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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

domingo, 1 de noviembre de 2020

LLEGA NOVIEMBRE CON LAS ÚLTIMAS LLUVIAS Y CON VIENTOS

 


FLORES DE ESTACIÓN EN EL SALVADOR











LA SILENCIOSA

¿Cuántos oyeron en El Salvador, la historia de la Silenciosa? Creo que muchos. Yo nunca la ví, porque ella aparecía cerca de la medianoche. Pero eso sí, me consta de oídas, como dicen los abogansters, al haberla escuchado y por largo rato en la Colonia Jardines de Guadalupe, Antiguo Cuscatlán…. Se trata nada menos, que de una ametralladora, de unos cien metros de largo, hecha de unos cuarenta mil morteros a la que se le da fuego, a la media noche del treinta y uno de diciembre, justo al oír aquellas canciones: “Faltan cinco pa las doce” y “Yo no olvido al año viejo/porque me ha dejado cosas muy buenas”….

El estruendo de la Silenciosa, era y sigue siendo tremendo. Y se alcanza a distinguir en medio de la gran tronazón de cohetes, bombas, morteros y cohetillos lanzados en diversos rumbos, para despedir al año viejo y recibir al nuevo.

La que hemos descrito, es una Silenciosa; pero existe otra más silenciosa de verdad. Es la mayor parte de la población salvadoreña que parece no existir, pero está siempre presente y a la expectativa de lo que pasa a nivel político partidario.

Según las encuestas de opinión del IUDOP (UCA), de CIOPS (Universidad Tecnológica) o Universidad Gavidia y otras, el porcentaje de los indecisos ha venido en aumento desde el año 2008 que rondaba el 30% de los encuestados, hasta un 50 % o más en el año 2019, a unos 5 meses de las elecciones.

Los indecisos, son las personas que no saben todavía por qué partido o candidatos votarán en las siguientes elecciones. En ese grupo, se encuentran los trabajadores sin salario fijo y tantas personas que expresan “que si no trabajan en un día determinado no comen” y para quienes, ir a votar no es algo tan prioritario frente a las urgentes necesidades de comer, vestir y tener una vivienda donde guarecerse. También se encuentran en el grupo de indecisos, miles de personas que apenas saben leer y escribir y que no tienen acceso personal a las redes sociales. Pero sobre todo, son parte importante del grupo indeciso, las personas de clase media e intelectuales que no están afiliados a ningún partido político  y que generalmente tratan de analizar más objetivamente lo que sucede en la palestra política partidaria.

La parte de los indecisos, más ilustrados, leen los escritos de opinión o escuchan día a día los noticieros y saben perfectamente que la sociedad salvadoreña se encuentra muy polarizada a fines del 2020, ya no entre derecha e izquierda, sino entre el Órgano Ejecutivo, su nuevo partido y sus seguidores; y los partidos de oposición, sus militantes y sus simpatizantes.

La coyuntura actual es muy diferente a la que se dio, seis meses antes de las elecciones presidenciales de 2019. Por lo tanto, pensar mecánicamente que  los resultados electorales de las próximas elecciones serán muy parecidos a los de las presidenciales pasadas, probablemente no es correcto. Lo que sí parece seguro, es que en febrero próximo tendrán mucho peso, las actuaciones políticas partidarias llevadas a cabo durante la pandemia en el año 2020, incluyendo la entrega asistencialista en alimentos, insumos agrícolas y medicinas a sectores muy pobres, tanto de la ciudad como del campo, por un lado; pero también,  los posicionamientos de la oposición política especialmente en la Asamblea Legislativa y el Órgano Judicial.

Por lo tanto, hoy más que nunca creo que será determinante en los resultados electorales, la decisión que tome la fuerza silenciosa de los Indecisos, de cuyos votantes un buen número, no salió a votar en las elecciones pasadas.

Como lo he mencionado varias veces, los salvadoreños de todo nivel, tienen un sentido muy agudo para entender la política. Y el hecho que en las elecciones presidenciales pasadas se castigó fuertemente a “los mismos de siempre”, no quiere decir que no se castigue lo que se considere como actuaciones indebidas de “los de ahora”.  

El nivel de votación dependerá del grado de conciencia de los ciudadanos con capacidad de expresarse en las urnas. Lo que no se sabrá hasta el día 28 de febrero próximo, cuando en El Salvador, se lleven a cabo las Elecciones para Diputados y Concejos Municipales.

Si me preguntaran qué se debe corregir y a qué le deben bajar volumen los gobernantes, para que no pierdan muchos votos en las próximas elecciones, les diría las siguientes deficiencias que merecen ser corregidas: improvisación en las grandes decisiones, poca transparencia en el manejo de los fondos y bienes del estado, falta de priorización en los gastos del estado,  mala crianza cuando se refieren a los opositores, actitud de prepotencia para el incumplimiento de la ley y nepotismo en la contratación de funcionarios públicos.

Tal como se ven las cosas en El Salvador, yo me atrevo a decir, según mi olfatómetro, que el número de diputados y concejos municipales, probablemente estará dividido casi en un 50% entre el Partido de Gobierno, Nuevas Ideas y la Oposición Política. Lo anterior, es una simple apreciación y no tiene ninguna base científica. A ver que dicen los resultados, en la noche de febrero próximo.

 

 


OCURRENCIAS DEL MES

-Le oí decir a un señor: -Miren, si se portan bien y si son mis cheros, los nombraré embajadores o comisionados: del arroz, de los frijoles, del azúcar, del café, del pan, de la sal y de las tortillas. De todas maneras pistío hay y si no, no importa.

-Según mi filosofía barata, un niño travieso y muy inquieto puede ser: un futuro investigador, un buen filósofo, un destacado atleta, un famoso artista o un gran científico.

-Un señor algo tartamudo, del Oriente del país, dijo que era de China. Y le dijeron; ¿De dónde? Y el contestó de nuevo: -Sí, soy de Chi,  China me ca.

- Si Uds. conocen bolitos consuetudinarios a los que ni por cerca les ha llegado el virus, quiere decir que el alcohol es efectivo por fuera, pero también por dentro.

 -Le oí decir a un vecino: “Aquellos quieren modificar la Constitución a la medida de sus ambiciones. Habrá que estar vigilantes y que vea el pueblo si se deja dar garabato. Aunque este pueblo, podrá ser humilde pero no es tonto”.

-Muchos se preguntan, si ante la falta de fondos del Estado, se justifica que el gobierno haya contratado servicios de lobby o sea de relaciones públicas, pagando a una empresa extranjera en los Yunais por nada menos que $390,000. ¿O es que hasta sobra el pisto?.

- Con el escenario político existente,  no hace falta ir al teatro. Así algunos son buenos para actuar en las tragedias, otros en las comedias. Los primeros esperan que se agudicen las pandemias, las tormentas, los deslaves; los otros, buscan lugares como el salón azul, la casa rosada, la casa blanca, o la casona para dar sus shows.

- Las viejitas decían en otros tiempos: “Después del rayo “Jesús, María”. Así después de la catástrofe de Nejapa, salieron hasta corriendo para la foto.

- Me dijo un vecino que el último decreto de la Asamblea, del 29 de octubre, sí que tiene salsa picante. Establece entre las nuevas medidas para la pandemia, que las bolsitas de alimentos a repartir deberán decir: “comprado con el pisto del pueblo y no del  güebierno”; y además, se obliga a que “los cercos sanitarios se hagan de un kilómetro cuadrado y con alambre de púas. Ja, ja  


 


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