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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

martes, 30 de septiembre de 2014

SE NOS FUE SEPTIEMBRE DEL 2014



VISTAS DEL VOLCÁN QUEZALTEPEC, DE SAN SALVADOR, DE ANTIGUO CUSCATLÁN Y DE SANTA TECLA, DESDE EL BOULEVARD MONS. OSCAR A. ROMERO


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LAS SIETE PLAGAS DE EGIPTO ACOSAN A EL SALVADOR



Los que venimos de bregar en la realidad salvadoreña desde hace mucho, sabemos que nuestro país ha vivido épocas difíciles en el transcurso de su relativa corta historia.

Todo comenzó desde la Colonia, cuando extranjeros se posesionaron del patrimonio ancestral de los pueblos originarios y apareció la discriminación por parte de los peninsulares y criollos hacia los indígenas, ladinos y otros grupos raciales.

Más tarde, cuando El Salvador como otros estados independientes optaron por su separación de la Federación Centroamericana se vieron inmersos en guerras fratricidas, efecto de la pugna entre liberales y conservadores.

En los años ochenta del siglo diecinueve, las políticas liberales implementadas sirvieron para despojar a los indígenas de sus tierras comunales y condenarlos a la explotación.

Llegado el siglo veinte, se profundizó la falta de libertad política y continuó la explotación de los campesinos pobres, mientras se fortalecía la oligarquía cafetalera.

En la década de los treinta, la cruda pobreza efecto de la gran depresión económica y la elevada represión política, incidieron en que decenas de miles de campesinos fueran asesinados por la dictadura militar.

A mediados del siglo veinte, se operó una masiva emigración de campesinos salvadoreños a otros países de Centroamérica en busca de tierras para trabajar.

En 1969 se produjo la guerra entre El Salvador y Honduras con grandes efectos negativos sociales y económicos para la población.

Más tarde,  en los sesentas, ochentas y dos mil uno, fuertes terremotos causaron centenas de víctimas y destruyeron muchas viviendas e infraestructura social y productiva.

En los ochentas, se produjo el conflicto armado interno que dejó unos ochenta mil muertos, cientos de miles de desplazados, decenas de miles de migrantes y mucha infraestructura dañada.

Llegado el siglo veintiuno, la situación es un tanto distinta, pero no menos grave. Se trata de un conflicto social profundo y  un estancamiento económico que nos recuerda las siete plagas de Egipto. Los problemas más sentidos por la población son los siguientes:

1.      La violencia generalizada.

2.      Enfermedades infecciosas con efectos tremendos en la salud de decenas de miles de personas, como el dengue y la chikungunya.

3.      La  falta de inversión, de oportunidades de empleo y el alto costo de la vida.

4.      Un Estado desfinanciado, incapaz de atender las necesidades más urgentes de la población y con inadecuados manejos de los fondos públicos.

5.      La corrupción en altas esferas del Estado.

6.      El narcotráfico.
7.  La trata de personas y los delitos de violación a menores.

Lo anterior, nos sitúa de cara al 2015, año en que debieran haberse cumplido los Objetivos de Desarrollo del Milenio,  que fue un compromiso adquirido en el año dos mil, por los mandatarios de países desarrollados y en desarrollo. Sin embargo, frente al logro de algunos de tales propósitos como erradicar la pobreza extrema, combatir el paludismo y otras enfermedades, nuestro país lejos de avanzar parece que retrocede.

Con razón Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, expresó no hace mucho, que El Salvador está a punto de ser un estado fallido.

Y aunque los políticos de turno, miran el vaso medio lleno porque les interesa, la mayoría de la población, lo miramos muy vacío.  Y es que no creemos que el país salga adelante, sin el trazo de un nuevo horizonte como un nuevo acuerdo de nación, sin cambios profundos en las estructuras de poder del estado como los partidos políticos y sin un compromiso de las fuerzas vivas por generar oportunidades para todos y nuevas formas de convivencia social.







OCURRENCIAS DEL MES

1.       Un perro que ladra mucho es un perro ladrón.

2.      Las mujeres de El Congo son más con ganas que las otras.

3.      ¿Existe alguna relación entre diputado y disputado?. Claro que sí, pues en El Salvador los puestos de diputados son los más disputados por los partidos políticos.

4.      Dicen que a los diputados en tiempos del PCN  se les llamaba chivos porque sólo agachaban la cabeza para aprobar las leyes. Ahora les llaman golondrinas viajeras porque no hacen más que viajar y gastarse los dineros del pueblo.

5.      Algunos diputados de ARENA, del PCN  y del PDC tienen tanto poder y tanto tiempo de estar en el cargo, que ya no son padres, sino zares de la patria.

6.      Algunos piensan que Paco Flores fue brillante de presidente; otros piensan que fue tan oscuro como hoy.

7.      ¿Cuál es el colmo de un pastor evangélico salvadoreño? Respuesta: Tener un pastor alemán que cuide su iglesia.

8.      ¿Por qué a las señoras de antes las llamaban, la niña Chela, la niña Salvadora, etc.? Porque cuando llegaban al matrimonio eran niñas de verdad.

9.      ¿Por qué en la Zona Norte de El Salvador hay o había tanta gente chele? Probablemente, porque además de los españoles aventureros, por allí pasaron los misioneros españoles regando la abundante semilla, ante la emigración de los indígenas.

10.  Hay quienes tienen el pie grande, otros el pie pequeño y algunos el pie de atleta.

11.  A aquel hombre le gustaban tanto los perros que un día lo vieron bien enchuchado.

12.  Los jóvenes de antes disfrutaban yendo a lugares públicos para encontrarse y ver a las chicas. Los jóvenes de ahora parece que prefieren encontrarlas y verlas en las fotos de Facebook o mediante la pantalla de su computadora.

13.  Hace unos quince años las familias salvadoreñas tenían mucho de qué hablar al reunirse en casa, ahora casi todos los chambres los conocen más rápido por la vía del Facebook, WhatsApp o del twitter.

14.  Los bebés del mañana ya no jugarán con muñecos reales sino con cibernéticos.

15.  ¿Qué sería para una mujer experimentada un hombre muy bien dotado? Posibles respuestas: a) alguien muy guapo; b) alguien que tiene una inteligencia fuera de lo común; c) alguien a quien la naturaleza le ha dado la mejor arma para el amor.

16.  La pupusa salvadoreña vendría a ser como la pizza italiana; y una tortilla enrollada con chorizo de Cojute sería como un hot dog gringo.

17.  Le pregunta un niño de quinto grado a otro del mismo grado, si sabe que son los vientos alisios. Claro, responde el segundo, son los vientos de Alicia y que son algo olorosos.

18.  Que un hombre sea despechado tal vez no sea mucho problema, pero que lo sea una mujer, eso sí me parece terrible. Aunque con la cirugía moderna o una serenata todo se resuelve.

19.  Los latinos, como llaman los gringos a los latinoamericanos, debieran hablar latín y no español.

20.  En El Salvador, si aparece un hijo nuevo en el hogar y es muy chelito comparado con sus padres, se piensa en el fontanero o en el sereno; y si es muy negrito, se piensa que a lo mejor la mamá miraba mucho fútbol por la tele.

21.  El colmo de un sastre es que su hijo se le haga botones.

22.  Cuando alguien regresa a un sitio después de varios años, siente que el sitio ha cambiado. No cae en la cuenta que es él o ella la que también ha cambiado y tal vez mucho más.

23.  Decía la noticia hace unos días, que una mujer acababa de implantarse un tercer seno. Me pregunto si será que a ella le gusta mucho la trigonometría y las funciones de seno y coseno o es que le gusta mucho lo obsceno.



Ramiro Velasco, septiembre de 2014







UNA PÁGINA SOBRE LEONOR, MI ESPOSA



Nació arrullada por los vientos de la serranía y los zenzontles en la propia zona cafetalera de Chalchuapa, Municipio de Santa Ana.

De niña y de jovencita tenía el pelo rubio como los jilotes de julio, mes en que vino al mundo; sus ojos eran un tanto achinados como los de muchos salvadoreños.

Terminada su educación básica, estudió en la Escuela Normal Capitán Gerardo Barrios de Santa Ana de la que se graduó al finalizar la década de los sesenta. Allí la apodaban Marisol por su pelo rubio como el de aquella artista española.

Una vez graduada de maestra, ingresó a la Unidad de Evaluación de Televisión Educativa en la Ciudad Normal. Fue entonces que la conocí junto a un grupo de jóvenes maestras. Ella sobresalía en el grupo por su estatura, su calidad en el trabajo y el don de gentes que siempre la han caracterizado.

Un 11 de noviembre, bajo la luz de la luna me dijo que aceptaba mi propuesta de noviazgo y unos meses más tarde nos unimos en matrimonio, casándonos únicamente por lo civil, pues yo no creía entonces mucho en eso del matrimonio religioso. Unos diez años más tarde, tal vez por los ruegos de mi madre, nos casamos por lo religioso, en la humilde Iglesia El Congo, habiendo oficiado la ceremonia mi ex compañero, el Sacerdote José Luis Gamero +QDDG, un cura humilde, pero a la vez un gran músico organista.

Unos años más tarde, Leonor se graduó de Licenciada en Ciencias de la Educación y ocupó cargos técnicos, en el Ministerio de Educación y en la Academia de Seguridad Pública, institución donde se desempeñó como Jefe de la Unidad de Estudios.

Ella siempre se ha caracterizado por su humildad y sencillez; sin embargo, tuvo oportunidad de viajar por varios países de América Latina como Colombia, Perú, México, Centroamérica, así como de Europa y de África y fue becada por unos meses a la denominada Tierra Santa.

Ahora que sus tres hijos, dos señoritas y un hombre son un tanto mayores, cuenta con tres nietos que hacen revivir su papel de madre cuando le llaman con gran cariño “Mamá Leo”.

Recientemente Leonor, se ha visto afectada por una enfermedad que le ha restado parte de la vitalidad de antes, pero para suerte de los suyos, se ha ido recuperando poco a poco.

En la actualidad, sigue su rutina diaria viendo su novela favorita, las principales noticias y resolviendo el crucigrama del día y sobre todo, leyendo su libro favorito. Y en el caso de que no llegue la empleada, se le ve en la cocina preparando deliciosos platillos.

Cuando surge alguna duda sobre temas de gramática o de cultura general, allí está Leonor como una biblioteca viviente que tiene casi siempre la respuesta correcta a cualquier pregunta.

Vivir cerca de Doña Leo como le decimos cariñosamente, ha sido un regalo del cielo que esperamos perdure por mucho tiempo más.

Ramiro Velasco