos para
allá. Ya en camino, no muy lejos de la cima, una culebra pica a Gustavo, el
cual es auxiliado de inmediato por nosotros. Le aplicamos un torniquete y lo
traemos en hombros el resto del camino.
Qué pendiente más difícil y penosa. Por
fin, después de atravesar el Río Chilcuyo, llegamos a la ansiada estación que
tiene el mismo nombre.
Media hora después, subíamos al tren,
rumbo a Santa Ana. La gente nos veía con mucha curiosidad. Me imagino que algo
bueno pensaban de aquel grupo de jóvenes tan alegres después de haber gozado de
una aventura todo el día.
Al llegar a la estación de Santa Ana,
hablo por teléfono al Seminario y le cuento a Monseñor la pequeña tragedia de nuestro
compañero Gustavo y le pido que nos envíe la camioneta para llevarlo al médico.
Cuando lo examinan, las enfermeras comentan que más que de la picada, podía
haberse complicado por el torniquete que le habíamos aplicado que le impedía
totalmente la circulación de la sangre en la pierna.
De regreso todos contábamos nuestras
impresiones después de alejarnos por una larga jornada, de la vida ordinaria
del internado.
Por la noche estaba tan cansado que no
podía dormirme. Pero fue un día hermoso cuyo recuerdo perdurará por mucho
tiempo>>.
A
manera de reflexión
Al leer
esta página de mi diario, casi no he podido contener las lágrimas. Lo primero
que pensé fue: qué sencilla era nuestra vida en el internado, en los años de
nuestra adolescencia. Pero a la vez, qué importante tener la guía de un
educador como Monseñor Benjamín Barrera, Obispo de Santa Ana que ubicó el
seminario menor justo en su propia casa. Allí aprendimos con su ejemplo, muchos
valores para la vida, como: la responsabilidad, la iniciativa, la observación y tantos más, ausentes casi
totalmente en la juventud de hoy. Vivimos en un régimen de disciplina, de
estudio, de vida sana y de austeridad que nos ayudó a ser auténticos y a
encontrarle solución a los problemas a partir de la confianza en nosotros
mismos, la fe en Dios y el respeto a los demás.
Aquel
aprendizaje nos dejó marcados para siempre, pero creo que valió la pena.
EXPRESIONES
DE ALGUNOS HABLANTES SALVADOREÑOS
Como
todos los pueblos, el lenguaje hablado toma diversos tonos y formas. Lo que más
distingue a los hablantes hispanoamericanos, es la forma en que pronuncian algunas letras como
la c, la z, la s, la r, la y, la doble
l. Además por el tono en la pronunciación, podemos conocer rápidamente si un (o
una) hablante es español, mexicano, chileno, argentino, de la Antillas,
colombiano, salvadoreño, guatemalteco o costarricense.
En
el caso de El Salvador, buena parte de la población no pronunciamos la s al final
de las palabras o a veces tal letra adquiere el sonido de j. Lo mismo sucede
con la letra d que muchas veces, es omitida cuando va al final de las palabras.
También la v o b es pronunciada como g. A continuación algunos ejemplos:
¿On
tá voj? = ¿Donde está vos?
Joy
de la Libertá = Soy de la Libertad.
Te
gua dar = Te voy a dar.
Güenaa
tardee = Buenas tardes.
¿Y
come jel voj? = ¿Y cómo es él, vos?
¡Salí
pa juera si jos tan hombre! = Salí para afuera si sos tan hombre.
¡Jaludame
a la agüela!= ¡Saludame a la abuela!.
Lojotroj
lo jalvadoreño, veaa = Nosotros los salvadoreños, verdad.
Nonbe
si yo joy de Jenjunte = No hombre, si yo soy de Sensunte (Sensuntepeque).
Si
yoay nomaj vivo = Si yo allí no más vivo.
Mi
hermana tiene una máquina de coger y coge barato = Mi hermana tiene una máquina
de coser y cose barato.
No
liagás cajo hombee, ¿que no vej quej
cajada? = No le hagás caso hombre, ¿que
no ves que es casada?
A
mí que nomianden metiendo en babojadas = A mí que no me anden metiendo en
babosadas.
Jaludame
a la Mariya ya los jipotej, oystee = Saludame a la María y a los cipotes
(niños), oíste.
Grajias
oystee, por la jandiya que me comprajte y que ejtaba bien duljita= Gracias,
oíste, por la sandía que me compraste y que estaba bien dulcita.
Te
vaj luego bicho mocojo y te venij antej que ojcurejca, oyiste = Te vas luego
bicho (niño) mocoso y te venís antes de que oscurezca, ¿oíste?.
A
puej ay noj vemoo el otro mej si Dioj quiere = Ah pues ahí nos vemos el otro mes, si Dios quiere.
(Si
Ud. es salvadoreño o salvadoreña diga la siguiente expresión muy rápido, con la
boca medio cerrada y verá el parecido)
¡Caballo viejo! = ¡Que le vaya
bien!.
Expresiones corrientes muy populares
¡Qui
jue! Abrev de ¡Qué hijo de p.!
¡Hijue
puya! = Hijo de p.
¡A
la puya! = ¡Ah la p.!
¡Ah
chis! = ¡Qué me pasa!, ¡Qué tontería!, ¡Ah pues!; Ejs.
Ah chis, toqué el timbre en la casa equivocada. ¡Ah chis, a mí que no me
jodan!
¡Estuvo
paloma! ¡Estuvo yuca! = Estuvo difícil. Ejs. ¡Ese examen sí que estuvo paloma!.
¡Esa Doña, es demasiado yuca!
Bolado
= Cualquier cosa, (dependiendo del
contexto). Ejs. Ese boladito me gusta = Esa chica me gusta.
¿No
traés un bolado por hay, vos? = ¿No traes una botella de licor por ahí?.
Haceme
el bolado hombre = Hazme el favor, hombre.
Sugerencia:
Para aprender otras expresiones populares nuestras, lo mejor es visitar El Salvador y escuchar directamente
a la gente.
POR FAVOR, CONTESTE LA
PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE. GRACIAS.
Su publicacion me hizo recordar uno de mis libros favoritos cuentos de cipotes de Salarrue, el cual recomiendo mucho a todos. Les comparto a continuacion uno de mis cuentos preferidos, espero que les guste
ResponderEliminarSalvador Salazar Arrué “Sarrué”
PUESIESQUE un gringo tenía un su cipotío chelito peiuemescal ojos de chirolevidrio, y Sefardino Mantequiya con Moshote jueron a mirarlo por la varanda y se riyeron conel y le dijeron: “Habla carburo pué” y él yegó cerquita con un su velocípedo patinete y les dijo arrugando la mecapalera “¿Jm?”. “Qué hables carburo dice éste?” le dijo Moshote. Y no les hizo caso sino que les miró los pies descalzos, uno por uno y les dijo; “¿Por qué tiene eshos pie así?” Y Sefardino y Moshote se miraron riendo agarrados de la varanda y dijeron “¡Achís!” y se tiraron dos carcajaditas. Y el gringuito los siguió mirando bien serio y les señaló las pisuñas y les dijo: “Esho; ¿por qué shin vestido y con mucho tierero encima?; no andar lavando, coshino ser, zapato te lo pongas caminar, regañe papá”. “¡Achís!” golvieron a decir Moshote y Sefardino mirándose y riéndose con saliva “¿Qué dice este baboso, hombre?” y Moshote señaló a Sefardino en un botón de la camisa y le dijo al chelito: “Este, dice que si no mamas inglés, que te quiere oyir” “Yo nué dicho” dijo Sefardino “él dice que si tu mama verigual con papas, dice” y el gringuito los miró y se sonriyó con el sol en la cara, de ladito, y dijo: “¿Dónde vivir?”.
“Vivir Yutushtepeque camino vólcanis” le dijo Sefardino y se riyeron “¡Oh vea!” les dijo el chelito “¿Por onde quedando Yutespeca?” “Allá por Tepescuagatas” le dijo Moshote, y se golvieron a carcajiar y el chelito sólo se sonriyó con el sol en el ojo y diay dijo “Yo puede pega box ushtedes porque tenga grande punchnic bag” “¡Dium soplido te noquiamos, carajada!” le dijo Sefardino. Eneso yegó el papá del gringuito y le hahló carburo y él le contestó bien divertido y les señalaba las chuñas. Y el gringo yegó a la varanda y les dijo: “Yoni querer regala zapatos tenis, ¿duyuguant?” Y Moshote miró a Sefardino y le dijo: “¡Baboso: dice que si queremos zapatos y guantes!” “¡A, seguro!” le dijo Sefardino y miró al gringote, y le preguntó: “¿Qué son guantes de beis?” “Zapatos de juega con bola” les dijo, “muy ancho pie cuero marteriza, lona muy suavemente” “¡Orraitemente!” le dijo Sefardino, “Si los da los yevamos” y el gringo hizo así la cabeza y se fue paradentro y diai salió por una ventana e la casa y les hizo así con el brazo, gritando: “¡Comín, comín!” yentonce Sefardino voltio a ver a un criado negro que estaba regando los palos y le dijo: “Señor Comín, ai lestán hablando”. Pero el gringuito les dijo: “ustedes ir papá yama yevar zapatos puestos, entrar puerta jardín prontamente, yu tontos, onderstán?” “¡Aquistamos!” dijeron y siban atrompezando paradentro hasta que yegaron al cuarto del gringo y él los yamó y les dijo: “Estar grandes por zapatos míos todos, poner estos cafecito tú, y estos garises dilitle uan, onderstán?” “¡Aquistamos!” le dijo Sefardino, “pero este no se yama Lito Juan sino que Moshote” y se pusieron caduno sus caduno y salieron al andén haciendo “plosh, plosh, plosh” y «yéndose y cuando yiban por lesquina el gringo se riyó y les gritó: “¡Comtumorrow afternún!” “¡Cómase otro morro usté y estornuda!” le gritaron, y salieron ala zapateta y siacabuche.
Qué me alegra que haya podido evocarle al gran escritor Salarrué. Por su puesto que la distancia entre nuestro sencillos escritos, con la calidad del escritor es grande. Pero al menos nos une el salvadoreñismo que llevamos dentro.
ResponderEliminarGracias por entrar al blog y por su bonito comentario.
Ramiro