FLORES DE VERANO EN NUESTROS JARDINES
Nuestro Mundillo Político
A casi un
mes de transcurridas las elecciones de diputados, tanto para la Asamblea
Legislativa como para el Parlamento Centroamericano y las de los Concejos Municipales, por fin el
Tribunal Supremo Electoral (TSE) después de veintisiete días, ha hecho públicos
los resultados del escrutinio final, dejando altos niveles de insatisfacción
entre los votantes salvadoreños.
La ineficiencia
del TSE para cumplir con sus funciones de planear y programar las actividades
previas al proceso, asegurar el conteo de votos y su divulgación oportuna, ha
sido comentada ampliamente en los medios de comunicación salvadoreños y plantea
nuevos retos para el sistema electoral salvadoreño.
Las
anomalías y fallas deben tomarse muy en cuenta para que no se vuelvan a cometer
en elecciones futuras. Y la actuación del TSE calificada como un serio
retroceso en el proceso electoral salvadoreño, debe conducir a las decisiones más
adecuadas para deducir responsabilidades; para asegurar en el futuro, la correcta
planeación y programación de las actividades del ente electoral y la
utilización de los mecanismos más ágiles y modernos en el proceso de votación,
conteo de votos y comunicación de los resultados; así como la dotación de los
recursos presupuestarios necesarios y su manejo eficiente y transparente.
Los
resultados principales de las elecciones para el PARLACEN, en número de votos oficiales,
muestran que Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se situaron a la cabeza de la
elección, con un total de 861,491.31235
y 854,621.41499 votos respectivamente; lo que traducido a curules
significa 8 para cada uno, distribuyéndose el resto entre los partidos
minoritarios.
Los resultados
para la Asamblea Legislativa, en número de votos, significaron para ARENA un
total de 874,169.55246 (38.77%) y para el FMLN un total de 840,619.34928
(37.28%). Tales cifras traducidas a curules de un total de 84, representan 35
para ARENA al considerar también las
coaliciones con el Partido de
Concertación Nacional (PCN), 31 para el FMLN y las restantes 18 para los
partidos con menor nivel de votos.
Los
resultados de las elecciones de Concejos Municipales, en término de alcaldías
muestran que ARENA obtuvo 132, de las cuales 12 fueron en coalición con los
partidos PCN y Partido Democracia Cristiana (PDC); el FMLN ganó 85, de las
cuales tres fueron en coalición con Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA),
Cambio Democrático (CD) y el Partido
Salvadoreño Progresista (PSP); y el resto, 45 municipalidades quedaron
repartidas entre los partidos con menor nivel de votación.
La primera conclusión
que salta a la vista de los resultados globales mencionados, es que el Partido
ARENA fue el ganador de las tres elecciones frente a sus contendientes. Que los
partidos GANA y PCN se confirmaron como la tercera y cuarta fuerza partidaria,
respectivamente y que el PDC se ubicó en el último lugar. También debe
señalarse que el CD con varios años de estar presente en la palestra política,
seguramente desaparecerá como partido político; y que los nuevos partidos,
Democracia Salvadoreña (DS) y Partido Social Demócrata (PSD) desaparecerán al
no haber alcanzado un mínimo de votos para la Asamblea Legislativa, equivalentes
al 3% de la última elección.
Otra
reflexión obligada ante los resultados obtenidos, es que el FMLN (partido en el
gobierno) que era favorito según las encuestas, no logró los porcentajes que
tales mediciones mantuvieron antes de las elecciones. Por el contrario, si se
toma en cuenta el mapa geográfico por territorios se constata que ARENA en esta
elección, ganó 129 alcaldías en relación a 116 obtenidas en el 2012; y el FMLN
ganó 85 respecto a las 85 ganadas en el 2012, año en que también ganó otras 10,
en coalición con otros partidos. El mérito principal del FMLN en esta oportunidad, es que ganó la alcaldía de
la Capital y de San Miguel y otros municipios del Área Metropolitana, aunque
perdió Santa Tecla y Santa Ana que fueron ganados por ARENA.
Entre los
argumentos para explicar la pérdida de aceptación del FMLN entre los votantes,
pueden estar: que la población le aplicó un voto de castigo ante el desempeño
gubernamental actual y sobre todo de algunos de los miembros de su dirigencia;
que la táctica utilizada por el partido fue negarse a innovaciones como la
votación por rostro y el voto cruzado; que el mantenimiento de candidatos para
diputados, vinculados a la cúpula partidaria de los que la población se siente
bastante cansada fue negativo, en vez de abrir el partido a candidatos más
jóvenes y más frescos en el quehacer político, como sucedió con candidatos a
alcaldes en San Salvador y San Miguel.
En cuanto a
los otros partidos se puede señalar que:
-GANA que en
el 2012 ganó alcaldías en 17 municipios,
en esta elección ganó 19. Y que de 11 diputados para la Asamblea
Legislativa ganados en el 2012, pasó a
obtener 11.
-El PCN que
en el 2012, ganó 24 alcaldías y 3 más en
coalición, esta vez solo obtuvo 20. Y de 6 diputaciones que obtuvo en el 2012, pasó a obtener también 6 en estas elecciones.
-El PDC que
en el 2012 obtuvo 4 alcaldías, en estas
elecciones logró 7. Y de 1 diputación obtenida en el 2012, pasó a obtener 1 en
esta elección.
- El CD que
en 2012 ganó 3 alcaldías y otras en coalición, en estas elecciones logró solamente
1. Y de 1 diputación obtenida en el 2012, en estas elecciones no logró ninguna.
-Y el PSD
que era un partido nuevo, ganó 1 alcaldía.
De todo lo
anterior, se deduce que el mapa electoral fue bastante modificado en favor de
los dos principales partidos ARENA y FMLN, cuyas fuerzas tendrán primacía
especialmente en la Asamblea Legislativa, toda vez que logren una favorable
correlación de fuerzas para las elecciones por mayoría con otros partidos
minoritarios; pero el principal mandato popular, ha sido que para las elecciones
calificadas, las dos principales fuerzas deben realizar los acercamientos y
concertación necesarios.
Y en cuanto
a los gobiernos locales, a pesar de que los dos partidos principales ARENA y
FMLN han ganado un poco más del 80% de
las alcaldías, se espera que con la entrada en vigencia de los concejos municipales
plurales, la gestión municipal probablemente sea menos partidista y más
democrática, en favor de las necesidades de la población.
LA EDAD DEL
CHUCHO Y EL SUSTO DEL VIEJITO
La edad del chucho.
En el
occidente de El Salvador como en el resto del país, la gente del campo y de los pueblos remotos es
muy ocurrente y tiene un innato sentido del humor y creatividad. Aquella creatividad la expresan en dichos que
han pasado de una generación a otra, desde al menos cien años. Tales dichos sintetizan
a veces situaciones cruciales que viven los niños y las niñas y que de paso,
son parte de la filosofía popular.
Así la
gente de aquella región expresa de manera muy simple lo que acontece con niños
de una edad aproximada de seis a siete años, en una temática que los psicólogos
abordan en lo que se denomina la psicología infantil que explica el
comportamiento evolutivo de los pequeños.
En la edad
infantil de los seis a los siete años, los psicólogos advierten una mayor
autonomía e independencia a nivel emocional en el niño; a la vez, una mayor
iniciativa y competitividad que se demuestra en los juegos, cuando se comportan
inconformes con determinadas reglas y hasta pueden hacer trampas para
ganar.
Esa
actitud que es tan normal, es interpretada a veces por los padres, maestros o
adultos que comparten con el niño su proceso de crecimiento, como un mal
comportamiento y en muchos casos lleva a calificar a los niños como difíciles y
problemáticos.
A la vez en esa etapa, los niños pueden experimentar
comportamientos nuevos como no medir el riesgo ante los peligros, lo que unido
a su crecimiento físico les hace que puedan llegar hasta cierta agresividad en
el juego y a lanzarse a sitios
peligrosos con las consecuentes caídas, golpes y hasta fracturas.
Es muy
común ver a los niños especialmente a los del sexo masculino de esas edades,
que manejan muy bien la bicicleta, la patineta y tienen gran habilidad para el
juego con la pelota y tantos otros que impliquen correr y saltar.
Coincide
también que en tales edades los niños pierden también los dientes de leche y a
veces también muestran una mayor delgadez y se nota en ellos su mayor crecimiento,
pues los pantalones pronto les van quedando cortos.
La gente
campesina de occidente, que no podía explicar de manera científica las
características de los niños en esa edad, las resumía en lo que ellos calificaban
de manera peyorativa y en forma casi de broma, como la “edad del chucho”; lo
que a la vez era una advertencia para los padres que tenían que ser más
considerados con los niños en tal edad, sabiendo que pronto habrían de pasar a
otra etapa de la vida un poco más tranquila.
Recogiendo
tal experiencia y viendo la etapa de crecimiento de uno de nuestros nietos, recordé
aquella vieja práctica que tenía su explicación como ya lo he mencionado, en el
contexto y en la usanza de las personas de otros tiempos y de personas que ahora
son bastante mayores.
El susto del viejito
Como es
sabido, llegada la pubertad y especialmente entre los diez y doce años, las
niñas entran a una etapa crucial de su crecimiento tanto físico como psíquico.
En tal etapa, tienen efecto cambios importantes en los órganos y estructuras
corporales y se opera un aumento en las hormonas sexuales, siendo la aparición
de la primera menstruación uno de los hechos fisiológicos más importantes en la
niña.
Pero esa
etapa de desarrollo de las niñas no era entendida en otros tiempos por los
padres campesinos y de pueblos remotos del occidente del país, en su
dimensión tanto biológica como
psicológica. Recuérdese que lo sexual era un tema tabú y por lo tanto, en la
mayoría de casos, prohibido que no se abordaba y explicaba abiertamente a la
niña especialmente por parte de la madre.
De allí
que en muchos casos a las niñas especialmente del campo, la primera
menstruación las tomase casi por sorpresa siendo presa de sentimientos
encontrados como que aquello era algo feo, vergonzoso y a lo mejor hasta
pecaminoso. Y es más, que era algo que resultaba muy complicado, cuando las
niñas no disponían de la información adecuada y de los medios higiénicos para
afrontarlo de manera normal y práctica.
Por lo que
en el lenguaje de los padres y madres campesinos de otros tiempos de la misma
zona occidental, era bastante común, referirse a aquella experiencia vivida por
la niña con una frase que a muchos nos puede parecer ahora hasta chocante, pero
que para ellos encerraba un significado amplio del problema. Así decían: A esa
niña parece que ya “la asustó el viejito”, es decir ya sufrió su primera
menstruación.
Por
supuesto, que en la época actual hablar de esa manera resulta inadecuado,
cuando en las escuelas primarias es
obligado tocar esta temática con las niñas; y cuando los padres, se supone que de
alguna manera han avanzado mediante mayor educación para comprender la temática
sexual y para apoyar a la niña que está por vivir tal experiencia.
De los
ejemplos comentados, quiero destacar la manera tan coloquial utilizada por
nuestros campesinos para referirse a
temas un tanto complicados que acontecen normalmente a los niños y
niñas.
LAS PALABRAS
CON CH EN EL LENGUAJE DE LOS HABLANTES SALVADOREÑOS
Como se
sabe, el idioma que se utiliza en El Salvador viene a ser el dialecto
salvadoreño que utiliza palabras procedentes del castellano y de otras lenguas,
pero que se ha ido enriqueciendo especialmente por las lenguas amerindas como
el náhuatl, el maya y lenca.
Pero es el
lenguaje hablado el más dinámico como en cualquier parte del mundo, y en él se
puede constatar la invención popular que con el correr de los años ha ido acuñando
nuevas forma de expresión.
Y aunque la
letra ch (como dígrafo) fue excluida del abecedario por la Real Academia Española
en diciembre de 2010, los sonidos de la c y de la h unidos, quedan como anillo
al dedo para la pronunciación de palabras, sobre todo de origen amerindia y del
dialecto salvadoreño, que hacen más sonoro y folklórico el lenguaje hablado.
No en vano
el Padre del humorismo infantil latinoamericano, Roberto Gómez Bolaños bautizó
a la mayoría de sus personajes con nombres que comenzaban con la ch, por
ejemplo: Chespirito, Chapulín, Chavo, Chimoltrufia, Chómpiras y Chapatín.
Debe
advertirse que algunas palabras que se citan en este escrito pueden ser parte
también de regionalismos a nivel centroamericano y mexicano y que otras, aunque
se escriban lo mismo que algunos términos del español, tienen un significado muy propio para el
ambiente salvadoreño.
Así en El
Salvador, abundan las palabras del léxico popular con ch, que se refieren al
trato familiar de personas, es decir son términos hipocorísticos como: Chema
por José María; Chita por Rosa; Chungo
por Jesús; Chela por Graciela; Chabela por Isabel; Chepa por Josefa; Chilo por Cecilio; Chendo
por Rosendo; Chomo por Jerónimo; Chente por Vicente; Chinda por Gumercinda; Chago
por Santiago; Chano por Sebastián; Chencho por Ascencio; Chicho por Narciso; Chinto
por Jacinto; y Chalo por Gonzalo.
Entre las
que se refieren a cosas, se pueden mencionar: chocoyo (perico); chinto
(rimero); chilate (bebida de maíz); chenca (cabuya de puro); chunche (cualquier
cosa o aparato de uso doméstico); churria (diarrea); chindondo (abultamiento
por un golpe en la cabeza); cheta (escupida); chiche (fácil); chumelo (colmena
pequeña); chirria (represalia); chilillo (látigo pequeño); chirivisco (pequeña
rama seca); chipuste (pedazo de algo); chunchucullo (ano de las aves); chajazo
(herida); chibola (pelota); chiripa (por azar); chupadero (lugar barato donde se
consumen bebidas alcohólicas); cholero (sirviente); chereta (cresta de las
iguanas); chorcha (cresta de las aves); chichicaste (planta que irrita la piel);
chilipuca (frijol grande); chipilín (planta aromática); chirilicas (dinero);
chonte (pájaro); chimpinilla (rodilla); chiquirín (clase de cigarra); chirajo
(pedazo de trapo); chuquía (hediondez); chilguete (chorro pequeño); chilacayote
(especie de calabaza).
Entre los nombres que sirven para identificar características
de las personas, se pueden citar los siguientes: chichipate (borracho
empedernido); chupín (que consume mucho licor); chulón (desnudo); chero
(amigo); chimpe (el último hijo de la
familia); chino (de ojos pequeños); chivito (pretencioso), chaneque (vasallo).
Entre los
adjetivos son frecuentes: choyudo (lento); cholo (grueso); chuco (sucio); chiflado
(loco); chapudo (de mejillas rosadas); choco
(ciego); chato (de nariz corta); churuco (mustio); charrudo (con gran
sombrero); chueco (inútil); chambón (que trabaja con poca calidad); cholco (sin
algunos dientes); chapluco (gordito); chivo (bonito, agradable); chele (blanco);
chachalaca (hablador); chiricuto (pequeño).
Entre las
que se refieren a animales, aparecen: chocoyo (clase de perico); chumpe (pavo
doméstico); cherenqueque (especie de iguana); chucho (perro); chacuate (especie
de saltamontes); chipe (sin plumas); y chinchintora (culebra zumbadora).
Entre las
que sirven para describir situaciones se pueden mencionar: chipiado (difícil) y
chévere (bueno, bonito) y choto (feriado, de gratis).
Y entre los
verbos utilizados están: chotear (pasear); chistar (reir), chupar (tomar
bebidas alcohólicas), choyar (deslizar), chamuscar (quemar).
Se puede
afirmar que la gran mayoría de las palabras mencionadas son utilizadas por los
diversos estratos de población en el lenguaje popular, pero algunas se usan
especialmente en el campo y en los pueblos del interior del país y otras, hasta
pueden parecer de mal gusto para la población que se considera bien hablada.
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