FLORES "DÍA Y NOCHE" EN NUESTROS JARDINES
DIPUTADOS SALVADOREÑOS NO CUMPLEN CON SU
TRABAJO, ¡QUÉ VERGÜENZA ¡
Aún están muy frescas las promesas de los
candidatos a diputados, cuando antes de las elecciones para el 2018- 2021, prometían
ser diferentes a los anteriores.
Ahora, siete meses después de haber sido
electos, vemos que no han cambiado en sus mañas y que en general son más de lo
mismo, con tal vez muy raras excepciones,
como es el caso del diputado independiente.
Y es que lamentablemente, el Artículo 125
de la Constitución de la República que establece que “los diputados representan
al pueblo entero y no están ligados por ningún mandato imperativo”, es letra
muerta. Y eso, debido a que tales funcionarios, dependen de los partidos
políticos que se interponen para que respondan primero al partido y sus
intereses y después al pueblo.
Se olvidan por otra parte, esos funcionarios
públicos espurios, que son empleados del pueblo, pues somos los ciudadanos los
que con nuestros impuestos pagamos su salario y todas las prebendas de las que
gozan.
A esta fecha, han pasado 107 días y no
han podido elegir a los cuatro magistrados para la Sala de lo Constitucional y a uno para la Sala de lo Civil de la Corte
Suprema de Justicia; violentando lo que
establece la Constitución en el Art 131, numeral 19 que les manda elegir por
votación nominal y pública entre otros, a los magistrados de la Corte Suprema
de Justicia.
¿Y cuáles son las razones con las que se
excusan? Puras mentiras que ya nadie cree. ¿Y quiénes son los principales
responsables del entrampamiento? Los diputados de ARENA, del FMLN y de GANA y
en segunda instancia los del PCN y PDC. Algunos
más que otros, quieren magistrados que les tapen juicios pendientes,
especialmente de corrupción; o que en el futuro puedan aplicar justicia no de
forma independiente, sino a la medida de los intereses particulares de las
cúpulas de los partidos y de sus financistas.
Sobre este comportamiento irresponsable,
ya es hora que se establezca más claramente en la ley, un período perentorio
para que los diputados elijan en tiempo a los funcionarios en lo que se
denomina, elecciones de segundo grado.
¿Por qué no tomar ejemplo de lo que
sucede con la Iglesia Católica, cuando los cardenales deben elegir a un nuevo
Papa?. Los cardenales se reúnen en un cónclave (lugar cerrado con llave) y sólo
pueden salir hasta que hayan logrado la elección del nuevo Pontífice y se emita
el famoso humo blanco.
En el caso salvadoreño, dada la
irresponsabilidad histórica manifiesta en tantos casos, se les debería
especificar a los diputados, un plazo máximo por decir de 2 semanas y que de no
lograr la elección al término del mismo, deberán permanecer en el lugar establecido
sin poder salir, hasta que logren la elección correspondiente.
Lo propuesto, pudiera parecer ridículo
para una sociedad avanzada y democrática; pero tendría razón de ser en un país como
El Salvador, en el que la gran mayoría de los diputados se comportan con
irrespeto a la ley y pareciera que sólo pueden entender con medidas un tanto
extremas como la propuesta.
La
otra medida de hecho y que por supuesto no está en la ley escrita, sería
que el pueblo como el Soberano de la República, se tomara en su mano la
justicia, rodee el lugar de la votación y no deje salir a los diputados hasta
que no logren la elección. Por supuesto que esta medida implica muchos riesgos
que sólo los puede afrontar una ciudadanía consciente y que sea real defensora
de la constitucionalidad. Uno de los
pilares de apoyo para una medida extrema como la indicada, sería el uso masivo
de las redes sociales que como en otros países ha logrado que el pueblo tome
conciencia y pueda ser capaz hasta de derrocar gobiernos. Pero también se
necesita líderes valientes dispuestos hasta soportar los gases lacrimógenos, las
balas de goma y tantos otros instrumentos de que dispone la policía cuando
recibe indicaciones de mantener el orden público, no importa el desorden creado
por los funcionarios que giran alrededor del poder.
No se ha querido acá mencionar, otros
sistemas alternativos de elección de los magistrados de la Corte Suprema de
Justicia, como sería el Modelo de Elección Popular en el que los magistrados
son electos directamente por el pueblo, que significaría una reforma constitucional
que no se ve viable en el plazo mediato para El Salvador y que conlleva otras
implicaciones.
Mientras tanto, sólo nos queda castigar
con nuestro desprecio a esos que alguien en algún momento desafortunado,
llamara “padres de la patria” y castigarlos de verdad con nombre y apellido en
las próximas elecciones, no dando nuestro voto por ellos. Yo me apunto a
participar en las medidas propuestas, y Ud.?
LOS OCTUBRES DE HOY SON MUY DISTINTOS A LOS
OCTUBRES DE ANTES
Los vientos frescos y el cielo despejado
sin amenazas de lluvia no llegaron este año a El Salvador en octubre. Esas nuevas condiciones atmosféricas se darán
con seguridad, en el mes de noviembre que comienza mañana.
Los viejitos campesinos de tiempos pasados,
cuando llegaban los vientos de octubre, sentían un gran descanso, pues
comenzaba el verano como popularmente se le llama en El Salvador a la estación
seca. Para ellos, terminaba la inseguridad por las tormentas bravas y sus
calamidades. Una vez escuché decir a uno de aquellos viejos: “agradezco a Dios
porque me dejó llegar con vida al verano, pues tenía dudas de que podía salir
del invierno sin que me llegara la muerte”.
Yo creo que hoy pasa lo mismo con tanta
gente que vive en las riberas de las quebradas en la ciudad, cerca de las
bocanas de las playas o en aquellos lugares bajos a donde casi todos los años suceden
inundaciones por las fuertes precipitaciones y la salida de ríos que en
invierno son tan peligrosos, como el Río Lempa, el Río Grande de San Miguel y
otros.
La llegada de octubre, también significaba
hace algunos decenios, la época en que había que recoger las cosechas de maíz,
de frijol, de maicillo o de arroz. Yo mismo, llegadas las vacaciones de fin de
año, ayudé con mi bolsa a recoger las vainas de frijoles monos que crecían tan
frondosos en las milpas de mi padre en el Cantón San Marcos y a limpiar los
frijoles “taletes” que ahora llaman de seda, una vez que los hermanos mayores
los habían aporreado, pues después de ventilarlos siempre tenían algunas
basuras de granza.
Los octubres de antes eran también la época en los pueblos, para que los niños y
preadolescentes encumbraran las palometas o piscuchas que con ayuda de los
vientos alcanzaban grandes alturas y para las que había que llevar mucho hilo, si se deseaba verlas perdidas en el cielo azul.
Y para los estudiantes de Educación
Primaria y Educación Media, octubre era
el mes de los exámenes finales. Aquellos días los asociamos siempre con los
vientos y el frío de la mañana que nos ponían más nerviosos. A ello había que
añadir, las despedidas a los bachilleres que dejaban su instituto o colegio y
que esperaban ansiosos los famosos exámenes privados hechos de preguntas en las
que no se daba las posibles respuestas o alternativas, como en la PAES actual, en
la que se pasan test de opción múltiple;
sino que había que contestar preguntas de desarrollo, demostrando que en
realidad se tenía real dominio de la materia.
Otra de las tradiciones del mes de octubre
consistía en mencionar aquel dicho de que “octubre todo lo descubre”. Tal dicho
popular tal vez fue inventado con el propósito de mantener la rima en la frase.
Pero tenía bastante de cierto, pues
muchas de las acciones iniciadas en el año terminaban de alguna manera a la
vista de la gente ya avanzado el año cuando se descubrían hechos frecuentes como:
un noviazgo, un casorio, cambio de residencia, reprobaciones en los
estudiantes, etc.
Los octubres de hoy son diferentes no sólo desde el punto
de vista meteorológico, sino también por las nuevas costumbres, por el avance
material y los modos de vida que han cambiado tanto, sobre todo para los niños
y jóvenes.
Antes los niños y adolescentes
disfrutábamos de tranquilidad y paz, aunque hubiera más atraso y pobreza a
nivel nacional.
En los pueblos, el no disponer de una
cancha de futbol no era problema. Los
niños jugábamos en la calle y si de pronto aparecía un vehículo parábamos la
pelota y asunto arreglado. También caminábamos solos largas distancias y no
existía el temor a ser asaltados o conquistados por las pandillas. Ahora, los
niños y adolescentes se encuentran como presos en sus propias viviendas.
En eso sí que tiene validez la frase de
Jorge Manrique, de que “cualquiera tiempo pasado fue mejor”.