Datos personales

Mi foto
Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

lunes, 28 de julio de 2014

JULIO 2014, EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS




UTENSILIOS DE NUESTROS ANCESTROS EN CABAÑAS


Carreta tirada por bueyes


Piedra para moler nixtamal



Yugo


Piladera


Cántaro de hojalata



Plancha a vapor





¿ES EL SALVADOR UN PAÍS INVIABLE?

Desde que se constituyeron como independientes los cinco países centroamericanos a partir de 1838, y particularmente El Salvador en 1841, esta pregunta ha sido un tanto recurrente.
El aspecto territorial, que en buena medida significa limitados recursos naturales, ha estado al fondo de la explicación en términos de viabilidad de los países centroamericanos, pero especialmente de El Salvador.
Le ha seguido históricamente en el caso salvadoreño, la limitada  capacidad productiva que estuvo a la base de las reformas estructurales llevadas a cabo desde mediados del siglo diecinueve hasta principios del veinte, en cuya implementación los grandes perdedores fueron las comunidades indígenas a quienes se les usurpó sus tierras para ser entregadas a las nuevas élites nacionales y extranjeras vinculadas al cultivo de café. El cultivo de café y su comercialización al exterior surgieron en aquel momento,  como la tabla de salvación “para hacer de El Salvador una sociedad más competitiva”.
A partir de los años de mil novecientos treinta, hasta finales de los cuarenta, el estallido social reivindicó los derechos de las clases empobrecidas sin tierra, que fueron objeto de la más cruel represión, dando lugar al establecimiento de gobiernos militares como medio para detener las reformas estructurales reclamadas. 
De 1950 a 1969, algunos cambios en el ámbito político, basados en una nueva constitución  y en intereses externos, se operaron lentamente. En aquel marco, aparecieron de nuevo, las ideas de la unión centroamericana, especialmente vía Integración económica con importantes beneficios para El Salvador,  Guatemala y Costa Rica, pero nefastos para Honduras y Nicaragua en término de balanza de pagos e inversiones. En el orden social, grandes contingentes de campesinos salvadoreños sin tierra, abandonaron el país y se ubicaron en otros países de Centro América.
Para 1969, la guerra entre salvadoreños y hondureños, demostró una vez más el camino rotundamente equivocado de utilizar las armas como solución a temas de carácter estructural  y de intereses del Grupo en el poder (la clase dominante y gobernantes). A raíz de la guerra, miles de campesinos salvadoreño regresaron a la patria, en condiciones más precarias de como salieron.
A finales de los  años setenta y principios de los ochenta, la lucha social se agudizó de nuevo y tuvo lugar un proyecto reformador dirigido por militares y la Democracia Cristiana con el patrocinio del Gobierno de los Estados Unidos de América. Aquella reforma sin amplia base social, se llevó a cabo, con resultados exiguos y propició una mayor justificación para la lucha armada contrainsurgente. 
Así se configuró un conflicto bélico interno, con amplio apoyo externo para el gobierno y la contrainsurgencia  (1980- 1992), en el que los muertos estuvieron mayormente del lado de los pobres.
En los años ochenta el problema social se desbordó con medio millón de salvadoreños desplazados a nivel interno y con miles de migrantes hacia el exterior, especialmente a los Estados Unidos de América, Canadá, Australia y otros países.
Para finales de los ochenta, la derecha logró posicionarse en el ámbito gubernamental ganando las elecciones; y las reformas estructurales de principios de aquella década fueron desactivadas, dando  paso a un proyecto reformista neoliberal, en el que lo más destacable fue el predominio de lo privado sobre lo estatal y en el que la exclusión estuvo a la orden del día.
Un proceso de diálogo-negociación entre las cúpulas de la guerrilla y del gobierno, condujo a reformas en el ámbito político, pero sin mayores cambios estructurales en la base económica y social.  El efecto inmediato fue un aliento de poco alcance en el campo económico, con mejoras en los indicadores económicos, pero limitado efecto en la pobreza de gran parte de la población y en la mayor emigración de salvadoreños, especialmente hacia los Estados Unidos de América.
A partir de los años dos mil, con la incidencia de  terremotos y gobiernos poco transparentes, se crearon paliativos al problema de la pobreza especialmente de tipo subsidiario. Comenzó a agudizarse el endeudamiento público externo, aunque se dieron algunos pasos en cuanto al avance democrático y la participación de más opciones partidarias.
Del año dos mil cuatro al dos mil trece, tomó auge la inseguridad y la delincuencia, se acrecentó el endeudamiento externo y se mantuvo el predominio de la partidocracia en el manejo de la cosa pública. En tal período, se agudizó la polarización entre las dos principales fuerzas políticas de ARENA y del FMLN, lo que ha conllevado a un ambiente de estancamiento en el campo económico por falta de inversión, tanto interna como externa, y a un real agravamiento de la situación social que se refleja en los crecientes índices de migración hacia el exterior, llegando hasta la “migración infantil no acompañada” que representa mayores peligros para la niñez y juventud que son los sectores más amenazados por las pandillas y el crimen organizado.
Al momento actual, después de casi un empate en las elecciones presidenciales entre los dos grandes partidos FMLN y ARENA, el país se encuentra en una encrucijada en la que los principales actores políticos pareciera que mantienen un diálogo de sordos, sin resultados concretos y cada uno, tratando de llevar agua para su molino. 
En tal situación, el escenario gira alrededor de las próximas elecciones de diputados y alcaldes, cuyos resultados definirán con más claridad el devenir de los próximos cinco años.  Y en ese contexto, lo político sigue teniendo mayor peso que lo económico y por lo tanto, que lo social, en un ambiente más inseguro y calamitoso.
Sólo porque los salvadoreños hemos aprendido a soportar las crisis por necesidad y salir adelante de situaciones peores, las esperanzas se mantienen aún latentes, en espera de que el estado de cosas cambie para bien de las mayorías.









UN GOBIERNO QUE AVANZA DESPACIO

Están por cumplirse dos meses de la llegada del nuevo gobierno al poder y las perspectivas sobre la solución a los grandes problemas que aquejan al país parecen ser las mismas de lo que ocurrió con la Administración Funes.
Ya en la campaña electoral reciente, se insistió en que las políticas de este gobierno serían en buena medida continuidad del anterior. Y la primera muestra de tal afirmación fue que una buena parte de los ministros actuales, son repetición del gobierno pasado;  lo que de alguna manera indica que los cambios no serán muy fuertes y que a la larga, tendremos más de lo mismo.
Como sabemos, en política son importantes las señales que se van dando desde un principio, pues de alguna manera, indican lo que se tendrá en el desarrollo completo de la gestión gubernamental.
Analicemos pues rápidamente, algunas de esas señales:
La primera señal muy buena por cierto, fue que el Sr. Presidente Salvador Sánchez Cerén se ha quedado a vivir en su propia casa, dejando de lado la suntuosidad de la residencia presidencial en la Colonia Escalón. Tal actitud es la de un gobernante sencillo que envía un mensaje de austeridad en tiempos de crisis, para que los recursos del estado sean utilizados de la mejor manera, en función del pueblo y no de las comodidades de los gobernantes.
Otra señal importante ha sido la disminución de la fastidiosa publicidad de la que abusaron los gobiernos recientes. Qué bueno, que los recursos del pueblo se utilicen en obras para la gente y no en campañas mediáticas para levantar los egos de los gobernantes.
Sin embargo, hay otras señales que no parecen muy buenas para comenzar la gestión. Entre ellas, la falta de un plan de gobierno que según se ha afirmado de manera oficial, se tendrá hasta para finales del año. Este dato parece bastante revelador de la prioridad que se da a un tema tan crucial, pues el plan viene a ser como el mapa que un navegante va a seguir en el camino emprendido y el camino ya comenzó.
Otra señal no tan buena que se envía, es que el gobernante en sus dos primeros meses ha estado mucho tiempo en el exterior cumpliendo con visitas protocolarias con otros gobiernos que pueden ser buenas para más adelante, pero no en este momento, cuando lo más importante pareciera ser atender la tienda que es El Salvador, para lo que ha sido electo el presidente.
Siempre he considerado que el Presidente de la República, es el gran gerente de la empresa llamada País.  Y un gerente, tiene la virtud de saber cuál es el destino de la empresa, sus objetivos, su disponibilidad financiera, sus restricciones y sus metas. Además, tiene la habilidad para hacer que sus subgerentes (los ministros y otros altos funcionarios) trabajen a tiempo pleno y hagan trabajar a todos los empleados, logrando el máximo de rendimiento.
En la administración pública y en un estado tan presidencialista como El Salvador, al Presidente se le requiere acá de lleno, a tiempo completo y dando resultados inmediatos.
Entre otras señales que muestran poco avance y pocos resultados,  está  el famoso “diálogo” nacional para lograr acuerdos en el tema fiscal con actores importantes y medidas inmediatas para evitar tanta violencia criminal. Y aunque es cierto que tales problemas sobrepasan el ámbito del gobierno, no se ve nada en el horizonte que indique que la Presidencia de la República está tomando un  verdadero liderazgo para su solución. Al menos esa es la percepción que tiene la población en general y eso no es conveniente, pues si no se dan señales positivas, el pueblo reaccionará como ya lo hizo en las elecciones pasadas, pasando la factura al partido de gobierno y a otros partidos como GANA y el PCN que han venido trabajando unidos en la alianza legislativa para solucionar otros asuntos de su interés desde el gobierno anterior.
El Presidente de la República y su gabinete de gobierno, deben mostrarle al pueblo con hechos y a la brevedad posible, que van por el rumbo correcto y que trabajan intensamente para lograr los cambios tan anunciados para dar solución a la deprimente situación actual.









EL ESTADO CADA VEZ CON MENOS DINERO Y EL NIVEL DE GASTOS NO URGENTES SIGUE IGUAL

De todos es sabido, la situación caótica de las finanzas públicas en El Salvador. Y es que el estado ha caído en un gran hoyo fiscal, es decir afronta un elevado déficit de recursos financieros que no le permiten hacer frente a las necesidades más urgentes de la Administración pública.
Entre las causas mediatas e inmediatas de tal situación está: la política desarrollada por los gobernantes del pasado, de responder a la crisis haciendo caso omiso de ella. Es decir, haber efectuado presupuestos que no son realistas, puesto que se basaron en supuestos alegres en cuanto a los ingresos a percibir; haber echado mano del endeudamiento externo como gaveta fácil y que pagarán otros en el futuro; haber programado gastos para necesidades que no son las más urgentes y primordiales; haber autorizado gastos hasta cierto punto suntuarios para altos funcionarios; y por último, la falta de un acuerdo fiscal que responda a una política nacional justa para los contribuyentes, que evite la elusión y la evasión, pero también que asegure el buen manejo de los fondos públicos.
La situación financiera actual es efecto también del mal manejo de los recursos del erario público, por parte de gobiernos pasados que repartieron dinero en forma populista con los denominados subsidios o proyectos sociales, suponiendo que la economía iba a crecer y por lo tanto, que el fisco contaría con los recursos financieros necesarios para mantenerlos en el tiempo.
El gobierno del Ex presidente Saca creó una serie de subsidios a troche y moche y el gobierno del Ex Presidente Funes (primer gobierno del FMLN) hizo lo mismo.
Además hace apenas algunos meses y en años recientes, el gobierno anterior realizó una cantidad de gastos innecesarios como: publicidad desmedida, caravanas de escolta a funcionarios de alto nivel, viajes al extranjero con grandes comitivas, etc.) en la lógica de que los recursos estaban disponibles y que podían ser manejados a discreción de los gobernantes.
La situación del erario público a la fecha parece ser tan crítica que los mismos salarios de los empleados de algunas instituciones, corren riesgo de no ser pagados en los últimos meses del año, de no tomarse las providencias necesarias, lo más pronto posible. Sólo en el Sector Educación, está pendiente a mediados del año escolar, la entrega anual del bono educativo a los centros escolares y  el pago a proveedores y contratistas, a los que no se ha cancelado la entrega de zapatos y uniformes, rubros que fueron tan llevados y traídos como prioritarios en los pasados meses de la pasada campaña electoral.
Por otra parte, mientras la gente del pueblo, vive la realidad de “coyol quebrado, coyol comido” pareciera que en algunas esferas gubernamentales no existe conciencia de la situación crítica del estado y se gastan fondos del pueblo que fueron presupuestados en rubros como gastos de representación, celebraciones y viajes al exterior como si se estuviera en tiempos de bonanza.
Recuérdese que no hace más de dos años se informó de gastos realizados en obras de arte, regalos y bebidas en la Asamblea por unos $150,000. Y que los viajes al exterior, la mayor parte de veces constituyen misiones sin relevancia que son más una justificación para hacer turismo oficial.
Sobre este último punto, sólo a modo de ejemplo, recordemos los siguientes datos del año 2012: Diario El Mundo, relató el 18 de noviembre en un largo artículo “Diputados viajaron en primera clase este año”, datos como los siguientes:
“En septiembre, el presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes, diputado del FMLN, viajó a Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos. Su vuelo costó a la Asamblea $3,011.31. En esa ocasión, Reyes atendió la invitación del Instituto Nacional Demócrata para participar en el “Foro Internacional de líderes. En agosto, los diputados Guillermo Gallegos y Francisco Merino viajaron a Nápoles, Italia, del 28 de agosto al 5 de septiembre. Para comprar sus boletos, la Asamblea erogó $6,975.09 y $7,648.14. En septiembre, Gallegos y Merino fueron en la misma misión a  Beijing, China, del 7 al 19 de septiembre. Los boletos costaron $8,665.67 y $9,993.3, respectivamente.
En agosto, Alberto Romero, viajó a Los Ángeles, California, EEUU, por lo que la Asamblea pagó $1,540. En septiembre, se fue a Venecia, Italia, bajo un costo de $5,587.73”.
A junio del año 2014, (Ver reporte de La Prensa) http://www.laprensagrafica.com/2014/07/27/asamblea-ya-gasto-323000-para-pasajes-avion-y-546000-en-viaticos  sólo la Asamblea Legislativa ya había gastado $ 323,000 en concepto de pasajes de avión y $ 546,000 en viáticos al exterior de los $830,848 programados para el año.
Y de manera más concreta, el 12 de junio pasado, la Prensa Gráfica informaba así: “Una delegación de diputados salvadoreños, incluyendo un arenero, está de visita oficial en la República Socialista de Vietnam, donde se reunió con el presidente de la Asamblea Nacional, el secretario del Partido Comunista y el presidente vietnamita. Los diputados visitaron al secretario general del Partido Comunista de Vietnam, NguyenPhuTrong, y al presidente de la República, Truong Tan Sang. La delegación legislativa está encabezada por el efemelenista Sigfrido Reyes, presidente legislativo; Lourdes Palacios, del FMLN; Guillermo Gallegos, de GANA; Rafael Machuca, de CN; Douglas Avilés, de CD; y Mario Marroquín, de ARENA”.
En el mismo sentido, hace pocos días, en un diario digital circuló la noticia sobre 3 diputados y 2 técnicos de la Asamblea, de visita en Cataluña España, “para conocer cómo funciona el sistema de luz solar en una iglesia para ver si se aplica en el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa.  Los integrantes de la comitiva son: Vicente Menjívar (ARENA), Lourdes Palacios (FMLN) y Sandra Salgado (GANA), además de los técnicos Enrique Menéndez y Walter González.  (Ver noticia completa en:  http://www.lapagina.com.sv/nacionales/97630/2014/07/23/Diputados-viajan-a-Cataluna-para-conocer-como-iluminaran-nuevo-edificio-de-la-Asamblea  
Y en esta semana pasada, el Presidente de la Asamblea, hablaba de la visita a Palestina y argumentaba: “Yo he recibido una invitación de la Autoridad Nacional Palestina e intentaré ir lo antes posible”, dijo Reyes, quien no aclaró el costo de los viáticos que generará su viaje a los bolsillos de los contribuyentes. “Espero que diputados de partidos que tienen un compromiso con la paz y respeto a los derechos humanos me acompañen” añadió Reyes. (Ver noticia completa en el siguiente sitio)
Ante la situación crítica de falta de fondos públicos para las necesidades más importantes, las actuaciones en instituciones públicas como la Asamblea Legislativa rayan con la desfachatez e irresponsabilidad. Y es que de acuerdo a la estructura del estado para el manejo de las finanzas públicas, no existe una institución con la suficiente independencia como la Presidencia de la República por medio del Ministerio de Hacienda que pueda revisar los gastos públicos presupuestados en rubros sensibles como viajes, gastos de representación, publicidad y otros,  antes de su aprobación y denegarlos si es necesario durante la ejecución presupuestaria de acuerdo a la situación de las finanzas públicas.
Ante tales actuaciones, no nos queda más a la ciudadanía que protestar enérgicamente, denunciar y castigar al momento de las elecciones, tanta incongruencia y mal uso de los fondos de todos los salvadoreños.
No estamos contra los viajes, como el programado por el Presidente de la Asamblea a Palestina, toda vez que se hagan con los fondos propios de los interesados en viajar y no con los fondos del pueblo.