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Soy profesor universitario. Trabajo por el desarrollo de Cabañas, un departamento de El Salvador, muy bello, pero también donde hay mucha pobreza, especialmente en lo educativo y cultural. Soy planificador educativo y trabajé por muchos años como director y coordinador de proyectos sociales. Me considero una persona con una visión amplia que trata de valorar lo positivo de cada quien.

lunes, 7 de marzo de 2011

POR LA CAMPIÑA SALVADOREÑA



VISTAS AL FONDO DEL VOLCÁN CHINGO, EL SALVADOR

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LA MODERNIDAD NOS ATRAPA Y MASIFICA

Vivimos en un mundo mecanizado o si queremos, robotizado, a pesar de que el nuestro, es un país relativamente atrasado. En buena medida, la mayoría de personas ha perdido el contacto con la naturaleza y la capacidad de asombrarse ante las cosas bellas.
Lejos parecen haber quedado, aquellos sentimientos de los poetas costumbristas ante las primeras luces de un amanecer, en un día soleado o frente a los celajes del crepúsculo; ante los diversos cantos de los pájaros; ante un cielo tachonado de estrellas; ante el rugir del viento y el vaivén de las hojas y de las ramas, en el bosque; ante el paso incesante y bullicioso de las aguas cristalinas de un manantial; ante la magnificencia de los volcanes; ante la inmensidad del mar y sus inquietas olas, etc.
Es cierto que el avance de la modernidad y el desarrollo de la técnica han contribuido a la solución de muchos problemas, al confort y a veces a la vida fácil; pero también ha ocasionado nuevos problemas como la contaminación ambiental y la destrucción de la naturaleza. Sobre esto último, es entendible la reacción, por parte de gente muy sensata, que protesta y se rebela ante un mundo cada vez más artificial; que pierde cada día la humanidad y la solidaridad; y que no valora la paz y la tranquilidad.
Muchos niños y jóvenes ignoran por completo y no pueden comprender, las penurias de otros tiempos y el ingenio de nuestros ancestros  para hacerle frente a las necesidades de la vida, al contar entonces con tan escasos recursos técnicos. Sólo pensemos en sus herramientas de labranza, en sus medios de transporte, en sus enseres domésticos y en su manera de comunicarse.
Las nuevas generaciones se han encontrado con una serie de artefactos que forman parte de la vida diaria y que no existían hace apenas treinta años. Sin embargo, ellas dan por supuesto que todos esos medios han existido siempre, como parte natural de la vida.
Por contar con tantas facilidades, un buen porcentaje de los jóvenes de hoy, se han vuelto muy cómodos y haraganes. Esto lo he escuchado a varios padres de familia y yo mismo lo he constatado.
En el ámbito universitario se siente la mediocridad y el bajo impulso para investigar, para leer, para profundizar más sobre los temas de estudio, a pesar de contar ahora con tantas facilidades como internet y la informática.
Hoy no falta hasta en el hogar más humilde, no uno sino varios teléfonos móviles o celulares que ya no cumplen como antes, la función del mensaje urgente y necesario, sino como decimos los salvadoreños, sirven para el chambre y el güiri, güiri.
La televisión por cable se encuentra hasta en el más recóndito cantón y es el medio usual para ver programas enlatados de todo tipo y de toda procedencia.
Una computadora está al alcance de casi todos los hogares de clase media baja y los ciber-café están disponibles  a bajo costo, hasta en los pueblos más remotos.
La posibilidad de oír todo tipo de música y de ver la última película en c d (disco compacto) al costo de un dólar, gracias a la piratería, es una realidad hasta en el área rural.  
Todo ese cambio tecnológico y la incidencia del desarrollo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión y de la telefonía celular, hacen que nuestros niños y jóvenes pasen largas horas disfrutando de manifestaciones tan extrañas para la mayoría de los adultos como la música de rock, el reggaeton y diversidad de mensajes frívolos y cursis.
En nuestras ciudades y pueblos, con el acceso a sitios en internet, como Facebook, Twiter, You Tube y otros, los niños y jóvenes viven en un mundo totalmente novedoso y a la vez, irreal y ficticio.
Pero la fiebre no sólo ha tocado a niños y jóvenes. Sé de profesionales y hasta de renombrados religiosos que pasan largas horas chateando y visitando diversidad de sitios en el ciberespacio, algunos hasta de dudosa reputación.
Pero no todo es negativo, continuamente se difunden en la red, cantidad de mensajes positivos en el orden de la justicia, de la cultura, de las ciencias, del medio ambiente y de las ideas por un mundo mejor.
El mismo Vaticano ha contratado los servicios de You Tube, para trasladar sus mensajes. Ver sitio  http://www.youtube.com/user/vaticanes 
Las denominadas redes sociales son un fenómeno reciente que está transformando el mundo también en el campo político. Gracias a estos medios, en años recientes hubo manifestaciones multitudinarias en Europa, en protesta por: decisiones políticas desacertadas, atentados terroristas, leyes y acciones anti emigrantes, visitas o reuniones de gobernantes no gratos, etc. Y últimamente, son utilizados en el Medio Oriente y en otros países asiáticos y africanos, para posibilitar la caída de gobiernos autoritarios y la demanda de cambios políticos, económicos y sociales de fondo.
Los avances tecnológicos no son negativos per se, todo depende del uso que se haga de ellos. Para el caso, si en la máquina del tiempo pudiéramos regresar treinta años atrás, no pudiéramos intercambiar opiniones como lo estamos haciendo hoy a través de este blog.
 

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CON UN DÍA DE SOL

Con un día de sol
nos vuelve la esperanza
tras las noches de insomnio,
de raras pesadillas,
de sombras y de dudas.

Con un día de sol
se deshacen las nieblas;
se despeja el sendero;
y asoman las huellas
de los viejos caminos.

Con un día de sol
aparecen de nuevo,
la energía perdida
y el ánimo resuelto
para vivir la vida.

Con un día de sol
son más claros también,
el verde en la pradera
y el blanco de la ermita
perdida entre los cerros.

Con un día de sol
se ve más nítido el río
cuando se pinta de plata,
mientras bordea los montes
y se pierde en las barrancas.

Con un día de sol
son más lindas las flores
y más agudas las notas
de los negros pijuyos
y de los clarineros.

Con un día de sol
afloran los recuerdos
de los tiempos pasados
y nos brota con fuerza
el amor en el alma.

Ramiro Velasco, marzo de 2011

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LAS HABILIDADES Y DESTREZAS DE NUESTROS CAMPESINOS

En los años cincuenta y sesenta del siglo recién pasado, los campesinos salvadoreños eran tratados con mucho desprecio  por  los citadinos.
Los niños y los jóvenes de la ciudad, siguiendo el patrón de conducta de sus padres,  hablaban muy despectivamente de la gente del campo y la ridiculizaban en forma hasta grosera. Y es que los hombres y mujeres de la campiña para aquella época, eran bastante distintos a los de la ciudad por sus costumbres, su vestido y por su manera de hablar. Debido a tal segregación, muchas personas de origen campesino, negaban por lo general su procedencia.
Sin embargo, conforme los avances de la modernidad, especialmente las escuelas y otros medios fueron llegando al campo, aquella gente fue rápidamente copiando los estilos de vida de la ciudad y las diferencias se han venido achicando, al grado que como lo señalé en un escrito anterior, en pueblos medianos del interior del país muchas familias campesinas radicadas allí, han llegado a dar gran impulso económico y cultural  a tales pueblos.
En mi experiencia personal y en la de muchas otras personas, puedo asegurar, que he conocido a muchos niños y niñas campesinos que tuvieron que trasladarse a la ciudad por diversas circunstancias y al estar en la escuela urbana, mostraron niveles de inteligencia superiores a los de la ciudad.
Mi argumento es que los campesinos tienen más habilidades, especialmente  motoras que la gente de la ciudad. Ellos han desarrollado desde pequeños, sus capacidades mediante el método de ver, oír, imitar, ensayar y hacer. Sus mejores referentes, contrario a lo que sucede en la ciudad,  son los padres, los hermanos y los amigos. En la ciudad por el contrario, los referentes del aprendizaje son los maestros o los entrenadores.
Un campesino o campesina nunca dice no puedo, al contrario con humildad dice: “yo creo que lo puedo hacer”. La persona de la ciudad, por el contrario ante un reto nuevo por lo general, dice, “no lo puedo hacer”, “creo que no necesito hacerlo”, “voy a pensar si lo hago”.
Una persona del campo tiene mayor capacidad para vencer obstáculos, debido justamente a que no posee equipos ni materiales técnicos, sino su propia inventiva y sus escasas y rudimentarias herramientas.
Por ejemplo, una campesina puede llevar en la cabeza por largo tiempo, un canasto u otro enser doméstico con un peso de varias arrobas y al mismo tiempo llevar a su bebé en los brazos; puede montar a caballo largas distancias, sentada de lado en la montura.  Camina, corre y salta por veredas y sube las alturas, como algo tan natural que es capaz de ganar una carrera a cualquiera de las atletas de la ciudad. Grita y silba de una manera enérgica y siguiendo una técnica muy especial.
Y un hombre campesino puede labrar la madera en forma delicada utilizando un  machete o un corvo, sin haber recibido clases de carpintería. Sube a los árboles elevados con tanta presteza como los primates, sin haber recibido clases. Sabe nadar, sin haber asistido a cursos de natación  y se lanza desde pequeño al río, al lago o al mar, bien por necesidad o por su propio impulso. Levanta cosas pesadas, poniendo en práctica esa técnica natural que permite no doblarse la columna. Monta a caballo con presteza, como se observa en las famosas carreras de cinta. Laza vacas y terneros, utilizando la técnica del campista y tiene una habilidad innata para montar los toros, como se demuestra en los rodeos. Caza con facilidad e ingenio todo tipo de animales, como garrobos y cusucos. Mantiene una  puntería excepcional con la hondilla y con las  armas de fuego, como lo demuestran los cazadores furtivos y la mayoría de soldados que proceden del campo. Canta y  toca instrumentos de cuerda, imitando a los amigos o familiares. Juega al fútbol, tan fresco, después de realizar la fuerte tarea diaria y de caminar largas distancias.  
Muchas de las actividades anteriores, pueden ser desarrolladas por las personas de la ciudad, sometiéndose a cursos o prácticas especiales y otras definitivamente, nunca las podrán llevar a cabo.
Los niños y  niñas del campo trabajan de sol a sol junto a los adultos. Ese factor, más la pobre alimentación, la distancia a las escuelas, la falta de infraestructura escolar y la menor permanencia de los maestros en el aula, les coloca en desventaja en su rendimiento escolar. Pero el día en que la escuela integral, los avances científicos y las mejores condiciones de vida lleguen al campo, los niveles educativos y de otros logros, serán tan buenos o quizás mejores que los urbanos. Entonces la población rural demostrará plenamente sus capacidades.
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NOTA: POR FAVOR, CONTESTE LA PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE. GRACIAS.
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