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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

lunes, 28 de enero de 2013

UN AÑO NUEVO LLENO DE ILUSIONES


FLORES DE NUESTROS CAMPOS


FLOR SI ME QUIERES, NO ME QUIERES





























MUNDILLO POLÍTICO



¿PARTIDO DE LOS RICOS O DE LOS POBRES?



En el mundillo político salvadoreño, proliferan apreciaciones que con el tiempo se convierten casi en axiomas. Así desde que apareció el Partido ARENA, la oposición lo bautizó como el partido de los ricos y mucha gente en la actualidad le sigue catalogando de esa manera.

Por supuesto, que no se puede negar que dentro de tal partido o muy cerca de él, han estado representativos de la clase social más adinerada, lo que hace suponer que al menos en períodos electorales, este instituto político ha contado con la simpatía y sobre todo, con importantes dotaciones financieras procedentes del gran capital y de sus militantes medianamente adinerados. Sin embargo, en términos de votantes, en el pasado reciente, el mayor apoyo lo ha tenido de la gente humilde del campo y en los departamentos más pobres del país como Cabañas.

En los años sesenta y hasta principios de los ochenta, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) pretendió ser representativo de la clase media, pero aquella aspiración se fue esfumando con el tiempo debido a los problemas internos y a su declive electoral.

En el caso del FMLN, sus dirigentes se encargaron de presentarlo, desde su aparición, como el partido de los pobres y de las clases más necesitadas. En aquella época, el partido aparecía en escena, conformado en su mayoría por gente bajada de la montaña tras la hazaña guerrillera aparentemente sin un centavo en la bolsa; por víctimas de las masacres cometidas por la fuerza armada; por obreros y empleados públicos como maestros y algunos profesionales de relativo bajo nivel económico. También eran parte del partido, muchos  jóvenes que o dejaron truncados sus estudios o nunca tuvieron la oportunidad de tener un empleo. Eran raros los militantes que tenían una empresa bien establecida. 

Con el correr de los años, al ganar el Frente las elecciones en muchos municipios, los dirigentes y los militantes más allegados a la cúpula partidaria fueron contratados en diversos puestos  en las alcaldías. Otros llegaron a ocupar curules en la Asamblea Legislativa, gozando de salarios bastante elevados.

Los cooperantes internacionales de izquierda que apoyaron a la insurgencia durante la guerra, también siguieron favoreciendo al partido con algunas donaciones monetarias y varios proyectos de carácter social en los que como era normal, también se crearon algunas plazas de técnicos, de promotores y de personal administrativo.

De continuar en aquella lógica, el partido seguiría siendo un partido modesto que obtendría los recursos principalmente de las cuotas de sus afiliados, de la deuda política y tal vez de algunos cuantos donantes filantrópicos.

Pero después de veinte años, este instituto político aparece hoy en el escenario político, al menos en la impresión de muchos, como el partido con más recursos financieros a su disposición.

Si no, ¿cómo explicar la cantidad de fondos para sostener una campaña que inició casi dos años antes de lo establecido, con gran despliegue publicitario, viajes de los candidatos al exterior y sus comitivas y enormes concentraciones de la militancia?.

Pero no sólo eso, vinculados al partido han aparecido desde el 2006, empresas mixtas o proyectos importantes como: ENEPASA/ PDVSA/ Alba Petróleos (conformada al menos la primera, por alcaldes del FMLN), Alba Alimentos, Alba Becas y más recientemente Alba médica que sumados pueden representar muchos millones de dólares.

Todos sabemos que los recursos semilla de tales empresas o programas han sido otorgados por el Gobierno de Venezuela. Lo que no se sabe, es bajo qué condiciones financieras y políticas se han recibido tales recursos y si el pueblo salvadoreño tendrá que pagar algún precio o se trata de un regalo sin ningún condicionamiento.

Según información difundida en los medios de comunicación, de las utilidades de ENEPASA/ PDVSA o Alba Petróleos de El Salvador se destinaron cantidades millonarias para proyectos comunitarios que fueron distribuidas a criterio de la dirigencia del partido; por lo que resulta válido preguntarse: ¿qué puede impedir que también ese tipo de fondos se destinen ahora a la ejecución de actividades de política partidaria?.

De acuerdo a la Constitución de la República los partidos políticos son asociaciones creadas para actuar en el ámbito político como representantes de las aspiraciones del pueblo y como representantes del pueblo en el gobierno (Art. 72 y Art. 85).  Así lo expresa también el Código Electoral en su artículo 150.

En el espíritu de la Constitución y de la ley vigente, los partidos no deben ser al mismo tiempo  entidades políticas y empresas productoras de bienes o servicios, pues cada entidad desde que nace a la vida jurídica tiene una razón de ser y un ámbito de acción determinado.

Lamentablemente la Constitución y el código Electoral, aparte de la deuda política a la que tienen derecho los partidos que participan en el proceso electoral, no establecen regulaciones que obliguen a transparentar los recursos o contribuciones financieras que aquellos reciben, y menos, las fuentes de las que procede tal financiamiento.

Sin embargo, al menos en la constitución de la Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (ENEPASA), participaron como fundadores, alcaldes de municipalidades del Frente que seguramente son lo que conforman la Junta Directiva que es el nivel superior de tal entidad. Lo que demuestra que en tal empresa ha existido representación del estado y del Partido. Por lo que tal entidad puede ser auditada en cualquier momento por la Corte de Cuentas de la República. (Ver  Decreto de Normas de control  interno, publicadas en el Diario Oficial del 15 de diciembre de 2010).  http://www.cortedecuentas.gob.sv/archivo/blah/NTCIE%20ENEPASA.pdf  

En el caso de ENEPASA/ PDVSA/ Alba Petróleos, la promesa hecha a los consumidores de que bajarían los precios a los combustibles ha quedado olvidada y la dirigencia del partido ha preferido obtener utilidades millonarias en forma similar a las empresas que compiten en el mercado.

En plena campaña electoral, la situación del Frente y de sus empresas o programas solidarios millonarios, aparecen como tema de debate y de gran preocupación para los partidos políticos contendientes.

Mientras tanto, debemos tomar muy en cuenta las declaraciones recientes del Vicepresidente de la República y candidato presidencial del Frente, que afirmó que en Alba Petróleos no existe ni un solo centavo destinado a la campaña electoral y que para esta última, se utilizará solamente la deuda política, los aportes de su militancia y la ayuda solidaria que se reciba.

Por tratarse de una persona jurídica de bien público, los salvadoreños y sobre todo la militancia del Frente, tienen derecho al menos a preguntarse, cómo un partido de pobres y con una misión de apoyar a los pobres, aparece ahora con un status económico aparentemente tan bonancible.

Una de las maneras de transparentar la obtención de los recursos y su legitimidad, sería adoptando una ley de partidos políticos moderna que coloque a todos los partidos contendientes en paridad de condiciones. Pero la aprobación de tal ley, depende de los votos de los mismos partidos políticos, muchos de los cuales prefieren navegar en río revuelto.





NO HACE FALTA DECÍRTELO

No hace falta decirte que te quiero
si eres parte entrañable
de las luces y de las sombras
que conforman nuestra existencia.

¿Para qué traducir en palabras
todos los gestos sinceros
que han sido siempre testigos
de todos nuestros encuentros?.

Qué cortas son las palabras
frente a los días y noches
en que has llenado con creces
los espacios de mi mente.

Pues ya lo dijo el Maestro
según nos cuenta Mateo:
“que no sepa tu mano izquierda
lo que haces con la derecha”.

Pero he logrado entender
tus ansias y tus reclamos,
al consultar viejos libros
de historia de la filosofía.

Y es clara la respuesta
en la tesis aristotélica:
mientras opto por el contenido
tú apuestas al continente.

Yo actúo como los niños
cuando reciben regalos
que rompen todo lo externo
y buscan lo que hay adentro.

Por eso admiro a la gente
generosa y solidaria:
cuanto más bienes entrega,
más se oculta en el silencio.

Ramiro Velasco, enero 2013







EL JABÓN DE ACEITUNO DE NUESTRAS MADRES Y ABUELAS



En los campos del Departamento de Cabañas y de toda la Zona Norte del país abundaban los aceitunos en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.  

Aquellos árboles, se dejaban crecer a propósito en las milpas, para dar un poco de sombra, para utilizar su madera, pero sobre todo, porque eran muy útiles en la economía de los hogares.

A finales del invierno (estación lluviosa) se llenaban de flores que pronto se convertían en aceitunas  prendidas  a numerosos gajos que colgaban de sus ramas. Las había de color blanco y de color negro. El sabor de aquellos pequeños frutos era tetelcoso, lo que no les hacía tan apetecibles para las personas, pero sí para algunos pájaros.

Cuántas veces de niños llegamos a la casa con los labios morados por ingerir aquellos dulces frutos. Siendo motivo de risa para los hermanos y demás personas del hogar.

Los campesinos cuidaban de limpiar todo el contorno debajo de aquellos árboles, de tal manera que los frutos maduros al caer, no se mezclaran con la maleza.

Llegado el verano en los meses de marzo y abril, una vez pasada la recolección del maíz, del frijol y del maicillo, la tarea era ir a recoger a los potreros las aceitunas ya secas. A ese trabajo se unían los hombres, pero sobre todo las mujeres y los niños que las recogían en canastos y luego las depositaban en bolsas de manta para ser transportadas a las casas.

Después venía la tarea de quebrar las semillas con piedras  seleccionadas en las orillas de los ríos y quebradas. Aquellos artefactos relativamente pequeños, no debían pesar mucho y de preferencia debían ser un poco redondas o cilíndricas, para poder golpear fácilmente en el canto de cada semilla que se colocaba en un pequeño trozo de madera, de forma que la almendra saliera completa  e ilesa.

En nuestra casa aquella tarea, a pesar de requerir mucho tiempo y paciencia, lejos de ser algo odioso, resultaba bastante agradable.

Tanto mujeres como niños nos sentábamos en pequeños trozos o directamente en el suelo, de manera que quedábamos viéndonos las caras. Así además de platicar, podíamos apreciar quién era más hábil para despulpar aquellas semillas de color café claro y llenar el recipiente asignado. 

Pero lo mejor de aquel trabajo, era que las muchachas de mayor edad aprovechaban para narrar a los menores, aquellos cuentos fantásticos aprendidos de los mayores, decir adivinanzas y contar todo tipo de pasadas.

En aquel ambiente divertido, llegaba un momento en que jugábamos también a los “cinco cirines”. Se trataba de probar la capacidad para sostener la risa y no hablar, en un ambiente de tanta algarabía. Alguien tomaba el liderazgo y decía:

“cinco cirines en un cirinal,

cinco zapotes en un zapotal,

el que chiste y hable,

se come toda la suciedad del hospital”. ¡Ya!.

Una vez dada la orden de inicio, al primero que soltara la risa o pronunciara una palabra, se le imponía una penitencia que tenía que cumplir.

Terminada la quiebra de semillas había que colocarlas al sol, luego limpiarlas y triturarlas para quitarles el hollejo. A ese punto, aquella materia prima estaba lista o para llevarla de venta al pueblo o para convertirla en el famoso jabón de aceituno.

En el pueblo, un medio de semillas (una arroba) se vendía al precio de unos dieciséis reales, es decir dos colones.

Para hacer el jabón de manera artesanal, se seguía el siguiente proceso: se molían las semillas en la piedra. Luego se colocaba la masa en un perol con agua, hasta alcanzar el punto de ebullición. Después se le vertía a la masa un poco de lejía, obtenida a gotas de la coladera que era una olla grande llena de ceniza. (También para producir la lejía se podía usar cal). La lejía se aplicaba para eliminar el aceite que aparecía en el perol en forma de espuma.

Después, había que menear aquella masa viscosa con una paleta de palo, de manera incesante y por muchas horas, para que no se quemara, hasta alcanzar el cocimiento adecuado (Aquel trabajo podía durar hasta tres días). Posteriormente la mezcla obtenida se dejaba enfriar y estaba lista para hacer las bolas de jabón que eran envueltas en una tuza y amarradas con pencas de guineo.

El jabón terminado tenía un color café oscuro y un olor agradable y era utilizado para el lavado de ropa y también para el baño de las personas.

Lastimosamente, con la llegada de los productos industriales y el uso de químicos, aquel patrimonio pasó a ser solamente un recuerdo.






POR FAVOR, CONTESTE LA PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE.

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