LOS SUNZAS DE CABAÑAS, EL SALVADOR |
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Nuestro mundillo político
LAS
ANIMALADAS POLÍTICAS
Aunque
el diccionario español contiene la palabra animalada y la define como una
burrada; en el lenguaje salvadoreño, tal término tiene la connotación de una
actuación incorrecta, llevada a cabo con mala intención y con el propósito de
sacar un beneficio personal o particular a costa de los demás. Y a la persona
que se comporta en esa forma, en el lenguaje común salvadoreño se le denomina
despectivamente como un “animala”.
Así
muchos animalas se han hecho ricos de la noche a la mañana, utilizando una
serie de artimañas como vender a precios injustos sus mercancías, evadir
impuestos, vender productos de mala calidad haciéndolos pasar como si fuesen de primera, etc.
El
castigo social que recibe un animala es el desprecio de la gente que le seguirá
tolerando aparentemente, pero que en el fondo le seguirá considerando como
alguien que no vale la pena.
El
término animala alcanza un mayor nivel
de aplicabilidad al campo político salvadoreño, pues como lo hemos expuesto en
otros escritos de este blog, los políticos en general se han comportado tradicionalmente
muy lejos de los principios de la ética y de la moral para responder
prioritariamente a sus intereses individuales, de sus cúpulas y de su partido. (Ver blog en las páginas siguientes: http://ramirovelasco.blogspot.com/2011_05_01_archive.html y
Dónde se encuentran
Los
animalas han estado presentes en varias instituciones del estado salvadoreño y
abundan en el seno de los partidos políticos y en las instituciones del estado.
Un lugar en el que se les encuentra fácilmente es en la Asamblea Legislativa.
Allí aunque ostentan el nombre de diputados cuya etimología quiere decir “designado
para representar al pueblo”, un buen número de ellos, en la práctica sabemos
que representan prioritariamente al partido político al que pertenecen.
También
existen muchos animalas en los gobiernos municipales, sólo que allí como hay
menos control ciudadano y de los medios de comunicación, sus actuaciones indecentes
pasan casi desapercibidas.
Aunque
hay algunas excepciones, la mayoría de diputados y miembros de los concejos
municipales, se ha comportado tradicionalmente de acuerdo a la filosofía de “componerse”
o de manejar los asuntos públicos y los recursos del erario público como que si
se tratase de la hacienda propia o de una piñata. Ojalá que con la nueva ley de
“Acceso a la información pública”, que entró en vigencia este 8 de mayo y con
la que se persigue mayor transparencia, se
logren niveles aceptables de buen manejo en las instituciones del estado.
En
el último mes, la población salvadoreña ha visto algunas actuaciones propias de
diputados y concejales animalas. Veamos algunas:
Aumento salarial
La
ciudadanía tuvo conocimiento de la animalada de un decreto en la Asamblea
Legislativa por el que se aumentaba el sueldo de al menos 20 diputados en
ochocientos veintiocho dólares mensuales, aumento que representa casi cuatro
veces el salario mínimo de una persona que trabaja en la maquila y más de siete
veces el salario de un trabajador del sector agropecuario. Decisión que se da cuando se habla de medidas
de austeridad y contrasta también con el estancamiento económico que sufre el
país, en donde la gran mayoría de la gente tiene que rebuscarse para obtener lo
necesario.
Tal
aumento salarial respondía por un lado, a la lógica de distribuir las comisiones
para el trabajo parlamentario en función de la nueva correlación de fuerzas partidarias,
aunque en la práctica se llegue a hacer lo mismo que se ha venido haciendo.
El
decreto se aprobó con los votos del Partido FMLN, de GANA, de CN, de CD y de PES,
pero con la abstención de ARENA y el rechazo de un solo diputado.
Menos
mal que la presión de la oposición popular en los medios de comunicación masiva
y especialmente en las redes sociales, contribuyó a que unos días después, tal
medida quedara sin efecto.
Celebraciones de toma de posesión
Otro
hecho que armó mucho revuelo fue el
gasto desmedido hecho en la denominada instalación de la nueva Asamblea
Legislativa.
Desde
siempre, los diputados y sus invitados han acostumbrado a banquetearse en tal
ocasión, con exquisiteces que en el momento actual constituyen un contraste
chocante con la situación de hambre que pasa gran parte de la población. Menos
mal que aunque sea para alcanzar notoriedad, algunos diputados y periodistas
invitados, mostraron su oposición a dicha celebración, no ingiriendo nada de lo
que allí se ofrecía.
Pero
también en las alcaldías, los nuevos munícipes no se quedaron cortos el día de
la toma de posesión celebraron a lo grande con cierres de calles, reventazón de
cohetes y comidas exquisitas, derrochando
los dineros del pueblo.
Todas
esas celebraciones se lo decimos claramente a los diputados y miembros de los
concejos municipales, están de más y
debieran eliminarse. Si quieren celebrar que lo hagan, pero no utilizando los
recursos del pueblo, sino los fondos de
su propio bolsillo.
Despido de empleados
Otro
hecho que ha tenido gran resonancia en las últimas dos semanas, han sido los despidos de empleados municipales
en las alcaldías donde ganó la elección otro partido político. El hecho de que
queden despedidos muchos trabajadores por las nuevas autoridades de diferente
partido, no es nada nuevo. Pero sí es nueva, la oposición y condena de la
ciudadanía en general que ya no tolera este tipo de prácticas nocivas y
perversas.
La
raíz del problema de los despidos se encuentra justamente, en la actitud que
han mantenido siempre los miembros de los partidos políticos al creer
erróneamente que con el gane de una elección, se convierten en dueños y señores
de una alcaldía y tienen derecho a nombrar a miembros de su parentela, amigotes
y militantes del partido. Y que por tratarse de una entidad autónoma, pueden
hacer lo que les venga en gana en aspectos administrativos.
Ahora
varios dirigentes de los partidos y diputados de fracciones que se han visto
afectados por despidos de sus militantes, hacen declaraciones y condenan algo
que ellos mismos han hecho y siguen haciendo en otras municipalidades, con la
anuencia o displicencia de los organismos que debieran actuar de oficio para
defender lo que se considere ilegal.
Ante
tal situación, no queda más que la presión popular para que: a) acaben los
nombramientos con base a criterios políticos; b) se establezca un régimen de
carrera administrativa moderno en el que los trabajadores que realizan tareas
permanentes o necesarias para los servicios a favor de la comunidad, gocen de
estabilidad laboral, independientemente del gobierno que llegue al poder; c) terminen
de una vez por todas, los despidos injustificados. Y que los responsables de despidos contra la
ley paguen las indemnizaciones correspondientes y se les deduzca
responsabilidad por sus malas actuaciones.
Elección de magistrados
Los
diputados de la Asamblea que recién concluyó su mandato, tomó la decisión de
elegir a los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal
General de la República, siguiendo criterios más partidarios que de interés
nacional y según algunos abogados, violando la Constitución de la República.
Tal decisión ha traído como consecuencia, un choque innecesario entre los
poderes del Estado.
El
Presidente de la Asamblea Legislativa echó todavía más leña al fuego, con un
discurso bastante inapropiado con ocasión de la toma de posesión de la Nueva
Asamblea. El mensaje tuvo una dedicatoria especial para el Presidente de la
Corte Suprema allí presente que se ha visto atrapado tanto en su rol para
dictar una sentencia de inconstitucionalidad, ante un recurso de
inconstitucionalidad presentado por varios abogados y en su interés personal
por defender el derecho a continuar siendo miembro de la Sala de lo Constitucional
de la Corte.
En
el fondo, los principales culpables de todo ese embrollo son los diputados del
FMLN, de GANA y de Concertación Nacional que haciendo valer la mayoría calificada
con que contaban en la Asamblea anterior, procedieron a la elección adelantada,
sin importarles el riesgo de violar el debido proceso y la propia Constitución
de la República. De declararse inconstitucional tal proceder, quienes debieran pagar
las consecuencias, son los políticos mencionados por sus animaladas.
Sin
embargo, como ya pasaron las elecciones, varios diputados de los más astutos
para llevar agua a su molino, han comenzado a hablar que están dispuestos a
poner en la agenda temas de país. La pregunta es ¿por qué no lo hicieron en el
período eleccionario? Y la respuesta es,
porque son unos verdaderos animalas.
Sin
embargo sobre hechos como los descritos, gran parte de la sociedad civil, pero
especialmente los jóvenes, han hecho sentir su voz de rechazo desde diversas
trincheras, como las redes sociales, los medios de comunicación y las
manifestaciones públicas. Qué bueno.
EL DÍA DE LA
MADRE, DEBE SER UN DÍA ESPECIAL
En
El Salvador el 10 de mayo es el día dedicado a las madres. Y no podía ser menos,
pues ese ser tan querido merece un día en el calendario festivo, tal vez más que
otros seres un tanto abstractos y que a veces se politizan, como la misma
independencia que no deja de quedarse en una figura teórica un tanto
incomprensible y contradictoria.
En
verdad, el diez de mayo debería ser un día especial, pues en el fondo tiene un
significado humano en el que giran valores tan esenciales como el amor, la
responsabilidad, la entrega desinteresada, la paciencia, la perseverancia, etc.
El
día de la madre, sin embargo, puede ser objeto de controversia, por ejemplo
desde el punto de vista de aquellas personas que consideran que antes que en la
maternidad, debiera pensarse en los derechos de la mujer. Y en ese sentido, se
puede decir mucho, incluso que la maternidad puede ser motivo de un desenlace
fatal, de desilusión, de frustración y desdicha. Ese es el caso de las niñas y
adolescentes que han llegado a ser madres por actos abominables cometidos por
los hombres, como pueden ser la violación y en general todo acto de machismo
exacerbado. Pero aún desde ese punto de vista, el día de la madre puede dar
lugar a una mayor reflexión y toma de conciencia de lo que es la maternidad y de
lo que debe ser una paternidad responsable.
Visto
el día de la madre, desde el punto de vista costumbrista o cultural, se puede
afirmar que la celebración de tal fecha no tiene distinciones sociales. Pues
igual que un hijo que puede regalar a su madre un carro nuevo, lo celebra aquel
que tal vez le puede regalar sólo una flor o un abrazo.
Y
eso me remonta a otros tiempos, cuando éramos niños de primaria. Recuerdo que
el 10 de mayo, era fecha muy particular en el calendario escolar y todos los niños llevábamos una flor
prendida en la camisa. Si la madre estaba viva, la rosa era roja y si había
fallecido, era blanca. Además con apoyo de la profesora habíamos ahorrado unos
centavos y podíamos comprarle algo a la madre, que era arreglado con la ayuda
de la misma maestra.
Sólo
las que han sido madres y han vivido en un ambiente sencillo y pobre, pueden entender lo que un gesto de un hijo pequeño
significa, cuando éste entrega a la madre en su día, un pobre regalito o le da
una felicitación a su manera.
Por
otra parte, a la mujer madre es tal vez a la única persona que un hombre descarriado,
ya sea borracho o delincuente, le guarda respeto, amor y veneración. De esto nos dan testimonio muchas canciones
rancheras que hablan de la madre como lo último que queda en el referente
mental de un desviado del buen camino.
La
madre está presente en la mente del encarcelado, del pandillero y del
sentenciado a muerte.
Por
otra parte, una madre está siempre dispuesta a cualquier sacrificio para sacar
adelante a su hijo sano, enfermo, descarriado o delincuente.
De
este tema hay mucha historia escrita y contada como para darle a la madre un
lugar especial. Valga citar el papel de madre ejercido por María, madre de
Jesús al acompañarle hasta El Calvario; de Mónica madre de Agustín de Hipona; de las Madres de la plaza
de mayo o de las Damas de blanco; etc. para entender que la madre está a la par
de su hijo en todas las situaciones, incluyendo las más extremas, no importa
que se trate del más connotado héroe o del más vil de los villanos.
De
ahí que el día de las madres, debe tener su espacio en el seno de los hogares,
pero sobre todo en la mente y en el corazón de todos los salvadoreños.
EL TÍO CHANO
Sebastián
le decían sus hermanos y hermanas, entre ellos mi madre. Nosotros aprendimos a
decirle Tío Chano.
Era
un hombre atlético de 1.90 metros de estatura. Era el más alto de los hermanos
Barrera. También era el más moreno y
desde que yo le conocí, tenía el pelo más blanco que negro.
Recuerdo
que una vez, mi madre me pidió que lo fuera a llamar de urgencia a la Iglesia
parroquial de Santa Bárbara que como todos los domingos, estaba llena a la hora
de la misa de nueve. Lo que hice fue pararme a la entrada, en el pasillo
central y comenzar a buscarlo con la vista al lado izquierdo entre las primeras
bancas. Y en verdad que lo logré identificar, pues por su estatura sobresalía
entre la gente.
Era
tan fuerte que según me contó su hijo Daniel, él solo trincaba a un novillo o
torete y lo mantenía sostenido de las patas hasta que alguien más le ayudaba a
ponerle las amarras.
Como
sus doce hermanos, entre ellos el Obispo Benjamín Barrera, procedía de San
Marcos. Aquel cantón pintoresco bordeado por el Río Lempa, fronterizo con
Honduras y ubicado al norte de Sensuntepeque.
Tío
Chano ha sido uno de los hombres más divertidos que he conocido en mi vida. Él
siempre tenía una anécdota que contar. Su
único defecto, si se puede llamar así, era que algunas de sus “pasadas”, las contaba
más de una vez en las reuniones familiares. Pero a pesar de oírselas contar de
nuevo, lo hacía con tanta gracia que
todos siempre reían a carcajada abierta. Por eso en los desayunos de casamiento,
antes de la propia parranda al llegar al
cantón, muchos querían sentarse cerca de él, pues sabían que relataría cosas
divertidas.
Para
él, primero estaba el buen humor antes que hablar de cosas tristes. Por eso
aunque narrara cosas calamitosas les
encontraba siempre el lado chistoso. Por ejemplo, más de alguna vez le oí decir
la frase “como cuando éramos pobres”. Al oírle aquella frase mi padre que era
muy acucioso, reflexionaba: “Dice cuando éramos pobres, quiere decir que ahora
es rico”. Pero lo que el tío quería decir era que la familia había pasado por
situaciones bastante críticas. La época a la que probablemente se refería, era
allá por 1915 en plena primera guerra
mundial, cuando él era un adolescente. De aquella época narraba que hubo alguna
vez que dos hermanos compartían el mismo huevo tibio para desayunar.
Tío
Chano era comerciante de ganado como lo eran algunos de sus hermanos. La
ventaja de vivir en la frontera posibilitaba la compra de ganado en Honduras y al no haber control
aduanal era fácilmente trasladado a la plaza de Sensuntepeque donde se vendía a
precios muy competitivos. Como otros compradores, él salía a la búsqueda de
ganado vacuno desde el día domingo, regresando al cantón con los animales el día
martes o miércoles para venderlos en Sensuntepeque el día jueves que era el día
de tiangue. Aquella era tarea de todas las semanas.
Era
tan confiado en la palabra de los demás comerciantes que muchas veces esperaba
a que le pagaran el lote de ganado hasta una semana o quince días después. Eso le ocasionó más de alguna
vez que algún irresponsable le ocasionara fuertes pérdidas de dinero.
Su
casa y la de mis padres en San Marcos, distaban unas tres cuadras y estaban
separadas por una pequeña zanja donde pasaba una quebradita de invierno. Fue en
la casa del tío donde conocí un burro encerrado en su pequeño establo, que no
lo tenían para trabajar, sino que como buen
rejego le llevaban allí las yeguas para
que las cargara.
Tío
Chano perdió a su primera esposa por muerte natural, quedando él con la
responsabilidad de criar a sus siete hijos. Fue entonces cuando decidió trasladarse
al Caserío El Jícaro en el Cantón Cunchique, al sur de Sensuntepeque, para
emprender una nueva vida. Allá compró una pequeña hacienda bordeada por un río.
Tuve la suerte de conocer aquel lugar durante un viaje que realicé de pequeño con
mi madre y al que me referí en otro escrito de este blog.
El
tío viajaba regularmente todos los miércoles y jueves a Sensuntepeque. Al
terminar la jornada como a las tres de la tarde, llegaba a nuestra casa donde
se vendía comida. Después de sacar una botella de su alforja, se servía “unos
tragos de hombre” del típico barrilito que era el guaro nacional de
Sensuntepeque. El pedía la acostumbrada sopa de carne o picadillo y se la
tomaba hirviente con abundante tortilla, no sin antes ponerle un chile rojo
espuela de gallo. Por supuesto que al momento estaba con la nariz humedecida
por lo picante y hasta con lágrimas en los ojos.
En
los días de la semana cuando no estaba en el tiangue, él con sus hijos mayores disponía
de todo lo necesario para la siembra o la recolección agrícola según la época del
año y para el cuido del ganado. Así fue como una tarde, mientras regaba una
eras de hortaliza fue acribillado a balazos por unos maleantes que le
dispararon de lejos con armas de grueso calibre hiriéndole de gravedad en la
cabeza.
Tuve
la oportunidad de verlo en sus últimos días en una clínica de San Salvador de
donde no pudo volver a la conciencia y en la que murió después de dos semanas
de estar en cuidados intensivos.
Con
su muerte, la familia y la comunidad de Sensuntepeque perdieron a un hombre muy
conocido, de trabajo y de gran respeto.
Su
tumba limita con la de mi tía Fide y la de mi madre. Allí cada dos de noviembre
les rezo una pequeña oración y les recuerdo con cariño.
POR FAVOR, CONTESTE LA
PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE. GRACIAS.
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