FLORES DE NUESTROS JARDINES
LOS NUEVOS RICOS DE LA POLÍTICA
En otros escritos nos hemos referido a los políticos
tradicionales salvadoreños que han hecho de la política su modus vivendi (su
manera de vivir), utilizando el
trampolín de los partidos políticos para saltar a la escena nacional y en
muchos casos para quedarse durante gran parte de su vida activa, mas con el
interés de ganar buen dinero e influencia, que con el afán de hacer un buen gobierno y
servir al pueblo.
Y en otros casos, aunque hayan estado un período
relativamente corto en un puesto, siguen montados en la rueda de caballitos, ocupando
nuevos cargos gracias al apoyo incondicional del partido. De estos casos se
pueden señalar nombres de personas que pasaron de ministros, vice ministros o de presidentes de un ramo a otro, gracias al apoyo incondicional de la
partidocracia y no porque realmente fueran tan competentes.
Como esto ha sido frecuente en todos los partidos que
tienen varios años de existencia, la primera pregunta que surge es: ¿cómo es
que tales personas logran perpetuarse en los cargos, habiendo tanto militante
con capacidad y méritos que vienen trabajando por años en la lucha partidaria?.
La respuesta parece ser obvia, aquellos políticos de cuero duro y de cuchara
larga, han logrado el poder suficiente para que la argolla dorada de la cúpula,
les considere también como
“indispensables” si no es que ellos mismos son parte de la cúpula partidaria.
La siguiente pregunta es: ¿Y con base a qué criterio se
les mantiene tal nivel de apoyo a estos políticos? Y la respuesta puede considerar
varios elementos, entre los cuales los de mayor peso pueden ser: la
contribución económica que dan al partido; los méritos para manejar a su criterio el
juego del premio, del castigo y del chantaje entre los militantes; y sobre todo, su astucia para la negociación
de prebendas en favor del partido, especialmente con el gobierno de turno y con
personas de dinero que esperan a cambio, leyes o decisiones políticas que
respondan a sus intereses particulares.
Con tantos años en el poder, los políticos de cuero duro y
cuchara larga aumentan su convicción de que ellos son indispensables y a la vez
caen en lo que ya Lord Acton en el siglo XIX escribió de manera sabia, que “el
poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Eso
explica también cómo personas que ya gobernaron y se aprovecharon de los
dineros de la hacienda pública hagan todo lo posible por volver a la posición
que tuvieron antes.
Muchos de los adultos que leen esta página, han conocido
a varios políticos salvadoreños que comenzaron en la palestra pública con
recursos limitados, formando parte de la clase baja o clase media de nuestra
sociedad y que al terminar su mandato salieron adinerados y con gran influencia
social. En todos los casos, tales políticos aparecieron vinculados a un partido
político o a la élite económica que les proporcionó recursos para ganar una
elección. Una vez en el cargo, siguieron la filosofía de la “bivonada” de la
que en salvadoreño como hemos comentado en otros escritos, parte de aquel
principio de aprovecharse al máximo para “componerse” a costa de los recursos
del pueblo.
Y así aquellos que se movilizaban antes de haber estado
en un alto cargo público en carros sencillos,
ahora lo hacen en lujosos vehículos valorados en varias decenas de miles
de dólares; disponen de residencias suntuosas y de grandes propiedades; se
volvieron empresarios exitosos; y llevan una vida opulenta.
Lo que contrasta con personas que lucharon toda su vida
profesional en el ámbito público y llevan una vida ajustada por el alto costo
de la vida y las crecientes necesidades que cubrir.
Políticos aprovechados los ha habido en los diversos
partidos como el PDC, ARENA, PCN y
últimamente el FMLN. Se trata de personas que han ocupado u ocupan elevados
cargos como presidentes de los Órganos de Estado, ministros, vice ministros, presidentes
de entidades autónomas, diputados, alcaldes, etc.
En los
últimos años y aún en días recientes, los medios de comunicación han dado
cuenta de nombres de funcionarios de alto nivel con señalamientos muy concretos
sobre enriquecimiento ilícito o actos de corrupción. Lamentablemente si los
casos sucedieron hace diez años o más, la ley los ampara para no ser
investigados y menos castigados pues ya prescribieron; además en su momento, las
instancias de control y fiscalización del estado fueron incompetentes y muchas
veces cómplices y no cumplieron con su cometido de sancionar a los culpables. Qué
lamentable.
Es más, muchos de aquellos funcionarios, se escudan ahora
en el argumento de que no han sido condenados ni vencidos en juicio y que por
lo tanto, son personas decentes e
intachables.
Sin embargo, algo va cambiando en el ambiente salvadoreño,
especialmente a raíz de la vigencia de
la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y a la creación del
Tribunal de Ética Gubernamental. Así varios casos salen hoy a la luz pública
para que la sociedad juzgue y para que los servidores públicos que utilicen su
cargo para enriquecerse ilícitamente o para cometer actos de corrupción sean
juzgados y sancionados por sus actuaciones.
Lejos queda la propuesta idealista de Platón que “deben
gobernar los mejores hombres, los más capaces y virtuosos, aquellos que se han
formado y han comprendido en
esencia que en el ejercicio del servicio reside el arte
de gobernar y para realizarlo es necesario estar desprovistos de todo interés, codicia
o vanagloria…”
Estamos frente a un año electoral y los ciudadanos
tendremos la responsabilidad de elegir a diputados y miembros de Concejos
Municipales. Ojalá que contribuyamos a elegir a los candidatos y candidatas que
han dado muestras de probidad, de capacidad y de ética; y a los nuevos por elegir sean mujeres u
hombres, que la población los seleccione
si considera que son idóneos para los cargos y que pueden actuar con honradez y
honorabilidad.
SI FUERA TROVADOR Y POETA
Si fuera trovador y poeta
te escribiría versos cada día
e inspirado por las musas
al compás de los arpegios,
te diría cositas bellas
de esas que llevo aquí adentro.
Y al despertar la mañana
al compás de mi guitarra
con música de bolero,
o como en el viejo romance,
te expresaría en mi canto
lo mucho que yo te quiero.
Y mientras abrazara el sol
con su luz el mediodía,
yo te echaría piropos
con palabras muy sinceras
de esas que nacen del alma
cuando se ama de veras.
Y ya caída la tarde,
se unirían a mis estrofas
las nubes y los celajes;
y en el gorjeo los pájaros,
dirían que allá en el cielo,
tu sigues siendo mi estrella.
Y si un día me faltaran
las letras y los acordes,
me bastará tu mirada
para expresarte de nuevo,
al ritmo de mis latidos
que nuestro amor es eterno.
Ramiro Velasco, noviembre de 2014
EL SENTIDO DE LA PATRIA DE ORIGEN O DE UNA NUEVA
Según el diccionario, patria es el lugar o la tierra en
la que ha nacido una persona. Patria también se puede considerar el lugar o
comunidad con la que una persona se siente vinculada o identificada por razones
afectivas.
Lo más común en un país como El Salvador, es que las
personas se desplacen de la tierra natal a otro lugar por necesidades urgentes
como continuar los estudios, búsqueda de mejores oportunidades de trabajo,
situación económica, etc. Por lo que emigrar ha sido la constante de la mayor
parte de la población salvadoreña en la historia del Estado Salvadoreño.
En el lenguaje común y según la tradición popular se dice
que hay un reconocimiento o apego natural de la persona con el “lugar en el que
se enterró su ombligo”. Y es que nuestros
ancestros indígenas y nuestros campesinos ladinos enterraban el cordón
umbilical que unía al recién nacido, en el patio de la casa, con la creencia
que aquel hijo cuando fuera grande regresaría siempre al lugar de origen.
Cuántos de los que leen esta página estarán de acuerdo
conmigo que lo natural es tener un bonito recuerdo y apego al lugar donde
nacimos por más humilde que haya sido. Aunque también hay personas que por
embuste se avergüenzan muchas veces del cantón o pueblo que les vio nacer.
Estas personas vendrían a ser apátridas en sentido estricto del término griego.
El concepto de espacio geográfico asociado a los grupos
humanos se pierde a través de la
historia hasta que es recogido en la legislación romana. Pero será hasta el
siglo XVII y de manera más categórica en
1648, con el Tratado de Westfalia que se da paso al reconocimiento de las organizaciones
territoriales y poblacionales que son la base de lo que modernamente se conoce
como Estado-Nación.
Y vinculado de alguna manera a este último concepto, aparece la idea de patria no
sólo referido al lugar donde se ha nacido, sino a veces a la provincia, país y
reino al que se pertenece.
Pero volviendo al sentido básico de patria, el mismo se acrecienta
sobre todo cuando la persona se encuentra lejos y tiene familiares que se han
quedado habitando en la tierra natal. Entonces muchas veces la nostalgia invade
y con ella reviven los recuerdos y
añoranzas de la tierra querida.
La época navideña es propicia para recordar a la patria y
sus tradiciones; de allí que en esta época se incremente la llegada de
salvadoreños radicados en el exterior a pasar unos días con sus familiares o
amigos.
Sin embargo, ante la distancia o el tiempo que separa a
la persona de los lugares queridos, habrá que adoptar una segunda patria y con
ella sus tradiciones y costumbres.
Ese el caso de muchos de nuestros hermanos lejanos que
dejaron el terruño y se han radicado definitivamente en otro país. A ellos les
tocará aceptar aquella nueva cultura y con el tiempo sentirse nacionales del
país que les acoge.
Acaban de pasar las celebraciones del Día de la Brujas y
del Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos y pude darme cuenta que
muchos amigos salvadoreños que residen en aquel país, según lo manifestaron en
el Facebook, van haciendo suyas tales tradiciones, lo que me parece muy
natural.
Lejos han quedado aquellos días en el que los “revolucionarios”
salvadoreños en los años ochenta y noventa tildaban a tales prácticas de
resabios del capitalismo. Estamos en tiempos de la globalización y de querer o
no, la cultura se globaliza y es entendible que las costumbres ajenas lleguen
también al patio de nuestra casa.