EDIFICIOS CENTRO HISTÓRICO DE SANTA ANA
El Salvador. (Fotos de Ramiro Velasco)
EL JUEGO DE
LA POLÍTICA
En la
terminología utilizada por los politólogos es frecuente la utilización de
términos como escena política, actores políticos, palestra, imagen pública, etc.
Y es que en verdad en la política sucede lo que en el teatro, existen actores
que desarrollan determinados papeles, según el libreto o los intereses de los
partidos políticos o los centros de poder a los que ellos responden. Y en ese
escenario político, los actores representan o actúan siguiendo los patrones que
les dictan la ideología partidaria y mayormente las cúpulas partidarias que al
final responden a grupos de interés a los que representan.
Como se
sabe, en el mundo de la política existen dos dimensiones, una es la del deber
ser que se recoge por ejemplo, en el
ámbito constitucional y la otra, la que se muestra en el terreno de la acción,
cuando se realiza un determinado comportamiento del político. Así por ejemplo, a
nivel del deber ser, la Constitución de la República de El Salvador, establece en
su Artículo 125 que “los diputados representan al pueblo entero y no están
ligados por ningún mandato imperativo.” Sin embargo, en el ámbito de las
actuaciones sucede todo lo contrario y por lo general los diputados han
respondido históricamente a los intereses de las cúpulas partidarias en la
aprobación de determinadas leyes.
Pero
volviendo al juego político, resulta interesante constatar cómo mucha gente
seguidora de un partido político toma tan en serio lo que en verdad es sólo un
juego. Si no, veamos los pleitos tan frecuentes entre los fanáticos partidarios
que son capaces en un momento dado de sacar una pistola o un machete para
defender la propaganda electoral, las consignas del partido o la figura de su
candidato, cuando éste despierta tanta simpatía y atracción, pero que no hace
más que embelesar a su público e ilusionarlo tras una idea o una propuesta. O lo que sucede frecuentemente en un foro como
la Asamblea Legislativa, cuando en la plenaria los diputados se sacan los
trapos al sol en una pugna aparentemente irreconciliable en la que actúan para
las cámaras, mientras que al encontrarse en los pasillos o en otra
circunstancia, se abrazan o dan la mano como lo hacen los colegas o los amigos.
Para actuar
en el juego de la política el verdadero político debe tener dotes como la
tolerancia, el don de gentes, la astucia, el talento, la eficiencia, la
capacidad de innovación, la decisión, la prudencia, la capacidad de
concertación y la responsabilidad.
Por supuesto
que en nuestro país es mucho pedir para nuestros diputados, muchos de los
cuales no tienen ni la instrucción notoria que exige la Constitución y menos la
formación política adecuada.
Y para el
caso de una sociedad tan polarizada como la nuestra, es requisito indispensable
que los políticos se empapen de la cultura de paz que pasa por la tolerancia a
las ideas de los demás, el diálogo y la concertación.
Un ejemplo
que es clásico en la historia política salvadoreña, es la figura del político
de derecha, Francisco José Guerrero conocido más como el Chachi Guerrero,
abogado distinguido y que fuera fundador del Partido de Conciliación Nacional
(PCN), Presidente de la Asamblea Legislativa, Canciller y Ministro de la
Presidencia.
Al Chachi,
se le reconoció en su momento como un hombre hábil, capaz de acercar posiciones
entre los partidos principales, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Alianza Republicana Nacionalista (ARENA)
beligerantes a muerte en el ambiente político salvadoreño de los años ochenta.
Si
entendiéramos que la política es realmente un juego, disminuiría como por arte
de magia la polarización que es mantenida justamente en el caso de El Salvador,
por las dos principales fuerzas políticas que vienen desde la guerra y que están
constituidas en sus cúpulas por militantes de hueso duro a los que les conviene
la división y que sus seguidores luchen por sus consignas, si es necesario con
el machete desenvainado.
La
población y los seguidores de a pie de los dos grandes partidos, debieran
pensar que al final de cuentas, toda esa lucha partidaria que a veces se
enciende al rojo vivo, es sólo una estratagema que se hace para lograr más
votos y responder a los intereses del grupo que busca el poder político.
Por lo
tanto, parte de la cultura política es tomar con cierta frialdad lo que los
políticos nos quieren vender en ese mundillo que mueve tanto interés y emoción,
especialmente en el marco de una coyuntura electoral.
VOLVER AL AYER
Me gusta tanto pensar en el ayer
porque de los momentos pasados
retomo aquellos hitos más bellos
que más marcaron mi vida
y que puedo traer al día de hoy.
Y es que a veces me disgusta
la rutina o la ansiedad del presente,
cuando las horas pasan más lentas
o se me escapan tan raudas y ligeras
por las estrechas rendijas del tiempo.
Y del futuro, ¿cómo apreciarlo
si está cargado de hechos inciertos,
de ilusiones y de cosas inesperadas?.
Y cómo puedo refugiarme en él,
si habita el mundo de la inexistencia?
Por eso vuelvo al pasado,
no tanto a los días de infancia
que apenas los recuerdo;
pero sí a los de la tranquila niñez
de un ambiente rural y pueblerino.
Pero ocupan mi predilección
los años de la adolescencia
de los catorce a los veintiuno,
seguidos de la edad adulta
hasta los cincuenta y cinco.
Y de ellos, merecen cita especial
las vivencias de la juventud
que abarcaron la adolescencia
y los primeros cuatro años
de la edad adulta.
De aquella juventud valoro
la rectitud del camino
la entrega y el sacrificio
pero más, mis luchas y rebeldía
por tratar de ser yo mismo.
Y entrando a la edad adulta
cuántos momentos felices…
Entonces conocí el amor
y llegaron esos triunfos
en tan diferentes esferas.
Por eso en la edad madura
si he de recontar los hechos,
me quedo con el pasado,
pues si volviera a nacer
no sé si lo cambiaría.
Ramiro Velasco, febrero 2015
Nuestro Mundillo Político
Lo bueno y lo malo del
proceso electoral 2015
Ha pasado
la campaña electoral para elegir diputados a la Asamblea Legislativa, al
Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y Concejos Municipales. Estamos en los
tres días de silencio electoral que iniciaron el jueves 26 de febrero en los
que queda prohibido todo tipo de propaganda; y el próximo domingo 1 de marzo
son las elecciones.
Se espera
elegir 84 diputados para la Asamblea Legislativa, 20 diputados al PARLACEN y 262
concejos municipales.
Los
partidos inscritos para participar en la contienda son: Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA), Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN), Partido Democracia Cristiana (PDC), Partido de Concertación Nacional
(PCN), Cambio Democrático (CD), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA),
Partido Salvadoreño Progresista (PSP), Fraternidad Patriota Salvadoreña (FPS).
Democracia Salvadoreña (DS), Partido Social Demócrata (PSD). Sin embargo, dos partidos
nuevos no lograron inscribir candidatos.
Cada evento
electoral se presenta ante nuevas circunstancias y en esta oportunidad, se han
podido observar algunos hechos que de alguna manera para bien o para mal han
marcado algunas diferencias de eventos similares realizados en el pasado.
Desde mi
punto de vista y de lo que yo he podido observar, hay elementos positivos y
otros negativos que pueden destacarse en el período de precampaña y de campaña
electoral que acaba de terminar:
Elementos positivos
-Contrario
a la elección presidencial pasada, en este evento fue un tanto menor la campaña
disfrazada a favor de determinado partido político por parte de funcionarios de
gobierno de alto nivel, gremiales, entidades de fachada y empresas afines a los
partidos políticos mayoritarios. Sin
embargo, llamó la atención la permanente campaña televisiva de Alba Petróleos,
en la que apareció una destacada figura del partido de gobierno con mensajes
subliminales de apoyo hacia el rumbo emprendido por el gobierno y el partido de
izquierda. Aunque también del otro lado no ha faltado ese tipo de apoyo aún en el
período de silencio electoral.
-Se pudo
constatar un ambiente de mayor tolerancia del adversario político y un mayor
grado de civilidad de parte de los candidatos, comparado con las campañas
sucias de años pasados; es decir que hubo menos ataques ofensivos personales
directos, lo que ya es un gran paso. Aunque en algunas localidades como en San
Miguel persistieron este tipo de actitudes.
-Se puede
decir que hubo varios debates tipo foro en los que participaron candidatos a
alcalde y diputados, tanto en medios televisivos como radiales. A tales eventos,
se invitó a candidatos tanto del área metropolitana como del interior del país.
-Se cuenta
con la entrada en vigencia de las listas abiertas desbloqueadas, obra
importante de la Sala de lo Constitucional y lo que se denomina el voto
cruzado, para la elección de los diputados, tanto de la Asamblea Legislativa
como del PARLACEN. Además se ha hecho efectiva, la aplicación de la normativa
para constituir los concejos municipales plurales, la votación por rostro de
los diputados al PARLACEN, la inclusión de un 30% como mínimo de mujeres en la
planilla de candidatos de los concejos municipales y diputaciones, todo lo que
se puede considerar como pasos importantes hacia una mayor democratización en
el proceso electoral.
-En la
elección actual se medirá la tendencia de los electores a votar en la forma
tradicional sobre la bandera de los partidos o a votar por rostro, no sólo de un
mismo partido, sino de uno o varios a la vez.
-Se puede interpretar
que las anulaciones por irregularidades en la inscripción de algunas candidaturas
de alcaldes y diputados por parte del
TSE y de las Juntas Electorales Departamentales, son muestra de una mayor
vigilancia en la aplicación de la ley.
Elementos negativos
-Los
cambios de reforma electoral que tenían que haber sido introducidos por ley por
parte de la Asamblea Legislativa desde hace mucho tiempo, fueron objeto de
sentencias de la Sala de lo Constitucional que obligaron a las cúpulas de los
partidos a la emisión de decretos legislativos para ser cumplidos lamentablemente
de forma muy cercana al proceso electoral. Lo anterior acumuló las modalidades
de acción y el tiempo para su cumplimiento. Tales sentencias sin embargo, han
contribuido enormemente a una mayor modernización del sistema electoral
salvadoreño.
-El
Tribunal Supremo Electoral, fue objeto de cambios en la elección de magistrados
en julio de 2014 y mostró algún nivel de
división que paralizó temporalmente las
tareas de preparación de las elecciones. Además el TSE sufrió un recorte en el
presupuesto del 2015 de unos 10.5 millones de dólares. El Ministerio de
Hacienda consideró en su momento, que en algunos rubros había un presupuesto
innecesario. Sin embargo, la falta de
fondos en el Tribunal no ha permitido que se pueda llevar a cabo una completa
etapa de promoción a la ciudadanía frente a una modalidad más compleja de
ejercer el sufragio, así como la agilidad deseable en la entrega de materiales
electorales, el conteo de los votos y la transmisión de resultados.
-El
fenómeno de la polarización se ha vuelto algo permanente entre los dos partidos
políticos mayoritarios salvadoreños, ya que en el proceso electoral en los que
la lucha por el poder se acentúa, se encienden las posiciones tradicionales de
confrontación adoptadas desde el conflicto bélico de los años ochenta.
-Existen
resabios de caudillismo y de la influencia de grupos de poder al interior de los
partidos políticos en algunas localidades, lo que no permite la incorporación de
nuevos cuadros para llevar a cabo una gestión más moderna, tanto de alcaldes
como de diputados. Lo anterior parece ser aceptado por los partidos, que
prefieren la ventaja en el número de votos que la renovación y apertura en sus
propias filas.
- Ha
faltado apertura también en algunos partidos políticos para dar lugar a que
personas jóvenes y no militantes de hueso duro partidario, puedan optar a cargos
de elección especialmente para diputados. Sin embargo, la modalidad de voto
cruzado puede contribuir a que nuevas caras renueven las bancadas de la
Asamblea Legislativa.
-Algunos
partidos se han aferrado al voto por bandera como estrategia para darle a la
cúpula partidaria mayor poder en el pre establecimiento del orden de los
candidatos a diputados. Sin embargo, el mandato de la Sala de lo Constitucional
es claro en que la pre eminencia en el orden de los electos, podrá depender más
de los votantes en el caso de que las marcas por rostro así lo indiquen.
A manera de conclusión
La población
salvadoreña ha demostrado en el pasado un sentido de inteligencia natural a la
hora de votar que está por encima de lo que pronostican las encuestas y
pregonan los partidos políticos. Y en estas próximas elecciones a pesar de
cierta complejidad para marcar las preferencias electorales y sobre todo, para
el conteo de los votos, los resultados y el comportamiento del electorado probablemente
nos darán sorpresas muy positivas.