LOS CUJES FLOREADOS EN LOS CAFETALES |
SAINETE DE
NUESTRO ESCENARIO POLÍTICO
En
un escenario de teatro vemos diferentes actuaciones: serias y dramáticas, jocosas
y tristes, aburridas e interesantes. Pero en el escenario de nuestro mundillo
político abundan las actuaciones retorcidas, ridículas y hasta extravagantes.
Y
es que los líderes de los partidos políticos han actuado tradicionalmente a
espaldas del pueblo, pero como necesitan de la gente en los períodos
electorales, aparecen haciendo micos y pericos para mostrarse serios y cumplidores
de la ley, la que a la hora de las verdades les vale un comino. Pero tarde o
temprano salen a flote sus verdaderas intenciones y actuaciones que van minando
su ya débil credibilidad ante la opinión pública.
En
esta oportunidad, nos referimos a una especie de sainete que han representado
en los últimos meses, dos viejos metidos en el mismo barco, desde principios de
los años sesenta: el Partido Demócrata Cristiano (PDC) fundado en 1960 y el Partido de Conciliación Nacional (PCN)
que nació a la vida pública en 1961.
Todo
comenzó cuando estos partidos no alcanzaron el 3% de la votación en las elecciones presidenciales
de 2004. A ellos les tocaba beber agua de su mismo chocolate, pues junto a
ARENA, CD y otros partidos pequeños, se encargaron de establecer en el Código
Electoral de diciembre de 1992 y publicado en el Diario Oficial en enero de 1993,
los numerales 3 y 7 del Artículo 182 que establecía: cancelar la inscripción de
un partido que al intervenir en las elecciones, no obtuviese determinado porcentaje
de votos válidos. Los porcentajes eran: 3% en el caso de competir un partido solo,
6% cuando compitiese con otro y hasta 10 % cuando
un partido fuera coaligado con dos o más.
Digo
que les tocaba beber agua de su mismo chocolate, pues cuando abogaron por tal
decreto, en sus números alegres nunca pensaron que tal decreto se les podía
aplicar algún día.
Tras
la elección de 2004, mientras el Tribunal Supremo Electoral se disponía a
desinscribirlos por no haber obtenido el 3%, ambos partidos presentaron amparo
ante la Sala de lo Constitucional con argumentos un tanto falaces, logrando que
la Sala de aquella época detuviera la desinscripción y posteriormente diera una
sentencia firme a su favor.
La
tabla de salvación “chabeleada” fue el decreto 586, emitido en el año 2005 por
la Asamblea Legislativa, que sirvió para dejarlos vivos después de las
elecciones.
Ante
tal situación, seis abogados interpusieron una demanda ante la Sala de lo
Constitucional para que se declarase inconstitucional el decreto 586, logrando
una sentencia de la Sala, en abril del 2011, en la que se declaró
inconstitucionales algunos incisos de los artículos 1 y 2 del mencionado
decreto. Al mismo tiempo, se ordenó al TSE, iniciar el proceso de cancelación
de ambos partidos, por no haber alcanzado los porcentajes establecidos, dándoles
la alternativa de poderse inscribir como partidos nuevos, con los requisitos
que se exigen normalmente para tales casos.
Ante
tal decisión de la Sala de lo Constitucional, los partidos sentenciados a
muerte, movieron cielo y tierra para mantenerse con vida. Sin embargo, al mismo
tiempo, iniciaron el proceso de recolección de firmas para reencarnarse en dos
nuevos institutos políticos, denominados: Partido de Concertación Nacional y Partido
de la Esperanza, en sustitución del PCN y PDC respectivamente. Ellos
completaron las 50,000 firmas, apoyándose por supuesto en las estructuras partidarias
existentes y en una amplia promoción y “echando vino nuevo en odres viejos” o
como dirían las abuelas “siendo la misma mica, sólo que con diferente cola”.
Después
de unos meses de limbo jurídico, debido a que el TSE no llegaba a un acuerdo
para iniciar el proceso de desinscripción, en septiembre de 2011 el TSE
ratificó la cancelación de los dos partidos, con los votos del Presidente Eugenio Chicas,
Gilberto Canjura y Eduardo Urquilla.
La
decisión fue rechazada de inmediato por dos magistrados dentro del mismo TSE,
especialmente por Walter Araujo de ARENA. Sin embargo, la resolución fue
publicada posteriormente en el Diario Oficial y se convirtió en ley de la
República.
El
rechazo de los secretarios generales de los partidos dados por muertos, Ciro
Zepeda y Rodolfo Parker, no se hizo esperar. Ellos presentaron una demanda ante
la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Con
los votos de cuatro magistrados, dicha Sala admitió de inmediato la demanda y
ordenó al TSE congelar “provisionalmente” la cancelación de ambos partidos.
Entre
los dimes y diretes de los representantes partidarios afectados, según la
prensa, el Secretario General del PDC
Rodolfo Parker expresó con referencia a los magistrados del TSE: “Esta gente no
está actuando como funcionario público sino como activistas políticos
partidarios del FMLN... no hay resolución del ente colegiado, sino de tres
pelones de hospicio, de tres activistas prosélitos del FMLN”. Ciro Zepeda del PCN reaccionó por su parte ante
la decisión del TSE de cancelar su partido, recordando la cantidad de años que
lleva como diputado en la Asamblea Legislativa y como Secretario del PCN y señaló:
“Siempre he sido directivo de la Asamblea y nunca vi notificación de cancelar partidos, ni del Consejo Central
de Elecciones o del Tribunal Supremo Electoral”. Como si para que surta efecto
una ley, se deben haber dado antes sentencias similares.
Por
otra parte, ante la resolución de la Sala de lo Contencioso Administrativo, el
magistrado del TSE, Eduardo Urquilla aseguró que la admisión de dicha demanda era
inconstitucional, ya que la máxima autoridad en materia electoral es el
Tribunal Supremo Electoral. Además, señaló que la cancelación ya es un acto
irreversible, independientemente de la sentencia que pueda dar la Sala de lo
Contencioso.
Queda
por verse sin embargo, qué resuelve
oficialmente el TSE ante la resolución de la Sala de lo Contencioso
Administrativo.
En
otras palabras, los tales partidos siguen vivitos y coleando, a pesar de que el
TSE los declaró formalmente muertos. Y lo más cómico del caso es que sin haber
muerto totalmente, ya han nacido legalmente los nuevos que han surgido de sus
mismas estructuras partidarias viejas. Es decir que a este momento de dos
partidos veteranos han surgido otros dos como por arte de magia. ¿O se tratará que
de cada uno de estos dos partidos viejos ha surgido un monstruo con dos cabezas?.
El
caso es que los dirigentes del PCN y del PDC ahora tienen no uno, sino dos partidos
con los cuales seguir en el tinglado
político y cobrar la deuda política que es una suma millonaria que otorga el
estado en cada campaña electoral a los partidos contendientes.
Este
último aspecto parece ser la última razón de ser de tanto pleito por parte de
los dirigentes: se trata del pistío que está de por medio.
Pero
el melodrama de mal gusto o mejor dicho el sainete, continuará por mucho tiempo
más. Pues de seguir con vida los partidos muertos, deberán aparecer en las
papeletas de votación y de no aparecer, seguirán las demandas. Además, como ya
lo dejaron entrever los dirigentes, se exigirá el pago por daños y perjuicios
como parte del gran negocio político partidario salvadoreño.
En
una próxima entrega nos referiremos a otro sainete de esos que quizá sólo se
presentan en el mundillo político salvadoreño.
ELLOS
Y NOSOTROS
Hoy
soy más viejo que ayer,
pero
menos que mañana.
Para
mí cuentan más
las
auroras llenas de luz
que
los oscuros atardeceres.
Pareciera
que cada día,
una
barrera nos separa
a
las generaciones de ayer
y
a los jovencitos de hoy.
Nosotros
hablamos de cosas
que
quedaron atrás,
a
veces medio rotas y
retorcidas
por el tiempo.
Ellos
hablan del ahora
y
de quimeras del futuro,
en
un idioma intrincado
de
palabras raras
dichas
y escritas a su manera.
Nosotros vivimos de recuerdos,
de
días tranquilos
caminando
por veredas
y
por calles estrechas.
Ellos
viven aturdidos,
soportando
el vértigo
de
máquinas ruidosas
en
las autopistas,
y
de artefactos veloces
que
surcan el espacio.
Nosotros
cantamos
boleros
y piezas románticas;
ellos
adoran el rock, el perreo
y
el reggaeton.
Y
mientras nosotros leemos
los
pesados libros clásicos
y
los gruesos periódicos
cargados
de chismes
y
largas peroratas,
ellos
leen muy poco,
pero
platican por largas horas
en
mensajes muy cortos;
y vuelcan sus chambres
y
sus deseos cibernéticos
en
las redes sociales.
Cada
día que pasa
esa
maga poderosa
de
la tecnología,
inventa
artefactos novedosos
y
eleva más el muro
de
dos mundos distintos:
el
de ellos y el de nosotros.
Ramiro
Velasco
11 octubre
de 2011
AL BOLITO DIOS
LO QUIERE
Una
frase similar a la del titular pudiera ser: “al bolito Dios lo cuida”.
Como
se sabe, hay varias clases de bolos (borrachos): está el “bolo loco” que podemos
ver retratado en la persona que cuando apenas se echa unos tragos, cambia totalmente
su temperamento y llega a perder la cabeza haciendo y diciendo cosas que nunca
haría de bueno. Este es el caso, por ejemplo, de los que al terminar una reunión aceleran el
carro a más no poder y manejan sintiéndose dueños de la calle, convirtiéndose
en manejadores temerarios.
También
está el “bolo bochinchero”, también llamado “mal trago” o “bolo desvergue”. Ese
con unas gotas de alcohol nuevo en la sangre, se vuelve bravo y se convierte en
el mejor machetero o pistolero de la zona. En el mejor de los casos, termina amenazando
con darle “riata” a todo el mundo, pero especialmente a aquellos con quienes ya
las trae por alguna mala mirada, un
desprecio o algún vago resentimiento. Probablemente en éstos estaba pensando
Roque Dalton cuando escribió en su Poema de Amor: …las que llenaron los bares y burdeles/ de
todos los puertos y capitales de la zona ("La gruta azul", "El
Calzoncito", "Happyland")/… los que lloraron borrachos por el
himno nacional/… “los primeros en sacar el cuchillo”.
Otro
tipo de bolo es el “bolo llorón”, a éste le da por recordar los tiempos
pasados; a un ser querido que ya no está en este mundo; a la novia o esposa que
lo abandonó…
Existe
además, el “bolo alegre”. Este puede ser aquella persona que de ordinario es
tranquila y hasta tímida. Pero de pronto, con los primeros tragos comienza a
gritar, a cantar, a bailar, a contar chistes y a abrazar a los cheros.
También
está el “bolo malcriado y ofensivo”. Este con sus tragos, no mide ya sus
palabras, saca la caja de lustre, insulta y ofende. Es un verdadero aguafiestas
que se echa enemigos fácilmente y termina resintiendo a muchos, hasta sus
propios amigos y familiares.
Pero
al que yo me quiero referir especialmente en esta nota, es al “bolito consuetudinario”,
es decir al “bolito de verdad” ese tranquilo y bueno y que no hace daño a nadie.
Al contrario, es más bien pasivo, tolerante, atento y servicial. Su gran pecado
es su adicción o mejor dicho su enfermedad que consiste en un estado avanzado de
alcoholismo que le expone hasta morir si le falta un trago. Este tipo de bolito
puede morir si le falta un poco de
guarón o de zangolote , para alcanzar el nivel adecuado y elevar el grado de
alcohol que lleva en la sangre.
De
éstos bolitos estaban llenas las cantinas de los viejos barrios de nuestras
ciudades y pueblos donde se vendía y aún se vende, el guaro copeado. Aquellos
sitios eran muy visitados por hombres sucios, llamados chichipates a quienes
les bastaba un único gran trago para volver a su mundo. Eso sí tomado con
cierto estilo; aturrando la cara y saciando de inmediato el quemón con un
jocote, con un mordisco de pepino y hasta con un pedacito de sandía.
Sé
de historias de este tipo de bolitos que se salvaron en un accidente vehicular,
tal vez por no ponerse tensos al momento del golpe, dado su normal estado de alcoholismo.
Cuando
me encuentro a algunos de los mendigos que pululan por nuestras ciudades,
algunos hasta con horario para pedir y que son toda una farsa contando: que “le
robaron lo que traía en el bus” o “que anoche se le murió su hijo y no tiene
para enterrarlo”, etc, me niego a darles una limosna. Pero cuando encuentro a
un bolito bueno, y pienso que si no tiene para el traguito, hasta puede morir,
le doy con gusto unas monedas, recordándole eso sí, que antes del trago tiene que comprar algo
para comer.
Del
último caso que me enteré fue de un bolito que se encontraba hace unos días en
las riberas del Río Acelhuate, en San Salvador y que fue auxiliado por los
socorristas de la Cruz Verde en medio de la repunta, en la parte más alta de
los peñascos. Al preguntarle los periodistas por qué se encontraba allí, dijo
que había bajado a tomar un baño. Mi explicación de por qué se había salvado
era otra: A los bolitos Dios los cuida con especial cuidado.
POR FAVOR, CONTESTE LA
PREGUNTA QUE SE FORMULA A CONTINUACIÓN. SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE. GRACIAS.
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