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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

miércoles, 18 de agosto de 2010

ARTÍCULOS SOBRE LA REALIDAD SALVADOREÑA


GALÁN DE NOCHE (CHOMPIPE), FLOR QUE DURA SÓLO UNA NOCHE









AHORA ARREMETEN CONTRA LAS CACHIPORRISTAS

Nuestra juventud está muy abandonada. No existen para los jóvenes, ni suficientes canchas o centros de deporte y menos casas culturales en nuestros pueblos y ciudades, a las que los jóvenes lleguen  para practicar artes, organizarse  en clubes y realizar actividades culturales o recreativas.
Los mismos centros educativos (con raras excepciones) no disponen de lugares de juego y horas suficientes para la educación física y el deporte.
En vez de  pensar sólo en perseguir a los jóvenes, hace falta pensar en utilizar la infraestructura educativa existente y dedicar tiempo extracurricular para que los niños y jóvenes en edad escolar cuenten con lugares de esparcimiento en los fines de semana. En esto, son verdaderos maestros los Padres Salesianos que abren las puertas de sus colegios a los niños pobres en lo que ellos denominan el Oratorio Festivo.
Este sistema ha rescatado de la vagancia y del crimen a millones de niños y jóvenes, desde que Don Bosco lo estableciera en 1841. Sería bueno que el Ministro y Viceministros de Educación se dieran una vueltecita un sábado o domingo por los colegios salesianos del país y vean cómo son atendidos los niños y jóvenes, sin distingos de religión, procedencia, status social y mejor si no asisten normalmente a un centro educativo. El término oratorio da idea que los niños y jóvenes van a rezar, pero de ninguna manera se trata de eso. Existe un acto religioso opcional, el grueso de las actividades son de deporte y recreación.
En vez de gastar millones en seguridad desde una perspectiva policial, sin pensar en prevención, se pudiera dedicar suficiente presupuesto para que los maestros que disponen de mística, previa capacitación, participen en el programa y atiendan a miles de niños y jóvenes al estilo salesiano.
Pero el Ministerio de Educación anda pensando de manera distinta. Desde la visión del Partido, se proponen mejor continuar en la formación de los niños pioneros socialistas al estilo cubano. En ese caso, se piensa en atender a los niños desde un punto de vista ideológico para formar los revolucionarios del mañana. Sobre esto son los padres de familia los que tienen la última palabra.
Yo pienso que lo que se necesita, es implementar programas más frescos e innovadores ideados por los propios salvadoreños. Así como surgió el Programa EDUCO al que las nuevas autoridades vienen tratando de desmantelar.
En ese ambiente, de visión partidaria, aparece la prohibición de las cachiporristas en los desfiles. Sobre el tema, se ha escrito mucho y el mismo Presidente de la República ha detenido otra vez, una decisión tomada por las autoridades del Ministerio de Educación (MINED), en esta ocasión, ante el calenturiento análisis hecho por el Instituto Salvadoreño para el desarrollo de la Mujer (ISDEMU), dirigido ahora con una visión netamente feminista.
En los últimos veinte años, cuando se tuvo 4 ministras mujeres, nunca se pensó que la participación de las cachiporristas en desfiles, reprodujera una imagen de inferioridad de las mujeres, al relegarlas a un rol de adorno, de entretenimiento y posible explotación sexual, como lo sostiene ISDEMU y las asociaciones de feministas. Al contrario, en las Administraciones pasadas  de Educación, se dio todo el apoyo a las bandas de paz que van muy de la mano con los desfiles y las cachiporristas.
A mí personalmente, que ocupé cargos de dirección en el MINED, nunca me pasó por la mente ver a las cachiporristas como un objeto de explotación sexual y que por lo tanto, debieran prohibirse. En esa lógica debieran prohibirse las competencias de natación, de patinaje sobre hielo y cuantas actividades más, en las que participan las niñas y las jóvenes con tan poca ropa.
Creo que la gran mayoría de padres y madres de familia no están de acuerdo con la medida. Pero habría que preguntarles a las y los jóvenes estudiantes, qué piensan de esa decisión. Por lo que dicen los medios, no es vista con buenos ojos y pronto habrá manifestaciones para demostrar el repudio a tal medida.
Y es que una cosa es que admiremos la belleza como lo muestra mi pequeño poema escrito en esta misma página, a que estemos pensando en la explotación sexual o en la mujer como un objeto sexual.
Ponerse en una posición cerrada sobre las cachiporristas, puede tener varias explicaciones: Primero que hemos vuelto a la época del Puritanismo que llegó a Norte América en tiempo de los colonizadores ingleses y que ha sido superado desde hace mucho. Segundo, que el feminismo se ha hecho presente en los niveles gubernamentales para ver atentados a la mujer por todas partes. Tercero: que la presentación de las cachiporristas puede ser considerado como un “resabio del capitalismo burgués” al que hay que atacar, para imponer desfiles de protesta de niños y jóvenes contra la sociedad capitalista, mientras se arriba otro tipo de sociedad. Considero que las dos últimas hipótesis puedan ser las que mejor explican una decisión tan drástica como la propuesta por el ISDEMU  y que ha querido ser aplicada sin discusión por el Ministerio de Educación.
Para mí, los argumentos vertidos por el ISDEMU y aplicados por el MINED son chuecos, desatinados y anti populares.
De continuar el estilo de gobernar con visiones ideologizadas en contra de la niñez y de la juventud en temas de expresión, tradición cultural y no atender la demanda insatisfecha en deportes y recreación, los males que se asocian a los jóvenes en El Salvador continuarán a la orden del día.
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MUJERES BELLAS

Son igual que las flores.
Cada una tiene su perfume,
su estilo, su candor
 y su belleza.

Mientras en un color trigueño
unos ojos radiantes lo iluminan todo,
en un color moreno,
una  figura atlética
destaca más su presencia.
Y en un blanco perfecto,
unos cabellos rubios
siempre atraen las miradas.

Las he visto pequeñas
pero tan completas
y con encantos tan grandes.
Son como los perfumes
que desde reducidos frascos
se esparcen por el ambiente.

¿Y qué decir de las nacidas
en  los campos y praderas?
Serán humildes como violetas,
o como las campanillas;
pero tan limpias del humo
y del ruido  de las ciudades…
Ellas se nutren del aire más puro
que brota de las arboledas,
de las  gotas del rocío, 
y de los rayos mañaneros del sol.
Por eso  su porte, es tan natural,
y tan rojo el carmín de sus labios
y de sus mejillas.

Hay rostros tan bellos
en donde menos se espera:
en las pequeñas ventas,
junto a los canastos de los mercados,
o en las barriadas y pueblos,
donde aparecen figuras
que más parecen modelos.

Con la belleza, existe justicia
de verdad;
ella no va con el dinero,
ni con la petulancia.
Nace espontánea como un milagro,
o como un robo furtivo
al cielo,  al mar,
 o tal vez a las estrellas.

Ramiro Velasco, agosto 2010
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CÓMO AÑORO A MI MERCEDES
Dicen que los primeros amores perduran en la mente y en el corazón durante toda la vida.
Apareció de pronto en mi camino, cuando tenía pocos años de casado. Yo le quise mucho, pero mi hijo en cuanto pudo reconocerle, llegó a quererle más.
Todo comenzó cuando un familiar lo adquirió mediante un contrato a plazos y yo le serví de fiador. Pasados seis meses, me llegó un cobro fatal por varias letras atrasadas  y la orden de recuperar el vehículo, si la cuenta no era saldada.
Me dirigí a casa del familiar y lo encontré con otro vehículo. Él había cambiado el Mercedes por otro al estilo jeep.
Me presenté a la oficina de venta de vehículos y al ver la cuenta pensé que mejor yo debía adquirir el vehículo.
A fuerza de presión logré que el familiar me diera la dirección de la persona con la que había hecho el cambalache. Fue así como acompañado del encargado de recuperación de la empresa, un hombre alto y fornido, me fui en la búsqueda del Mercedes.
Llegamos a aquella sureña colonia de San Salvador y de primas a primeras, vimos el auto estacionado en la calle principal.
Preguntamos por el dueño y nos salió al paso un chele alemán, rapado y gordo que más parecía un miembro de la Gestapo de los años cuarenta. Menos mal que el recuperador de vehículos era un poco más alto y fornido que él.
La primera reacción del alemán fue de rechazo, pero ante la amenaza de que el vehículo sería levantado por la grúa y al ver el porte del recuperador, accedió a entregarnos las llaves y la tarjeta de circulación.
Así fue como desde aquel momento el “avispón verde” que era un modelo del 55, pasó a ser de mi propiedad. Desde aquel momento yo podía jactarme de que tenía un carro  marca mercedes.
El avispón despertaba al vecindario  con el potente ruido de aquel  motor a diesel de microbús. El vehículo era tan fuerte que el familiar lo había utilizado antes para halar vigas y horcones en una finca.
Su espacio era tan amplio, pues por tener la palanca de velocidades al timón, permitía que el asiento delantero pudiera ser ocupado por tres personas. Y en el asiento de atrás, cabían cómodamente cuatro  personas.
Lo único que no servía era el velocímetro, lo que me permitía correr a más de 100 km por hora sin que lo notaran los pasajeros. Era tan cómodo, que una vez preferí dormir en él antes de entrar a casa por la madrugada, tal vez con algunos grados de alcohol.
Tengo muchas historias de las vividas con el avispón. La primera, es que casi siempre andaba lleno de gente. Una vez con mis compañeros de universidad decidimos ir a una fiesta. Al verlo, los estudiantes corrieron a él y  se metieron cinco adelante y unos diez en el asiento de atrás. Pero el auto parecía responder mejor entre más carga llevaba.
En otra ocasión, toda la familia e invitados íbamos a pasar la Noche Buena a Sensuntepeque. Eran como las ocho de la noche y de pronto se apagaron las luces del carro por completo, cuando faltaban unos quince kilómetros para llegar. Seguramente había fallado un fusible, pero en mi ignorancia, opté como alternativa, que me alumbraran con una linterna para seguir adelante, entre la oscuridad en aquella calle de tierra, hasta llegar con bien, a nuestro destino. Menos mal que en aquella época, a nadie se le ocurría hacer un viaje a esa hora, desde Sensuntepeque a San Salvador.
Sólo tuve un susto grande con el avispón verde. Aquella experiencia sucedió cuando adquirí un carro nuevo que dejaba en el garaje y el avispón quedaba en la calle. Para ganar tiempo, esa mañana, puse a calentar el motor en aquella calle un tanto empinada, mientras adentro de la casa terminaba con algunos detalles. De repente, oí un gran estruendo. Salí a ver y ya no encontré el carro en su lugar. Con la fuerza del motor se soltó el freno y el avispón corrió a sus anchas unos cuarenta metros abajo, atravesándose la calle y chocando contra el carro de un vecino. El avispón no tenía mayores golpes y no hubo desgracias personales, gracias a que se detuvo un poco en la acera. Pero cubrirle la reparación del carro al vecino, me costó buen dinero. Yo le explicaba a mi hijo que seguramente el “carro viejito” como él le llamaba, estaba celoso al sentirse desplazado por el nuevo.
Fue así como decidí venderlo, a pesar de que un gringo amigo me decía que lo dejara para colección que en algunos años valdría mucho dinero.
Mi hijo lloró inconsolable cuando despedimos al “carro viejito” que fue a parar a manos de un chino, que lo compró relativamente barato.
Un día, unos años después, mi hijo me gritó que allí iba nuestro “carro viejito” cuando era manejado por el mismo chino que lo comprara. A mi hijo se le salieron las lágrimas y en mí, afloraron de nuevo los recuerdos. 

POR FAVOR, CONTESTE LA PREGUNTA QUE SE FORMULA EN ESTA MISMA PÁGINA. MUCHAS GRACIAS.

2 comentarios:

  1. Mi buen amigo octagenario,como ves me dí la bonita tarea de leerte, y me salpicó la nostalgia de aquellos tiempos cuando todo era más valorado, y si, me refiero a todo, le leo y casi diria que es usted de una estirpe seria,constante,fiel, leal e invariable.
    No creo haberme equivocado dado que, aun cuando solo le deje este humilde comentario, si es cierto que he leido toda su narrativa, haciendo honor, reviviendo en su memoria, etapas de un disfrute en lo cotidiano, tambien sus poemas señalan el arte del buen escribir.
    un abrazo en la distancia, mis mejores deseos para que su vida, esté envuelta en el terciopelo del gusto por escribir,

    MªJosé

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  2. Tu mensaje es para mí muy especial. Comenzando por esa clave de octogenario. En verdad he visto salir el sol durante muchos días y alumbrar la luna durante tantas noches…
    Lo que más me impresiona es el hecho de que te hayas tomado el tiempo para leer mis cosillas, a veces un poco serias, pero por lo general como tú dices, llenas de lealtad y constancia.
    Sé que en eso del arte del buen escribir estamos todavía un poco lejos de alcanzar mejores niveles, pero así como el río se hace río llevando agua, así tratamos de teclear para expresar nuestras ideas y pensamientos.
    Me dejas con la incertidumbre si vives al Norte o al Sur, pero eso no importa, pues desde que el mundo es una aldea, estamos más cerca que nunca a través de la web. Pero más que todo, nos acercan nuestras afinidades que por tu comentario, confirmo que son muchas.
    Gracias por tu bonito comentario.
    Ramiro Velasco

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